En bicicleta por la cresta entre Chianti y Crete
El itinerario comienza en la Barriera di San Lorenzo, llamada "le Lupe" (lobas) por los Sieneses. Era el lugar donde se pagaba un impuesto para entrar a la ciudad, escrutado por los dos lobas sieneses que aún pueden verse en los restos de la muralla.
La carretera desciende y luego sube la colina de Capriola, donde nos desviamos muy brevemente para llegar a la Basílica de Osservanza y disfrutar de una de las vistas más hermosas de la ciudad del Palio. Fue San Bernardino de Siena, fraile menor franciscano y gran predicador, quien quiso que este monasterio se construyera en una colina donde reinaran la paz y el silencio. La iglesia, bombardeada en 1944 y reconstruida inmediatamente después de la guerra, se presenta desnuda y sencilla por fuera, mientras que el interior, de trazado renacentista, es un verdadero tesoro de arte.
Poco después, habiendo llegado a la carretera SP de Montevarchi, giramos a la izquierda, pedaleando siempre por subidas y bajadas, pasando por las localidades de Ponte a Bozzone y San Giovanni, hasta llegar a Pianella. Cruzamos el puente sobre el río Arbia y seguimos las indicaciones hacia Monteaperti, pedaleando cuesta arriba hasta justo antes de la localidad de San Piero in Barca, donde alcanzamos la carretera de la cresta que seguiremos hasta Monteaperti, el lugar de la famosa batalla entre los gibelinos sieneses y los güelfos florentinos. En una loma, una lápida en forma de pirámide, enmarcada por cipreses, conmemora el sangriento evento.
La cresta por la que pedaleamos marca un poco la frontera entre Chianti y la zona de Crete Senesi, entre un territorio de pueblos, castillos, viñedos y bosques a un lado y espacios interminables esparcidos de caseríos aisladas al otro lado.
Después de Montaperti, merece la pena detenerse en la iglesia románica de Sant' Ansano, cuya presencia parece atestiguada ya en el Siglo VII y que desde 1107 custodia la preciosa reliquia del brazo de Sant'Ansano, patrón de Siena, supuestamente martirizado en estas tierras.
Un poco más adelante se encuentra el manantial termal de Acqua Borra, ya conocido en épocas etrusca y romana y mencionado en diversos tratados de médicos y filósofos como agua de efectos prodigiosos. Este lugar de indudable encanto está situado cerca de una finca aislada, junto al curso del arroyo Malena y adosado a un muro de travertino; junto a él, las aguas termales fluyen hacia una piscina cuadrada.
El último tramo del recorrido pasa, en rápida sucesión, por las localidades de Casetta, Arbia (donde se puede admirar una columna de señalización leopoldina de 1840), Taverne d'Arbia y Ruffolo. Finalmente, regresamos a Siena.
Itinerario editado por stradedisiena.it