En bicicleta por Batignano y el Parque Arqueológico de Roselle
Apropiado para quienes desean hacer cicloturismo sin tener aún mucha experiencia, este itinerario permite descubrir los tesoros arqueológicos que unen Maremma de Grosseto con la cultura etrusco romana. Roselle fue urbanizada por los etruscos en el Siglo VII a.C. en una elevación que les permitía controlar una vasta extensión del territorio sobre el cual, en aquella época, se encontraba Lago Prile, una grande laguna comunicante con el mar. El itinerario conduce al área arqueológica recorriendo un cómodo carril bici, que pasa entre los olivares hasta debajo de la colina donde se levanta la ciudad etrusco-romana, pero que llega después de atravesar Nomadelfia. Valle fértil y laborioso, la zona está habitada por una comunidad de voluntarios católicos, fundada por Don Zeno en Fossoli (MO) en el 1941 y trasladada a Grosseto en el 1952. El paso por Batignano, un encantador pueblo medieval encaramado en la colina que domina la llanura de Grosseto, precede a la llegada bajo las ciclópeas murallas de la antigua ciudad de Roselle.
El itinerario comienza en las antiguas termas Leopoldinas de Roselle, hoy sede de la Pro Loco. Seguimos por el hermoso carril bici de la Via Batignanese hasta el paso subterráneo E78. Abandonando temporalmente el carril bici, recorremos el paso subterráneo siguiendo las indicaciones de Nomadelfia - Sementarecce y subimos por la Strada della Valle, que atraviesa el valle de Nomadelfia. Podremos admirar las amplias vistas panorámicas de la zona arqueológica de Roselle y la loma de Moscona en cuya cima se levanta, todavía hoy majestuosa, la fortaleza del Castillo de Montecurliano. Conocida como el Tino di Moscona, la fortaleza es una estructura fortificada circular, atípica para la época de Siena de la que data, donde la poderosa familia Aldobrandeschi puso los primeros cimientos de una futura ciudad.
Recorriendo el valle de Nomadelfia, subimos por las orillas del torrente Salica, donde se pueden aún apreciar los restos de antiguos molinos de agua. Seguimos el camino asfaltado, manteniendo el torrente a nuestra derecha hasta que vislumbramos el pueblo medieval de Batignano, entre el follaje de los alcornoques más allá de los característicos muros de piedra. En una posición estratégica para la explotación de los antiguos minerales metálicos de cobre y plata del territorio, el pueblo conserva dentro de sus murallas la Parroquia románica de San Martino, la Iglesia de la Cofradía de San Giuseppe de estilo barroco y, en la parte final de la pintoresca Via di Mezzo, una logia de tres arcos construida con columnas y capiteles romanos reutilizados, provenientes probablemente de Roselle. Desde la calle de la circunvalación, puedes admirar un espléndido panorama del área arqueológica de Roselle empotrada entre las lomas de Moscona y Nomadelfia.
Volviendo sobre la bici, descendemos a lo largo de la SP Batignanese hasta encontrar el paso subterráneo E78, para luego girar a la izquierda por Strada di Ruderi. Después de un breve recorrido, encontramos el Centro de Visitantes del Parque Arqueológico de Roselle, y poco después, a la izquierda se pueden ver los primeros testimonios de la civilización etrusca, que preceden al área arqueológica a la cual llegaremos después de recorrer una corta pero intensa subida con numerosos hallazgos fúnebres. Una visita al área arqueológica dentro de las poderosas murallas ciclópeas, que ocultan los vestigios de la ciudad etrusco-romana de Roselle, nos dejará asombrados por la magnificencia que los arquitectos romanos supieron dar a los planos de perspectiva de este increíble emplazamiento construido con vistas al antiguo Lago Prile. A la vuelta, sólo hay que dejar deslizar las ruedas de la bicicleta durante los 6 km que nos separan de las Termas Leopoldinas de Roselle, punto de partida y de llegada del itinerario.