Existe un rincón en Toscana de color lila intenso y de perfume de lavanda, un lugar perfecto para sacar fotos pero también para meditar, simplemente perdiéndose en las fragancias y las tonalidades del matorral mediterráneo. Explora los valles de las Colinas de Pisa, entre Casciana Alta y Castellina Marittima, pasando por Pieve di Santa Luce y Orciano Pisano, zonas desconocidas pero innegablemente fascinantes.
Es aquí donde la lavanda ha tomado el lugar del trigo, convirtiéndose en una atracción para el turismo rural pero también en una gran oportunidad para las empresas del sector agrícola.
El cultivo de lavanda con método orgánico y biodinámico comenzó gracias a un proyecto financiado por la Región Toscana con fondos europeos con el doble objetivo de crear una nueva cadena de producción de hierbas medicinales para su transformación en aceites esenciales preciados y de iniciar un modelo de desarrollo turístico sostenible basado en la autenticidad de los valores y recursos del territorio.
La hermosa lavanda en flor a finales de julio se cosecha para transformarla en aceites esenciales que se utilizan como integradores, aromas alimenticios, perfumes, jabones y mucho más. Así que date prisa si quieres ver los campos florecidos y embriagarte en el "valle de los perfumes".
Dieciocho hectáreas de belleza son el resultado de años de estudio y paciencia al ver crecer plantas exuberantes, que hoy en día representan un verdadero himno a la biodiversidad y la eco-sostenibilidad. El ambicioso proyecto de protección y desarrollo del territorio, gracias al boca a boca (en particular en las redes sociales) ha atraído la curiosidad de los viajeros, transformando la zona de Santa Luce y sus alrededores en una meta imperdible.
Para acoger a los turistas hay agricultores y productores dispuestos a contarnos y mostrarnos todos los pasos de su trabajo, desde la cosecha hasta la destilación al vapor hasta la realización de los aceites esenciales con propiedades benéficas. La experiencia se completa eligiendo entre una excursión fotográfica, un paseo en e-bike, un masaje relajante con las campanas tibetanas, o simplemente viendo el atardecer en los campos, una verdadera aromaterapia en total relax.