Un viaje para descubrir a Leonardo da Vinci no puede limitarse a visitar los lugares geográficos donde nació, trabajó y donde se conservan sus obras. La excursión Leonardiana debe ser una oportunidad para explorar los paisajes, los elementos históricos y culturales que lo inspiraron: las Tierras del Renacimiento Toscano y Florencia del siglo XV donde, cuando era muy joven, se trasladó a trabajar en el taller de Verrocchio y aprendió el arte de la pintura, el dibujo y la escultura, sumiéndose en la cultura literaria y filosófica de la época.
Leonardo nació en Anchiano, cerca de Vinci, en la ladera sur de la verde Montaña Albano, en un paisaje cubierto de viñedos y olivares. Aquí se puede visitar la casa natal, una masía del siglo XV que se une al pueblo Vinci por la llamada Vía Verde, un antiguo camino de unos 3 km que se puede recorrer a pie, y que forma parte de la Asociación de Casas de la Memoria y del Camino Museístico de Leonardo.
El Museo Leonardiano en Vinci presenta una de las colecciones más grandes y originales dedicadas a los múltiples intereses del Leonardo tecnólogo, ingeniero, arquitecto, científico y, más en general, a la historia de la tecnología del Renacimiento, que repasa las etapas decisivas del viaje de Leonardo. Las dos sedes de Palazzina Uzielli y Castillo de los Condes Guidi, proponen una de las colecciones más grandes y originales dedicadas a Leonardo ingeniero, arquitecto y científico y, más en general, a la historia de la tecnología del Renacimiento. Las máquinas y modelos reproducidos se presentan con referencias concretas a los bocetos del artista, acompañados por reconstrucciones digitales animadas y aplicaciones interactivas. La Palazzina Uzielli presenta, además de la billetería, las salas dedicadas a las máquinas de construcción, con la reelaboración de Leonardo de los proyectos de Brunelleschi para la construcción de la cúpula del Duomo de Florencia, a la tecnología textil y a los relojes mecánicos. En el Castillo de los Condes Guidi hay máquinas y estudios de las intuiciones de Leonardo en diferentes sectores: desde los instrumentos de uso científico a las máquinas militares, las máquinas de construcción y las de movimiento por aire, por agua y de tierra, a escala real. La exposición del Castillo se completa con la sección "La óptica de Leonardo entre Alhazen y Keplero" dedicada a los estudios de óptica.
También puedes visitar la pila bautismal del siglo XV donde fue bautizado en la iglesia Santa Croce. En el corazón del pueblo, la iglesia, cuyo origen se remonta al siglo XIII, presenta hoy los rasgos arquitectónicos del neorrenacimiento y es el lugar de bautismo de Leonardo. En el pequeño baptisterio se conserva la pila bautismal del siglo XV donde se afirma que, el 16 de abril de 1452, el párroco Piero di Bartolomeo Cecchi impartió el sacramento al ciudadano de Vinci. Una placa recuerda el evento con las palabras que el abuelo, Antonio Da Vinci, anotó en unas memorias escritas. El artista Cecco Bonanotte ha dedicado un ciclo escultórico al bautismo del gran genio, referido a la historia de la Salvación, que le da al lugar una marcada espiritualidad.
Vale la pena visitar la Biblioteca Leonardiana, centro de documentación especializado en su obra y punto de referencia para estudiosos y aficionados a nivel internacional, con reproducciones facsímiles de todos los manuscritos y dibujos, así como todas las ediciones impresas de sus obras desde 1600. Inaugurada oficialmente en el 1928, la Biblioteca Leonardiana constituye desde entonces un punto de referencia para estudiosos e investigadores italianos y extranjeros.
Caminar por el centro histórico de Florencia significa recorrer las calles de Leonardo, descubrir las huellas de su obra y revivir la atmósfera de los lugares de su juventud. En la Galería Palatina de Pitti y el Museo del Bigallo hay expuestas obras del taller y de la escuela de Leonardo; en el Gabinete de Dibujos y Grabados de los Uffizi hay dibujos y bocetos; en el Museo Argenti y el Museo Stibbert se conservan obras de arte aplicado con referencias documentales o iconográficas a Leonardo.
El Gran Salón del Consejo del Palacio Señoría, aunque no contiene obras físicas, nos sugiere su historia legendaria: el misterio de la grandiosa pintura mural de la Batalla de Anghiari, que debía contrastar con la Batalla de Cascina encargada a Michelangelo, un desafío entre genios por obras que no nos han llegado, pero que alimenta investigaciones que quisieran encontrar el fresco de Leonardo escondido detras de las paredes del Salón.
Por último, los cenáculos florentinos de Andrea del Castagno, Perugino y Domenico Ghirlandaio, son un paso esencial para comprender los precedentes iconográficos y estilísticos de la Ultima Cena realizada en Milán, la única pintura mural de Leonardo
Visitar la Sala 15 de la Galería Uffizi permite admirar algunas de las primeras obras de Leonardo, antes de su traslado a Milán en el 1482, en la corte del Duque Ludovico il Moro: el Bautismo de Cristo (1470-1475 aprox.): realizado en su mayor parte por el Maestro Verrocchio, contiene ciertamente la mano del joven Leonardo en la cabeza del ángel izquierdo y en el paisaje "esfumado", la Anunciación (1472 aprox.): espléndida representación en la que la atención científica hacia la descripción de la naturaleza y de los fenómenos naturales de Leonardo queda evidenciada por la detallada descripción de las alas del ángel, pintadas como si fueran las de un pájaro real, así como en el fantástico paisaje que se observa detrás, la Adoración de los Magos (1481): aunque inacabado, transmite una gran intensidad emocional a través de la expresión de los sentimientos y de la fuerza de los volúmenes que resurgen gracias a la restauración del Opificio delle Pietre Dure que, a través de una operación de limpieza cuidadosa, ha vuelto a sacar a la luz técnicas y detalles significativos del proceso mental de Leonardo y de su inspiración artística.