Atravesando los pequeños pueblos y las verdes granjas de Alta Lunigiana, no es difícil encontrar torres con altos y poderosos muros, pequeñas aspilleras, puertas de entrada sobrealzadas (construidas para defender bienes y personas), erigidas en el centro de los pueblos o aisladas en los bosques.
Las Casas Torres del Valle de Caprio, en Filattiera, son sin duda uno de los edificios más curiosos y fascinantes de Alta Lunigiana. No son castillos, no son viviendas, no son graneros, pero toman algunas de sus características de cada uno de estos edificios.
Hoy en día, las casas torre de este valle se han convertido casi todas en viviendas privadas o se han transformado en alojamientos.
A lo largo de los siglos, el estrecho y escarpado valle del arroyo Caprio ha sido punto de encuentro de importantes rutas viarias: en la época romana, el itinerario Luni - Parma lo cruzaba desde Sorano hasta los prados de Logarghena, mientras que en la Edad Media, la Vía Francígena discurría por el fondo del valle del Magra y la Vía Lombarda ascendía hacia el Paso de Cirone.
Durante la Edad Media, esta zona marcaba el límite entre los feudos de los Señores Malaspina y los dominios de la Comuna Libre de Pontremoli, que a menudo estaban en guerra entre sí por el control de las rutas viarias y las fortificaciones.
Y fue precisamente entre los Siglos XIV y XV cuando, en esta franja concreta de territorio, se desarrolló un tipo particular de construcción, denominada casa torre. Este edificio en particular tiene tres funciones principales: residencial, defensiva y de presidio del territorio, y también de almacenamiento y protección de bienes y cosechas.
A veces estas estructuras formaban parte de un asentamiento o aldea, mientras que en otros casos se situaban en una posición dominante en el centro de una granja o de una corte agrícola.
En la antigüedad, las casas-torre se llamaban caminà o caminate, quizá por su parecido con las torres militares dotadas de chimeneas (camini), útiles para la comunicación mediante señales de humo y fuego para el presidio del territorio.
Las características de estos edificios, que se encuentran en los pueblos de Caprio, Ponticello, Canale, Monteluscio e Irola, son bastante similares: tienen una base cuadrada con gruesos e imponentes muros de arenisca, desarrollo vertical en tres o cuatro plantas conectadas por escaleras interiores de madera, entrada sobrealzado, aspilleras o pequeñas ventanas.
Cuando te encuentres a lo largo del sugestivo Valle de Caprio, intenta observar de cerca las colinas que te rodean y busca estas antiguas obras de construcción medieval.