Correr y hacer orientación en los bosques de la Montaña Amiata

Para quienes desean adentrarse en el hayedo más grande de Europa, no hay nada mejor que probar los itinerarios que lo exploran a lo largo y ancho: los recorridos están señalizados y disponibles para todos los gustos, desde los más sencillos hasta el medianamente exigente Sendero Capomacchia; algunos son caminos circulares, mientras que otros atraviesan el bosque de hayas linealmente. Para cada itinerario se pueden ver las características y el trayecto GPX.

Para no perderse el espectáculo de los pueblos de montaña, lo ideal son los recorridos circulares, por ejemplo el Anillo de Cipriana y el Anillo de San Antonio. La salida y la llegada a Abbadia San Salvatore ofrecen la oportunidad de conocer el característico pueblo y otras localidades, explorando también los magníficos bosques de los alrededores.
Otro itinerario imperdible es el Anillo de la Montaña Amiata que recorre todo el cono de este antiguo volcán ahora extinto y regala paisajes y satisfacciones tanto al caminar como al correr.

Los más competitivos no pueden perderse la Carrera de Amiata, la competición anual que en 27 km lleva a los corredores a subir por la ladera de la montaña hasta llegar a la cima y luego bajar al punto de partida.

Una actividad alternativa es la Orientación, o bien, el "deporte de los bosques": es un juego competitivo en el que los individuos o equipos se desafían para encontrar, a través de sus habilidades y sentido de la orientación, todos los puntos establecidos en un recorrido y llegar primero al final.
Es adecuado tanto para los deportistas que se quieren entrenar de una manera diferente como para un día familiar de diversión y rodeado de la naturaleza.
En la localidad Le Macinaie, en Castel Del Piano, se encuentran grupos y expertos en actividades al aire libre que organizan itinerarios de Orientación, tanto de medio día como de un día completo.

Para disfrutar plenamente de los bosques de Amiata en todas las estaciones del año y caminar por los senderos se puede hacer una parada en los refugios que se encuentran entre las hayas y los castaños para entrar realmente en contacto con la naturaleza, empezando también a descubrir los colores del follaje otoñal  de Amiata o para divertirse con las raquetas de nieve.