Santa Fiora, de la bicicleta Gravel podemos apasionarnos

Como se suele decir, es difícil no enamorarse de Santa Fiora y de la elegancia de su centro histórico. Este es el punto de partida de este itinerario apto para las bicicletas Gravel.

Al salir de la ciudad, se desciende justo por debajo de la carretera provincial, adentrándose en los verdes campos y pastos que siempre han sustentado a la población local. Subiendo lentamente hacia la montaña, se entra en el pueblo de Marroneto, que (como su nombre indica) está estrechamente vinculado con el bosque de castaños que crece a su alrededor. Aquí, si la castaña se usaba para hacer harina y comer, las plantas, rectas como antenas, se utilizaban para apuntalar las galerías de las minas de cinabrio.

Atravesando a lo largo todo el bosque, pasando algunos arroyos y algunos claros, se llega a Bagnore. También este pueblo fue fundado por mineros y leñadores, y aquí nació David Lazzaretti, el Profeta de Amiata que se refugió en el Monte Labbro, a poca distancia.

Desde aquí se desciende al valle, envueltos por las vapores geotérmicos que proceden directamente del centro de la tierra para convertirse en energía.

Al llegar a Poggi La Bella, se puede admirar el panorama hacia Santa Fiora, un paisaje que se repite por todo el descenso por la ladera de la loma: desprovisto de vegetación y precisamente por ello fascinante. Una vez finalizada la bajada, todo es una sucesión de belleza: los manantiales de Fiora, el Vivero de peces y, por último, el centro histórico de Santa Fiora.