Estamos en el sur de la Toscana, rodeados de la naturaleza virgen del Monte Amiata.
Es aquí, lejos de todo, donde los cálidos colores del otoño pintan la montaña con mil matices.
Numerosos senderos atraviesan los extensos castañares que alcanzan los 1.000 m de altitud, para dar paso a los hayedos que, ajenos al aire enrarecido, extienden sus troncos hacia el cielo, dejando caer una lluvia de hojas de colores: desde el amarillo brillante de las hojas que aún perduran en las ramas hasta la alfombra roja que cubre los caminos como en un cuento de hadas. Aquí tiene 4 lugares para disfrutar del espectáculo del follaje.
Es el gran anillo (Las Vías del Agua) que abraza el cono volcánico del Monte Amiata y conduce al descubrimiento de sus manantiales.
De los bosques de Seggiano a los senderos de Piancastagnaio, de las fuentes de Castel del Piano y Santa Fiora a las majestuosas hayas de Abbadia San Salvatore, unos buenos 62 kilómetros para recorrer a pie y completar en varias etapas.
A lo largo de estas rutas, los castaños se alternan con los hayedos y recorrerlas es una forma extraordinaria de sumergirse en los colores otoñales del antiguo volcán de la Toscana.
La cima del Monte Labbro se alcanza con facilidad y desde allí se descubre un panorama de 360 grados de los prados que descienden hasta los pueblos del valle. También se encuentra aquí la pirámide de piedra caliza donde David Lazzaretti fundó en el siglo XIX la comunidad sociorreligiosaJurisdavídica.
El ambiente es especialmente delicado, hasta el punto de que se considera hábitat prioritario de interés comunitario para las orquídeas silvestres, la violeta de Etrusca, el asfódelo amarillo y el Delphinium fissum.
En otoño, parece una terraza natural sobre el follaje de la campiña de Amiata.
La Conca d'Oro es el nombre del valle que une Montegiovi, Seggiano y las laderas occidentales del Monte Amiata.
Se llama así por el excelente aceite de oliva virgen extra que se produce de la Olivastra de Seggiano y porque en otoño la naturaleza se tiñe de un amarillo brillante que recuerda al oro.
Representa uno de los paisajes naturales más evocadores de la región de Amiata y un lugar donde se puede contemplar este paisaje es la plaza de Montegiovi, una sección del municipio de Castel del Piano, encaramada a un acantilado.
Faeta se encuentra entre Vallerona y Santa Caterina, en el municipio de Roccalbegna, una zona caracterizada principalmente por los castaños.
Aquí, las hojas se tiñen de rojo y admirarlas es una experiencia evocadora de profundo contacto con la naturaleza, sobre todo si se va acompañado de un guía capaz de narrar y explicar lo que admiran los ojos.