Etruscos y minas entre Volterra y Montecatini Val di Cecina
Un gran anillo que une Volterra, ciudad de arte y cultura con sus 3.000 años de historia, con Montecatini Val di Cecina, uno de los pueblos medievales más bellos de la Toscana, con su mina de cobre de 1800, la más rica y renombrada de Europa.
Pedaleando entre estos dos lugares se atraviesa un paisaje extraordinario en el que contrastan suaves colinas, escarpados y salvajes barrancos, balze (barrancos) y, hacia Montecatini Val di Cecina, abruptos relieves rocosos que recuerdan a un ambiente de montaña.
El recorrido, que se realiza preferiblemente con una bici gravel, aunque es bastante breve, puede suponer un reto, por lo que podrías considerar dividirlo en dos días para disfrutar al máximo de la experiencia, admirando las lunares balze y todas las maravillas del paisaje.
Ya los puntos de llegada y salida, situados justo al borde de la sima de Balze di Volterra (Barrancos de Volterra), dan una idea del regalo que puede hacerse un ciclista pedaleando despacio y con la mirada dirigida hacia la belleza; aquí mismo se conservan hermosos tramos de las murallas etruscas.
Dejando atrás la Badia, tomamos la pintoresca carretera de tierra señalizada como el recorrido Balze y de los barrancos. Éstos, con sus afiladas crestas y las simas que las separan, ofrecen a la vista un panorama único e impresionante. Algunos ramales del camino de tierra conducen a las esculturas medioambientales del artista Mauro Staccioli, extraordinarias expresiones de land art que representan una parte del patrimonio de arte contemporáneo entre Valdelsa y Valdicecina.
Llegamos a Montecatini Val di Cecina tras una subida exigente en la que no faltan curvas cerradas y vistas panorámicas en un ambiente que se vuelve más accidentado y rocoso. La Torre Belforti se alza sobre el pueblo y el panorama, impermeable al paso de los siglos.
Antes de volver a la carretera, es posible visitar la Mina de cobre de Caporciano, la mayor de Europa en el siglo XIX. Los pozos, el poblado minero y el Museo de las Minas cuentan una época de trabajo y gran crecimiento económico en la zona; una riqueza que ya conocían los etruscos, que se dedicaban a extraer minerales para forjar herramientas y mobiliario que admirar en los museos de la zona, como el gran Museo Etrusco Guarnacci de Volterra. Hoy es posible dejar la bicicleta en la superficie y emprender un fascinante viaje a las entrañas de la tierra entre pozos y túneles.
Volvemos a la bici y al viaje, hasta que divisamos una de las elevadas esculturas de Mauro Staccioli y llegamos de nuevo a Volterra con una subida de unos 5 km, de los que algunos tramos cortos alcanzan incluso el 15% de pendiente. Las vistas de colinas, arcillas y barrancos son extraordinarias, tanto que puede que pienses en dar la vuelta a la bici y volver a empezar.