Pascua en Toscana: 7 eventos tradicionales que no debes perderte

Cada domingo de Pascua en Florencia, en la Plaza de la Catedral, la explosión del carro -una antiquísima tradición popular- va precedida por el vuelo de la colombina que, después de atravesar la nave central de la Catedral, hace explotar el espectáculo pirotécnico sobre el brindellone es decir, el carro, así llamado por los florentinos.
La celebración de esta festividad sigue siendo la misma que antaño: el carro, que data del Siglo XVIII, es tirado por pintorescos bueyes desde Porta al Prato hasta la plaza delante de la Catedral y escoltada por personas disfrazadas.

Con el paso de los siglos, la tradición de la explosión del carro se ha extendido también a los pueblos cercanos a Florencia: en Figline Valdarno, las logias de la Plaza Marsilio Ficino enmarcan el vuelo de la colombina hasta el carro, que en este caso tiene la forma del Palacio Pretoriano, un edificio del Siglo XV adornado con una torre almenada.
La explosión del carro va precedida de la procesión histórica y seguida de la actuación de los ostentadores de banderas.

En la noche del Viernes Santo, en Grassina, más de 500 participantes escenifican la vida y la pasión de Cristo.
Esta evocadora tradición popular, que se remonta a las primeras décadas del Siglo XVII, se desarrolla en dos etapas: la procesión histórica por las calles del pueblo -en la que los participantes van vestidos con trajes de época- y la representación de escenas de la vida y pasión de Jesús en el Calvario, interpretadas por un centenar de figurantes.
Soldados y centuriones, mujeres romanas, ladrones y caballos majestuosos enmarcan a Cristo que se balancea y sufre durante los 90 minutos del Vía Crucis.
La llegada a las inmediaciones del Calvario es el preludio de la fusión de ambos momentos: todo el paisaje actúa como escenario natural de esta representación, que con el paso de los años se ha convertido en un auténtico acontecimiento apreciado también por muchos turistas.

La Procesión de las Cestas tiene lugar el Lunes de Pascua en Santa Maria a Monte: el acontecimiento recrea el traslado de los restos mortales de la Beata Diana -Patrona de la ciudad- y culmina con una Procesión hasta la Colegiata.
Cada distrito ofrece a la Beata una cesta de flores, tradicionalmente llevada sobre la cabeza de una dama acompañada de un caballero.
Las cestas de flores también están en el origen de uno de los milagros más célebres atribuidos a la Santa: la transformación del pan, que Diana de niña llevaba en su delantal, en "rosas y flores" para evitar ser descubierta por su padre en su caridad hacia los pobres.

En Casole d'Elsa, el Viernes Santo se celebra un evento que revive la histórica procesión que se remonta a los años treinta.
En el pasado, el desfile de los símbolos de la Pasión de Cristo acompañaba a la estatua del Cristo Muerto ya depositado, con las heridas de la Crucifixión, hasta la Capilla de Pievalle , donde se le acercaba la estatua de Nuestra Señora de los Dolores, también llevada en procesión.
Así se sigue celebrando hoy en día, pero se enriquece con las vestimentas de la época y la implicación de la población, que hacen de la procesión un momento íntimo a la vez que espectacular.

Una de las procesiones más antiguas de Toscana se celebra en Radicofani: en la noche del Jueves Santo, tiene lugar en la Iglesia San Pietro una representación simbólica de la Última Cena, con figurantes que representan a los Apóstoles de Jesús. Luego sigue la procesión oscura: los Descalzos, encapuchados, llevan la cruz seguidos de los Apóstoles y recorren las calles del pueblo.
En la tarde del Viernes Santo, en la Iglesia Santa Águeda, comienzan las tres horas de agonía de Jesús, con meditaciones, cantos y lecturas.
Tras la misa, sigue la procesión de Semana Santa, que termina ante el Calvario iluminado: un espectáculo impresionante acompañado de cantos corales.

En Porto Santo Stefano, el Domingo de Resurrección, una larga procesión recorre las calles de la ciudad al amanecer, culminando con el antiguo rito de la bendición del mar: la estatua de Cristo resucitado se coloca en el puerto y se eleva tres veces, mientras los pescadores responden a la bendición haciendo sonar las sirenas de los barcos amarrados.