Por el camino circular de la Laguna de Orbetello en bicicleta
El camino circular que abraza la Laguna de Orbetello es un carril bici, en gran parte separado del tráfico de vehículos, que combina la belleza salvaje de la Duna de Feniglia con el espectáculo de uno de los Oasis WWF más importantes de toda la cuenca mediterránea.
Salimos de la estación de Orbetello Scalo para enlazar con el carril bici/peatonal a nuestra derecha, entre el espejo de agua de la laguna y el moderno barrio de Via Macchiaioli. Unos metros y, cruzando el Lungolago Pescatori, giramos a la izquierda (paso subterráneo de la Carretera Provincial 161) y entramos en la Via Aurelia Antica. Nos dirigimos hacia el este, para luego salir de la Via Aurelia Antica y entrar en la Via di Cameretta, una estrecha calle lateral bordeada por los característicos muros de piedra, recorriéndola hasta llegar a una barrera. Un pasaje a ambos lados de la puerta nos permite entrar en un carril bici que sobresale entre el terraplén del ferrocarril y la laguna oriental, y ya, en el tramo sucesivo, garzas reales y garcetas se elevan a nuestro paso. Cerca de un paso subterráneo del ferrocarril, llegamos a la base de la colina de Ansedonia, al Museo Arqueológico Nacional.
Nuestro programa tiene otra meta y, una vez que salimos de la puerta del carril bici, continuamos hacia la derecha hasta cruzar Taglio di Ansedonia, uno de los dos canales artificiales que unen la laguna con el mar abierto, el otro es aquel de Santa Liberata en el tómbolo de Giannella. Hemos llegado a las puertas de la Reserva de Dunas de Feniglia, y las sensaciones de bienestar y belleza que experimentaremos mientras pedaleamos los seis kilómetros sucesivos merecen el viaje por sí mismo. La Duna de Feniglia está atravesada por dos caminos, el primero de ellos con vistas a Orbetello, mantiene el fondo natural y sólo es parcialmente practicable en bicicleta. El segundo camino es la gran carretera que estamos recorriendo, de aquí se ramifican las travesías que llegan a la playa que da al mar abierto. Utilizamos aquella señalizada en el tercer kilómetro para llegar a admirar el hermoso paisaje que nos ofrece la naturaleza. Más adelante, en un pequeño claro, se levanta de la maleza una estela de mármol blanco en recuerdo de uno de los más grandes pintores de la historia del arte, Michelangelo Merisi, conocido como Caravaggio, que llegó a esta playa moribundo en el 1610, para fallecer poco después en Porto Ercole.
Saliendo del área protegida, se entra en el tramo del itinerario que pasa a los pies del Monte Argentario. Poco después, encontramos el carril bici de la Carretera Provincial Orbetellana. Girando a la izquierda, el carril bici sube a Poggio Pertuso y llega a Porto Ercole. Nos mantenemos a la derecha, ocupando con cuidado, debido al posible tráfico de vehículos, el ramal del carril bici de vuelta a Orbetello.
El espejo de agua de la laguna se abre a pocos metros de nosotros, acompañándonos hasta cruzar el dique artificial que une Argentario con la península de Orbetello. Construido en el 1841 por Leopoldo II de Lorena, el dique divide la laguna en dos espejos de agua, Levante y Ponente. Hasta el 1944 por aquí pasaba el ferrocarril que conectaba Orbetello Scalo con Porto Santo Stefano. Pedaleamos entre las dos aguas bajo la mirada del antiguo molino de viento de la época sienesa, una de las construcciones simbólicas de la ciudad lagunera, para continuar hasta la grande plaza donde se levanta la Catedral de Santa María Assunta y concedernos una pausa paseando por las estrechas calles del centro histórico.
Tras retomar el carril bici, que ahora recorre la antigua vía férrea, saboreamos el placer de las últimas padaleadas que nos separan de nuestro punto de partida, fascinados por los mil destellos de la laguna.