San Marcello Pistoiese y su bosque encantado
Partiendo de San Marcello Pistoiese, unos pasos más abajo de la plaza, tomamos la antigua vía F.A.P., la Ferrovía Alto Pistoiese, un ferrocarril de "vía estrecha", es decir, con una distancia entre raíles más corta de lo normal. El término también se impuso en el uso dialectal, indicando a menudo formas de hacer las cosas sin ganas. El F.A.P. siguió funcionando hasta el 1965 y el tren llegaba justo al punto de partida de nuestro itinerario.
Volviendo al recorrido en bicicleta, la carretera no presenta ninguna dificultad: ancha y con gravilla, nos llevará, cruzando sólo algunos puntos de asfalto, hasta el pueblo de Maresca.
Fue precisamente en Maresca, en el 1950, donde se celebró una conferencia entre los representantes de CAI de varias secciones italianas y se decidió adoptar las marcas rojas y blancas a nivel nacional, que todavía hoy marcan los caminos en toda Italia.
Desde Maresca subimos hacia Casetta Pulledrari, antigua estación de esquí y patria de grandes esquiadores de fondo: la subida por el asfalto no presenta escollos, pero ganamos mucha altura en el día.
Desde hace unos años, en el periodo del verano, la localidad se ha modernizado ofreciendo también un servicio de alquiler de BTT, que proporciona asistencia y refrescos.
Seguimos por un camino de tierra hacia Maceglia - Refugio de Montanaro, rodeado de abetos y hayas. El Refugio, aunque no está en el camino, es una parada que merece la pena hacer para disfrutar de la vista desde su terraza, donde, en días con poca niebla, se puede ver incluso la "cúpula" de Florencia. Sin embargo, hay que tener cuidado al llegar a Montanaro, ya que la subida desde Maceglia, aunque corta, es una verdadera escalada
Después de detenernos en Maceglia, donde hay un monumento dedicado a la masacre que tuvo lugar durante la Segunda Guerra Mundial, continuamos por el camino de tierra que lleva a los "Mandromini", un bosque de hayas casi completamente intacto. Luego nos incorporamos a la carretera que va hacia la localidad de Pratorsi, subiendo sólo un centenar de metros de altitud.
De vuelta al asfalto, descendemos hacia el Observatorio Astronómico de la Montaña de Pistoia, un centro de renombre internacional y orgullo de todo el territorio.
Desde aquí, en un continuo cambio de vegetación de castaños a robles y algarrobos, descendemos para volver a San Marcello, teniendo cuidado, sobre todo en verano, con los pequeños tramos de hierba, que no siempre están bien segados.
Nuestro recorrido termina en la plaza de San Marcello, donde puedes comer un excelente helado o tomar un buen aperitivo, en los bares del centro.
Itinerario editado por Leonardo Corsini