Las plazas más bellas de Toscana: una selección

En Florencia, cuna del Renacimiento, no escasean las plazas hermosas y famosas en todo el mundo, pero la Plaza de la Catedral destaca entre todas ellas.
El centro religioso de la ciudad desde la antigüedad está presidido por la Catedral de Santa Maria del Fiore, con la Cúpula de Brunelleschi, el Campanario de Giotto y el Baptisterio de San Juan.
Aquí puedes ir a numerosos locales de diversión y restaurantes, es uno de los puntos de encuentro más importantes de la ciudad.

A poca distancia de la Plaza de la Catedral se encuentra la sugestiva Plaza de la Señoría , donde se alza el imponente Palazzo Vecchio, centro de la vida política de la ciudad desde el Siglo XIV.
En la Plaza de la Señoría hay algunas obras maestras, como la Fuente de Neptuno de Ammannati y la hermosa Logia de los Lanzi, con esculturas como el Rapto de las Sabinas de Giambologna y Perseo con la cabeza de Medusa de Benvenuto Cellini.

Absolutamente imperdible es la Plaza de los Milagros en Pisa, declarada Patrimonio de la Humanidad por Unesco y rebautizada así por el poeta Gabriele D'Annunzio debido a la extraordinaria coexistencia de cuatro grandiosas obras: la Catedral de Santa Maria Assunta, el Baptisterio de San Juan el Cementerio Monumental y la famosa Torre Inclinada. 

Muy especial y conocida es la Plaza del Anfiteatro de Lucca, asombra con su peculiar forma elíptica derivada del antiguo anfiteatro romano sobre el que se construyó.
A la plaza se accede a través de cuatro puertas que la enmarcan y la convierten en uno de los lugares más fotografiados de la ciudad.

Para los amantes del mar, nada mejor que admirar la puesta de sol desde la Terraza Mascagni en Livorno, uno de los lugares más pintorescos de la ciudad.
Esta elegante y amplia plaza con vistas al mar tiene un característico pavimento ajedrezado compuesto por más de 34 mil baldosas blancas y negras y unas cuatro mil columnas.

Quizás menos conocida es la espléndida Plaza Dante en Grosseto-conocida también como Plaza de las Cadenas- se construyó entre los Siglos XIII y XIV y está presidida por el majestuoso Palacio de los Aldobrandeschi y la Catedral dedicada a San Lorenzo. 

Su característica forma trapezoidal hace de la Plaza Grande en Arezzo una de las más bellas de Toscana.
Famosa también por la película de Roberto Benigni "La vida es bella", está dominada por el Palacio de las Logias, construido por Giorgio Vasari a finales del Siglo XVI. 
El primer fin de semana de cada mes se celebra la tradicional Feria del Anticuario, mientras que dos veces al año acoge la recreación de la Justa de los Sarracenos.

La Plaza Grande de Montepulciano es una auténtica obra maestra del Renacimiento, el corazón del poder político y religioso.
Aquí encontrarás la Catedral de Santa Maria Assunta, el Palacio Municipal con su fachada gótica y los palacios nobles de la ciudad.
Esta plaza fue elegida como escenario para la película "Luna Nueva" de la popular saga Crepúsculo.

Corazón del centro histórico de Prato, la Plaza del Duomo es el lugar donde se fundó el primer núcleo de la ciudad en la Edad Media. La plaza se amplió para acoger la grande afluencia de peregrinos que acudían a visitar la Catedral y asistir a la exposición de la Sagrada Faja, reliquia perteneciente a la Virgen María.

La Plaza de la Catedral en Pistoia está dominada por los principales edificios religiosos y públicos de la ciudad. Por encima de todos ellos se alza el campanario, que ofrece una espléndida vista desde sus 67 metros de altura.
Junto a la plaza se encuentran la Catedral de San Zeno, de estilo gótico pisano, y el impresionante Baptisterio de San Juan, construido a mediados del Siglo XIV sobre los restos de una iglesia más antigua. 
A la plaza también también se asoma el Palacio Municipal, que hoy acoge el Museo Cívico del Arte Antiguo.

Uno de los símbolos de la ciudad de Piombino, la Plaza Bovio es una terraza natural que se asoma al mar y ofrece una magnífica vista de la Isla de Elba. No hay que perderse un paseo a la hora del atardecer. 

La plaza histórica más importante de Carrara era originalmente una zona deshabitada donde antiguamente tenía lugar la Platea Porcorum, o mercado del ganado.
Gracias al príncipe Alberico I Cybo Malaspina, el trazado urbano de toda la ciudad cambió drásticamente en 1557, y esta misma plaza se convirtió en el baricentro simbólico y político de la zona de la Catedral.
En el centro del espacio se encuentra el monumento a Maria Beatrice de Este, complementado por una fuente con pila y esfinge.
Los edificios históricos más importantes de Carrara se encuentran en la plaza. 

Una plaza medieval  en forma de estrella que narra la historia de Massa Marittima a través de los palacios que se asoman a ella y de la tradicional evocación histórica que tiene lugar aquí dos veces al año.
La plaza acoge importantes edificios como el Palacio del Podestá, el Palacio Municipal y el Palacio Malfatti, así como numerosos lugares donde relajarse admirando este espacio realmente sugestivo.