Pedaleando entre Campagnatico y el bajo valle del río Ombrone

Construida por la noble familia Aldobrandeschi alrededor del año 1000, en un acantilado que domina el valle del río Ombrone, se encuentra Campagnatico. Restos de la época romana atestiguan su antigüedad y Dante la hizo famosa al narrar la historia de la familia Aldobrandeschi en la Divina Comedia. 

Este itinerario en bicicleta inicia de la hermosa Plaza de Campagnatico y nos lleva a descubrir lugares y paisajes de Maremma de Grosseto. La calle asfaltada, y una altimetría variable y nerviosa, llena de cortas pero desafiantes subidas y bajadas, hacen del itinerario un recorrido deportivo ideal para el usuario con bicicletas gravel o de carretera, así como para el cicloturista que elige una bicicleta de pedaleo asistido, para disfrutar de la belleza y las bondades que ofrece este territorio.

Partimos cuesta abajo desde Campagnatico, siguiendo la carretera provincial homónima (SP 18) hasta alcanzar y superar la E 878 - SS 223. Pedaleamos en dirección a Montorsaio, sobre el falso llano de la antigua carretera de Siena, hoy coplanaria de la E 78. En el cruce sucesivo proseguimos en dirección a Montorsaio - Case Migliorini, ignorando la señal de Grosseto.

Tras pasar la Casa Migliorini y llegar a un segundo cruce con una rotonda, seguimos la señal Batignano. La carretera de coplanaria (SP153) se aleja ahora de la vía principal y comienza a serpentear subiendo una primera rampa, corta pero intensa, que en unos mil metros pasa por la colina de Poggio Petriccio con una pendiente que se aproxima al 11%. Justo en Poggio Petriccio, la carretera SP 125 se desvía a la derecha y sube hasta Montorsaio, otro antiguo pueblo fortificado, destino de otro itinerario dedicado.

Seguimos por la SP 153, nuestras bicicletas bajan veloces hacia Batignano,un maravilloso pueblo medieval que domina la llanura de Grosseto y cuyo horizonte se extiende hasta el mar. Encantador por su estructura arquitectónica y por las estrechas callejuelas que se persiguen en diferentes niveles, Batignano nos reserva una hermosa vista y un buen descanso en las pequeñas tiendas que bordean la Via di Mezzo, la única que se puede recorrer en bicicleta, que se abre entre las antiguas puertas Senese y Grossetana.

Siempre en ligero descenso, atravesamos el Valle de Nomadelfia, hasta llegar al carril bici que recorre la Strada dei Ruderi. Pasamos justo por debajo de la colina donde primero los etruscos y después los romanos construyeron Roselle. La impresionante área arqueológica es una de las visitas que no hay que perderse durante una permanencia en la zona de Grosseto. Recorriendo el carril bici, llegamos a la nueva Roselle, donde destaca el edificio de las antiguas termas leopoldinos. 

En el tramo sucesivo rodeamos la colina de Moscona, con las profundas heridas causadas por las antiguas canteras aún visibles, de donde se extraía el material de construcción para la nueva Grosseto, preparándonos para ascender el curso del río Ombrone, bordeando otro de los pueblos medievales presentes a lo largo de su curso, Istia d'Ombrone. Istia, un pueblo muy pequeño, aún conserva algunas estructuras de valor histórico, entre las que se encuentra la antigua puerta de entrada orientada al este, que los habitantes de Grosseto llaman la Portaccia. 

Pedaleando por una red de carreteras secundarias y afrontando algunas rampas difíciles, llegamos al pueblo Marrucheti, una pequeña aldea de Campagnatico compuesta por cuatro casas y un bar, alrededor de una iglesia rural. En un continuo sube y baja volvemos a subir el valle del río Ombrone por la carretera provincial de Conce (SP 44), que seguimos hasta debajo de la colina de Campagnatico.

Haciendo un último desvío cerca del cruce con la carretera SP 18, recorremos el antiguo camino de Fonte Pietri, que aún conserva dos espléndidos artefactos de otras tantas fuentes y lavaderos medievales. Nuestro recorrido por el valle de Ombrone llega a su fin, sólo unos minutos y podremos disfrutar del frescor de las plazas de Campagnatico donde los paisajes, como cuadros de autor, se abren de vez en cuando entre las milenarias callejuelas.