Siluetas rítmicas en el horizonte, picos que dominan los valles, bosques majestuosos que cubren las laderas, el territorio del norte de Toscana es una sucesión de relieves montañosos, guardianes de una naturaleza salvaje y a veces impermeable: los Apeninos. La cadena de los Apeninos, divisoria natural entre Toscana y las demás regiones limítrofes -Liguria, Emilia-Romaña, Las Marcas e incluso Umbría-, definía y define las fronteras, dificultando la comunicación entre una región y otra. Son los pasos y los collados de los Apeninos, respectivamente el punto más bajo entre dos montañas y el paso a gran altitud entre los bloques montañosos, los que facilitan el desplazamiento de una vertiente a otra.
Puertas entre imponentes montañas inmersas en una naturaleza realmente asombrosa, las puertas de los Apeninos de Toscana tienen cada una una historia y una particularidad, y son cruces para caminantes y excursionistas que hoy, como antaño, emprenden caminos por las principales vías romanas, y no sólo, como la Francígena de Sigeric y los recorridos por donde pasó San Francisco de Asís. Hete aquí los principales pasos toscanos que recorren los Apeninos.
