Reservas de la Biosfera en Toscana

La Reserva de la Biosfera de las Islas Toscanas fue reconocida en 2003 y está formada por siete islas -Gorgona, Capraia, Elba, Pianosa, Montecristo, Giglio y Giannutri- que custodian preciosos tesoros de biodiversidad, un extraordinario patrimonio geológico y geominero, así como testimonios de considerable valor histórico, arqueológico y cultural.
Más de 30.000 personas viven permanentemente en la reserva, dedicadas principalmente a actividades turísticas de verano, y existen unos 30 sitios prehistóricos, numerosos sitios etruscos -vinculados a actividades mineras- y algunos restos de villas romanas -en Portoferraio, Procchio, Puerto del Giglio y Pianosa. 

Las áreas de la Reserva de la Biosfera se encuentran dentro de las zonas terrestres y marinas bajo protección integral del Parque Nacional del Archipiélago Toscano, el más grande parque marino de Europa y parte integrante del Santuario Internacional de los Mamíferos Marinos "Pelagos".
La reserva se caracteriza por un territorio de innegable belleza debido a las numerosas ensenadas a las que a menudo sólo se puede acceder por mar y a las laderas escarpadas y salvajes: un territorio que hay que explorar isla por isla para descubrir los hábitats marinos y todos los animales que forman parte de ellos, como la gaviota de Audouin y el halcón peregrino.
No hay que olvidar la tradición gastronómica caracterizada por platos sencillos elaborados con ingredientes sabrosos y deliciosos, muchos de los cuales proceden del mar.

Reconocida en 2004, la Reserva Bosques Costeros de Toscana está situada a lo largo de la costa entre Pisa, Viareggio y Livorno. 
La Reserva es rica en biodiversidad e incluye dunas, pinares y zonas agrícolas.
En la reserva viven unas 70.000 personas, cuyas principales actividades económicas son la pesca, la agricultura, la ganadería ecológica y el turismo.
La autoridad de referencia de la Reserva es el Parque de Migliarino, San Rossore y Massaciuccoli, un verdadero paraíso natural para explorar y descubrir.
La reserva abarca un territorio que representa inequívocamente las características de este extraordinario tramo de costa, incluidos bosques, playas y matorrales costeros.
La reserva alberga tesoros naturales, históricos y culturales como el Museo de la Cartuja de Calci, los paisajes agrícolas de las colinas y, por último, pero no por ello menos importante, las termas.

El área de la Reserva del Apenino Toscano-Emiliano está situada en la cordillera del Apenino -en la parte septentrional- y se caracteriza por un rasgo único: ser un punto focal de la frontera climática euro-mediterránea.
Por este motivo y por poseer un patrimonio geológico muy importante, siempre se ha caracterizado por una multitud de hábitats: la presencia de numerosas especies relacionadas a las peculiaridades climáticas del área siempre ha coexistido con la presencia humana, en un contexto de absoluto equilibrio.
Aquí, el hombre no sólo ha seleccionado/introducido nuevas especies a lo largo de los siglos, sino que también ha sabido adaptarse y explotar los recursos naturales presentes. 
El Parque Natural del Apenino Toscano-Emiliano forma parte de este territorio, caracterizado por suaves montañas -fácilmente  accesibles y practicables en todas las estaciones- e ideal para relajarse y disfrutar de sus paisajes culturales, naturales y gastronómicos. 
Un verdadero jardín botánico natural, rico en biodiversidad y con unas vistas increíbles, perfecto para los amantes de la montaña, el senderismo y todos los deportes de altura, tanto en verano como en invierno. Se puede llegar fácilmente a todas partes -incluso a pie- gracias a una red de senderos que recorre toda la cresta.
También son dignas de mención los itinerarios para todos, que permiten el acceso a un abanico muy amplio de usuarios, empezando por las familias con niños, pero también para todos aquellos con exigencias específicas.
Quince estructuras del territorio acogen los puntos de información del Parque Nacional para encontrar informaciones y curiosidades de forma sencilla y accesible.