En la paz de la campiña y a pocos kilómetros de las ciudades de arte, Chianti asombra con sus famosas colinas esparcidas de castillos, fortalezas, pueblos medievales, abadías, parroquias e hileras de cipreses.
Aquí, los viñedos se muestran en todo su esplendor y se pueden visitar las bodegas más conocidas para disfrutar de catas e itinerarios emocionales.
Tierra antigua y rica en tradiciones, la región del Chianti también ofrece itinerarios históricos -tras las huellas de los Etruscos- y culturales, pero no faltan propuestas para quienes deseen pasear a pie o en bicicleta inmersos en un paisaje encantador.
Hete aquí algunas ideas para que tus vacaciones sean realmente únicas.
El vino icónico de este rincón de Toscana tiene más de trescientos años: el Chianti Classico surgió oficialmente, de hecho, en 1716, cuando Cosimo III de Medici decidió delimitar con una proclama el territorio en el que se producía este vino de gran calidad.
Pero la historia del Chianti Classico y de su símbolo, el famoso Gallo Nero, ha sido fundada en un pasado aún más antiguo y en una curiosa leyenda.
Hoy, estas suaves colinas entre Siena y Florencia no sólo son ricas en propuestas relacionadas con el vino, sino que también albergan bodegas históricas, de diseño y de autor que realzan el patrimonio paisajístico que las acoge.
Entre ellas se encuentran la Cantina Antinori -un espacio arquitectónicamente vanguardista situado en San Casciano Val di Pesa- y la Cantina de Fonterutoli -en Castellina in Chianti-, que domina la finca desde arriba, pero se desarrolla en las profundidades de la tierra.
Quienes deseen experimentar un viaje sensorial a través del vino y la historia del Chianti Classico, en Radda in Chianti, pueden visitar la Casa del Chianti Classico, situada en un antiguo convento.
La historia del Chianti está fuertemente ligada a la presencia de los Etruscos, como atestiguan los materiales arqueológicos hallados en toda la zona. El cultivo de la vid -y, por tanto, la profunda cultura del vino- también se deben a esta civilización ingeniosa y sabia.
Quienes deseen seguir un itinerario arqueológico pueden empezar por Castellina in Chianti, donde el Museo Arqueológico del Chianti Senese relata la historia del territorio desde la Edad de Bronce hasta los Príncipes Etruscos.
Siguiendo por las afueras del centro de la ciudad, se llega al Túmulo del Monte Calvario, formado por cuatro tumbas orientadas hacia los puntos cardinales.
En Radda in Chianti, el Parque Arqueológico de Poggio la Croce se sitúa en un contexto de gran valor paisajístico, capaz de relatar las especificidades geológicas, botánicas y faunísticas de la zona, recorriendo su historia desde la Edad del Cobre: justo aquí han descubierto racimos de uva de vitis vinera y una prensa de vino que data del Siglo IV a.C.
La magia del Chianti no sólo se saborea en las copas de vino, sino también en los numerosos senderos que atraviesan su naturaleza virgen: ya sea caminando, corriendo, en bicicleta o simplemente paseando, los deportes al aire libre siguen siendo una de las mejores formas de disfrutar del espectáculo de esta tierra.
Hay muchas propuestas: los itinerarios CAI pasan por los famosos caminos blancos del Chianti y, si decides ir acompañado de un guía, el paseo puede terminar con una degustación. Puedes elegir entre varios itinerarios que combinan arte -como aquellos que siguen las huellas de Leo Lionni y Domenico Cresti- e historia popular -como aquel de Calcinaia-.
La Vía Romea Sanese, una de las diez vías principales que atravesaban el territorio florentino y llegaban hasta Siena, cruza la campiña del Chianti desde San Casciano: cerca de Castellina, en el pueblo de Fonterutoli, puedes hacer una sabrosa parada en la famosa bodega y tienda de vinos.
Por último, para quienes deseen sumergirse en la atmósfera vintage de la Eroica, es posible elegir diferentes itinerarios y recorrer en bicicleta los viñedos con el panorama de Siena de fondo.
La carrera oficial se realiza todos los años en octubre y parte de Gaiole in Chianti, pero es posible elegir tramos para correr de forma independiente y revivir la famosa carrera.
Tierra de glorioso pasado y ricas tradiciones, el Chianti también dirige su mirada al arte moderno.
En Montefiridolfi se alza el Centro de Arte La Loggia -un museo al aire libre ubicado en la granja homónima- con obras de arte de grandes maestros del Siglo XX como Betty Woodman, Franz Stähler, Arnaldo Pomodoro, Roberto Barni y Karel Appel.
En el Castillo de Ama, en Gaiole, la famosa bodega alberga una colección privada de arte contemporáneo: aquí arte y vino se combinan a la perfección ofreciendo una experiencia apasionante (con cita previa).
Por último, para vivir plenamente la singular integración de arte y naturaleza, en Pievasciata, a pocos kilómetros de Castelnuovo Berardenga, el Parque de Esculturas del Chianti acoge muestras y esculturas contemporáneas de artistas internacionales procedentes de todo el mundo. Cada escultura es específica del lugar, es decir, fue creada específicamente por el artista tras visitar el lugar donde sería expuesta. Se ha creado un anfiteatro dentro del parque, que ofrece a los visitantes un completo programa de conciertos durante el verano.