Para muchos es sinónimo de épocas lejanas y del Renacimiento, Toscana ha sido elegida por artistas contemporáneos, nacionales e internacionales como lugar para dar rienda suelta a la propia creatividad. Por ello, la región está esparcida de jardines y parques de esculturas, museos y colecciones privadas, así como de sugestivas arquitecturas que incluye fascinantes bodegas de diseño.
En este artículo hemos seleccionado algunos de los edificios públicos e institucionales más sorprendentes construidos desde el 1945 hasta la actualidad.
Entre los primeros ejemplos de arquitectura contemporánea en Toscana se encuentra el espectacular techo del Salón Nervi dentro del complejo Termas de Chianciano. Realizado entre los años 1952-53 por Pier Luigi Nervi, parece un elaborado bordado circular de hormigón blanco que se expande ligeramente desde el centro como si fuera impulsado por una fuerza centrífuga.
Otro ejemplo importante es la Iglesia San Giovanni Battista en Campi Bisenzio, más conocida como la Iglesia de la Carretera de Giovanni Michelucci. Construida entre los años 1961 y 1964, fue concebido como una parada religiosa para quienes viajaban por la autopista, recordando con su innovadora bóveda de hormigón "invertida" una carpa típica de los pueblos nómadas.
El Teatro del Maggio Musicale Fiorentino, ha sido galardonado en el 2014 con el Premio Nacional a la mejor obra arquitectónica realizada en Italia en los últimos cinco años. Situado a un paso de la estación de Santa Maria Novella y al principio del Parque Cascine, el edificio destaca por su gran torre escénica visible de 35 metros de altura.
En Toscana, concretamente en Prato, se encuentra la primera arquitectura construida en Italia para contener obras de arte contemporáneo, es decir, el Centro para el Arte Contemporáneo Luigi Pecci, con la forma futurista de una enorme nave espacial dorada realizada por Maurice Nio en el 2016. También en Prato, es posible visitar la antigua Cimatoria Campolmi, una fábrica del Siglo XIX convertida en un edificio polivalente, que ahora es la sede del Museo del Tejido y de la Biblioteca Lazzerini.
No hay que perderse en Florencia elArchivo de Estado Italo Gamberini, una moderna fortaleza de los Medici con vistas a los bulevares de la ciudad construida entre los años 1927 y 1988, y el nuevo recorrido expositivo del Museo de los Inocentes, situado en el antiguo Spedale de los Inocentes en la Plaza Santissima Annunziata, inaugurado en el 2016.
También merece la pena visitar la sede del banco en Colle Val d'Elsa, realizada por Giovanni Michelucci y Bruno Sacchi entre los años 1973 y 1983, con su brillante color rojo, la Casa Esagono (1957) del arquitecto florentino Vittorio Giorgini en el pinar del Golfo de Baratti, que parece casi una nave espacial de madera con módulos hexagonales suspendidos entre los árboles, y el original Atelier “SpazioXTempo” en Montelupo Fiorentino, un estudio del artista Marco Bagnoli, construido entre los años 2007 y 2017.
Desde el Chianti Classico hasta Maremma, hay numerosas bodegas de diseño que merecen una visita.
Entre ellas, Bodega Antinori en Chianti Classico, que parece fundirse con la colina que tiene detrás, Bodega del Borro, con sus ladrillos rojos y sus bóvedas que encajan con el estilo rural de la finca en Valdarno, y Bodega Petra, diseñada por el arquitecto Mario Botta para convertirse en parte integrante del paisaje de la Costa Etrusca.