Un día en el mar, buena compañía y muchas ganas de divertirse: ¿qué puede haber mejor que terminar la jornada con un aperitivo en la playa al atardecer? Aquí te indicamos dónde puedes disfrutar de un buen cóctel con vistas al mar.
La magia de la Isla de Elba y la vista del mar cristalino: justo encima de la playa de Acquarilli - a pocos kilómetros de Capoliveri - directamente en el acantilado que domina la cala, podrás relajarte con un excelente aperitivo mientras tu mirada observa el hermoso panorama.
Si el verano sabe a mojito, el lugar justo es la playa de Baratti, en la Costa Etrusca.
Su franja de arena está mágicamente enclavada entre las olas del Golfo de Baratti y un extenso y sombreado pinar.
Tanto en la playa como en el cercano pueblo de Populonia, hay varios clubes para pasar una velada fresca y a la moda.
La zona es famosa por sus importantes vestigios de la época de los etruscos y los romanos. En el Parque Arqueológico de Baratti y Populonia -que abarca unas 80 hectáreas- la historia y la arqueología enriquecen un paisaje virgen.
Para los amantes del cine italiano de autor, una parada en Calafuria es obligada: el último recodo enmarcado en la película de Dino Risi "Il Sorpasso" es Calafuria, justo después del pueblo de Quercianella.
Su reserva natural, a poca distancia de Livorno, abarca 116 hectáreas y es un lugar ideal para practicar submarinismo, buceo de superficie y surf.
En Calafuria, por supuesto, no faltan pequeños bares y locales en la playa dispuestos a ofrecerte un spritz en el momento justo del día.
Las playas de Marina di Pisa pueden ser de arena o de guijarros blancos que descienden hasta el agua transparente; el centro es adecuado para quienes -incluso con la familia- buscan una velada tranquila: tiene un paseo marítimo tranquilo y romántico que costea la playa, con pequeños bares y quioscos que venden gofres, cacahuetes y caramelos.
La belleza natural de Marina di Pisa inspiró y sorprendió al poeta Gabriele D'Annunzio, que escribió aquí los versos de la famosa "La pioggia nel pineto".
En Viareggio, la principal ciudad de Versilia, el Viale Giosuè Carducci, más conocido como la Passeggiata, es una amplia calle peatonal que se extiende a lo largo de más de dos kilómetros y que te da la bienvenida con numerosas boutiques, cafés, heladerías y restaurantes, en una sucesión de elegantes edificios, a menudo de estilo Modernista.
Entre los edificios más notable se pueden apreciar la Villa Argentina y el Café Margherita, que permanece casi intacto desde cuando lo frecuentaba Giacomo Puccini.
Otra animada localidad es Lido di Camaiore, también en Versilia. Entre el mármol de los Alpes Apuanos y la naturaleza que lo rodea, el pequeño centro es frecuentado tanto por veraneantes como por apasionados del senderismo. En esta parte de la costa toscana hay mucho para elegir: todos los balnearios organizan casi todas las noches algo especial y divertido, para finalizar el día.
En Maremma del Norte, Castiglione della Pescaia es una pequeña joya digna de admiración: desde las encantadoras callejuelas de la parte alta, con su inolvidable panorama, hasta el puerto-canal, donde atracan todas las noches los barcos de pesca. Es aquí, en la parte más frecuentada por los pescadores, en la desembocadura del río Bruna, donde se concentran los bares y chiringuitos, donde uno puede relajarse tomando algo fresco.
No muy lejos, a la sombra del Fuerte Rocchette, se puede cenar en la playa con platos de pescado fresco y un buen vaso de vino blanco, mientras el sol tiñe de rojo el cielo toscano.
Giglio Campese - en el lado occidental de la Isla de Giglio - se encuentra en una bahía encantadora, caracterizada a la izquierda por un acantilado que resalta en el mar y, en el lado opuesto, por el faro de Fenaio.
Desde la playa (la más grande de la isla) se puede admirar una hermosa vista de la bahía y la luz dura hasta bien entrada la noche, dada la exposición occidental. Aquí sopla un viento suave y las espectaculares puestas de sol son el marco perfecto para un aperitivo veraniego.