Viajar en trenes históricos es una experiencia mágica, en equilibrio entre el regreso al pasado y la recuperación de lo perdido. Es el caso del Treno Natura, el proyecto que promueve el descubrimiento del territorio a bordo de vagones de los años 30: con el alegre ruido metálico del tren de fondo, el viaje por la zona de Siena se convierte en una aventura única para vivir con toda la familia, en nombre del relax y del asombro.
Los trenes históricos que recorren las vías del tren ahora cerradas al tráfico ordinario tienen el poder de devolver la vida a los lugares que atraviesan. Así, líneas como la de Asciano-Monte Antico y estaciones como la de Torrenieri vuelven a llenarse de ruido, gente y brío.
Desde los andenes de salida - aquellos de Siena y Grosseto - se espera la llegada del tren: los vagones del "centoporte" son tirados por el tren o la imponente locomotora que se anuncia desde lejos con sus bocanadas de vapor.
El Treno Natura recorre diversos paisajes en primavera y otoño : cómodamente sentado a bordo de los originales carruajes de época, podrás admirar las colinas de Val d'Orcia y las vastas extensiones de viñedos que producen los excelentes vinos toscanos; pasarás por las sugestivas Crete y los paisajes de Val d'Arbia, hasta llegar a las boscosas laderas de la Montaña Amiata.
Durante las paradas del tren se puede bajar para fotografiar los campos que se abren hasta donde alcanza la vista, inalcanzables por otros medios. Una vez allí, es posible realizar excursiones por la naturaleza, visitar museos y participar en las fiestas del pueblo.
Viajar en el Treno Natura es una oportunidad para adentrarse no sólo en el pasado, sino también en el auténtico estilo de vida toscano. Cada viaje dura un día y suele estar asociado a , fiestas, ferias y eventos típicos de la zona, como el Mercado de la Trufa Blanca en San Giovanni d'Asso, el Festival de los Hongos Porcini en Castiglione d'Orcia y el Mercato nel Campo en Siena.
Las fiestas y las ferias son los momentos en los que se renuevan las tradiciones, los pueblos cobran vida con ellas y todas las callejuelas perfuman a bondad. En primavera se pueden degustar excelencias como la trufa de marzuolo, mientras que el otoño trae consigo los sabores del bosque, el aceite nuevo y el vino.
Podrás detenerte para hacer catas, participar en almuerzos en el pueblo o reservar en restaurantes típicos que preparan recetas excepcionales. Oportunidades únicas para disfrutar de una óptima comida en buena compañía.