Estrecho de Giaredo - Credit: We Live we explore
El barranquismo es una experiencia que penetra en todos los sentidos, significa remontar ríos desafiando la corriente, descubrir espectaculares y profundas gargantas excavadas por los ríos mismos durante las eras geológicas, desde cuyo fondo apenas se ve el cielo. Como el desfiladero que inspiró a Dante y sus paisajes infernales que encontramos a los pies de los Apeninos en el lado de Lucca: el Orrido di Botri, un cañón en algunos lugares muy estrecho rodeado de ambientes rocosos donde el hombre no ha puesto su mano e impregnado de una atmósfera encantada.
El cañón más profundo de toda Toscana, cuyas escarpadas paredes rocosas pueden alcanzar hasta 200 metros de altura, está cubierto de una rica vegetación y en sus laderas hay hayas con inusuales formas ascendentes en busca de la luz; las paredes, muy cercanas en algunos puntos, permiten filtrar poco los rayos del sol, creando un clima especialmente fresco y húmedo, hasta el punto de que las hayas pueden vegetar en la franja climática más baja de su área de distribución natural.
Un paisaje insólito, pero en absoluto el único del territorio toscano con estas características. Lunigiana también esconde un lugar tan salvaje como espectacular, que hay que explorar con el agua hasta las rodillas y la nariz hacia el cielo: los Estrechos de Giaredo y sus paredes de color rojo hígado. Entre saltos y deslizaderos, el Río Selvano y el Sierra de Garfagnana permiten vivir experiencias de barranquismo en frescas aguas que son entre las más bellas de toda la región. Algunos cursos de los ríos han creado valles más abiertos y son adecuados para montar en un bote insumergible, perfecto para recorrer los rápidos y divertirse más que nunca haciendo rafting.
