Descubriendo los lugares de Dante en la Montaña Amiata

“La nave de mi ingenio, ahora, 
levanta las velas
para recorrer aguas mejores 
y dejar detrás,
el mar cruel del Infierno;                            

y cantaré ese segundo reino 
donde el alma humana se purifica 
y se hace digna de subir al cielo”
(Purgatorio, I, v. 1-6)

A lo largo de la carretera que sube desde Abbadia San Salvatore hasta la cima de la Montaña Amiata, rodeada de un frondoso bosque de hayas, hay una roca que destaca sobre todas las demás: es la Roca de Dante, una roca de origen magmático, en la que se modela en modo inconfundible el perfil de Dante Alighieri.

La leyenda cuenta que la roca se formó espontáneamente como agradecimiento respecto del Divino Poeta, que se inspiró en Amiata para crear la montaña del Purgatorio. 

Hoy en día, la Roca de Dante es un destino para excursionistas y escaladores: desde su cima se puede disfrutar de una espléndida vista del lado sienés de la Montaña Amiata. 

"Ven, cruel, ven, y ve la presión

de tus gentiles, y cura su maldad;

y verás Santafior lo oscuro que es! "

(Purgatorio, VI, v. 111)

El pueblo de Santa Fiora se menciona en el Canto VI del Purgatorio de la Divina Comedia. Dante se refiere a la ciudad como un ejemplo del poder gibelino en declive, representado por los Aldobrandeschi, los señores del lugar.

Actualmente Santa Fiora es un espléndido pueblo de la Montaña Amiata, lleno de atracciones y actividades, pero el recuerdo de la cita sigue presente en la plaza central: aquí, de hecho, una placa rectangular da la bienvenida a los visitantes con el verso de Dante.

“Cuando termina el juego zara, 
quien pierde se queda apenado,  
mientras piensa a las jugadas y triste aprende,                             
con el vencedor se va toda la gente;  
uno va delante, y el otro lo tira de atrás 
y otro lo sigue al lado”
(Purgatorio, Canto VI)

Se refiere a la familia Aldobrandeschi y su relación con Amiata, otro pasaje de la Divina Comedia, contenido en el Canto VI del Purgatorio: aquel relativo al juego zara, el antiguo juego de azar con los dados, muy en boga en la Edad Media.

Según la tradición, el pueblo de Amiata, Castell'Azzara, surgió como resultado de una disputa entre los hermanos Aldobrandeschi, Bonifacio, Ildebrando y Guglielmo, resuelta mediante una jugada de zara. 

Fue Bonificio quien ganó la jugada y construyó el castillo en torno al cual se edificó el actual pueblo de Castell'Azzara.

“Son muchos los hombres a los cuales se une,

y serán aún más, hasta que el Lebrel

llegue, y la hará morir de dolor.”
(Infierno I, v. 102)

El que se refiere al "Lebrel" es uno de los pasajes más famosos de la Divina Comedia. 

Hay muchas interpretaciones de esta figura: desde un salvador genérico de la Humanidad, el Papa Bonifacio VIII, hasta el Emperador Arrigo VIII. Sin embargo, según algunos, la profecía de Lebrel se cumplió en la figura de David Lazzaretti, predicador de Amiata y fundador de la Iglesia Jurisdávica.

Lazzaretti nació en Arcidosso en el Siglo XIX y fundó la Comunidad Jurisdávica en el Monte Labbro , antes de ser asesinado durante una manifestación religiosa. 

Por su visionario y su trágico final, se le ha llamado el Cristo de Amiata y por ello muchos seguidores lo han identificado como el "lebrel" de la Divina Comedia, Salvador de la Humanidad.

Los restos de la ermita y de la capilla de David Lazzaretti se pueden actualmente visitar en el Monte Labbro.