Rodeado de verdes bosques, Abbadia San Salvatore es una de las localidades más bellas de la Montaña Amiata: un pueblo con un encanto único, que ha conservado sus antiguas tradiciones, donde el tiempo parece haberse detenido. Estas son las 5 cosas que puedes hacer para descubrir este hermoso lugar.
Empecemos por la antigua Abadía de San Salvatore, que da nombre al pueblo: según la leyenda, fue fundada en 750 por el Rey Longobardo Ratchis, en el lugar donde, se dice, vio aparecérsele la Trinidad encima de un abeto blanco. Se trata de una historia sin duda fascinante, que aún hoy nos cuentan los frescos del Siglo XVII de Francesco Nasini que representan La leyenda del Duque Ratchis.
Te sorprenderá la cripta, con treinta y dos columnas todas diferentes entre sí: data del Siglo VII y sin duda merece una visita.
Una curiosidad: desde hace casi mil años, la Abadía conserva el Codex Amiatinus, o Biblia de Amiata, la copia más antigua conocida del texto sagrado en latín.
Continuamos con un paseo por el pueblo histórico, que creció a la sombra de la Abadía, entre callejuelas estrechas y casas de piedra, con sus puertas aún decoradas con símbolos medievales y puertas con vistas a los impresionantes panoramas de Val d'Orcia. Aquí en Navidad se encienden las antorchas : grandes pilas de leña que arden durante toda la Nochebuena, alrededor de las cuales la gente se reúne para beber y cantar. Una costumbre posiblemente de origen pagano que parece remontarse incluso antes del año 1000.
Tradiciones que no hay que perderse también en Semana Santa: el Viernes Santo, por las calles del pueblo inicia la Giudeata, o bien el traslado de Cristo Muerto en procesión . A la ceremonia participan participan figurantes como soldados romanos a caballo, así como personajes de la Pasión y niños que llevan en la mano globos de papel iluminados, estos últimos también los cuelgan en las ventanas de Abbadia.
A partir del Siglo XIX, la identidad del pueblo quedó fuertemente vinculada a las minas de cinabrio: de hecho, de este mineral, presente en grandes cantidades en la Montaña Amiata, se obtenía el mercurio, un recurso que hizo de Abbadia un importante centro industrial hasta los años setenta. El Parque del Museo de la Minería recorre estos acontecimientos históricos que marcaron profundamente a la comunidad, exponiendo herramientas y objetos de época. Tras la visita, podrás subir al vagón de los mineros y recorrer los 250 metros del túnel, donde se reconstruyen algunos de los escenarios: una forma de conocer los momentos más significativos del trabajo en la mina y la difícil vida de los mineros.
En cualquier temporada del año en que decidas visitar Abbadia, no dejes de subir a la cima de la Montaña Amiata, la grande montaña madre. En primavera y verano, será maravilloso pasear libremente por los caminos de senderismo o hacer una excursión en bicicleta. En otoño, podrás admirar los miles de colores cambiantes de las hojas, mientras que en invierno podrás usar las raquetas de nieve hasta la cima: desde aquí disfrutarás de un panorama inolvidable.
Nuestro recorrido sólo puede terminar con una apetitosa parada para degustar un postre que sólo encontrarás aquí: ¡la Ricciolina! El pastel de pastaflora relleno de crema de chocolate, avellanas y merengue es ideal para recuperar energías después de un día en la nieve o en los bosques. Perfecto al final de un almuerzo a base de especialidades locales: no te pierdas la sopa de setas y castañas, los embutidos de cinta y los pici.