Desde Fucecchio hasta Montespertoli, un viaje entre arte, naturaleza y gastronomía y vinos en el corazón de Toscana
Las colinas de Chianti, los pueblos medievales de Leonardo y Boccaccio, la Vía Francígena, la naturaleza de las Paludes de Fucecchio y la artesanía artística de Montelupo: Valdelsa Empolese y Montalbano, Toscana en el corazón, es un destino ideal para quienes buscan unas vacaciones entre naturaleza, arte, gastronomía y vinos, fuera de los recorridos más tradicionales de Toscana.
Tómate tu tiempo y acompáñanos en un viaje de 6 días desde Montalbano hasta Valdelsa. Y recuerda que esta zona está a sólo una hora en coche de la costa del Tirreno y de las ciudades de arte de Florencia y Pisa.
Nuestro viaje comienza a los pies de Montalbano, en Fucecchio, una de las etapas de la Vía Francígena. Aquí visitamos el Palacio Corsini, sede del Museo Cívico, para conocer mejor la historia del territorio, pasado y presente. Si te gusta caminar por la naturaleza, puedes recorrer los pasos de los antiguos peregrinos, subiendo por la Vía Francígena hasta las Paludes de Fucecchio, el mayor humedal interior de Italia: la peregrinación puede hacerse a pie o bien, por agua, gracias a las tradicionales barcas, y permite disfrutar plenamente de la belleza de la flora y la fauna locales.
Por la tarde, nos trasladamos a Cerreto Guidi para visitar el pequeño pueblo, dominado por la Villa de los Medici, la antigua residencia de verano de aquella familia y ahora patrimonio de UNESCO. Gracias a la reserva, terminamos el día visitando también la espectacular miniatura de más de 30 metros realizada por las Damas de Ganchillo, que reproduce el paisaje entre Cerreto Guidi y Vinci.
Nuestro viaje comienza a los pies de Montalbano, en Fucecchio, una de las etapas de la Vía Francígena. Aquí visitamos el Palacio Corsini, sede del Museo Cívico, para conocer mejor la historia del territorio, pasado y presente. Si te gusta caminar por la naturaleza, puedes recorrer los pasos de los antiguos peregrinos, subiendo por la Vía Francígena hasta las Paludes de Fucecchio, el mayor humedal interior de Italia: la peregrinación puede hacerse a pie o bien, por agua, gracias a las tradicionales barcas, y permite disfrutar plenamente de la belleza de la flora y la fauna locales.
Por la tarde, nos trasladamos a Cerreto Guidi para visitar el pequeño pueblo, dominado por la Villa de los Medici, la antigua residencia de verano de aquella familia y ahora patrimonio de UNESCO. Gracias a la reserva, terminamos el día visitando también la espectacular miniatura de más de 30 metros realizada por las Damas de Ganchillo, que reproduce el paisaje entre Cerreto Guidi y Vinci.
El segundo día comienza con una visita a Vinci, la cuna de Leonardo, el genio del Renacimiento. Después de explorar el pueblo medieval, visitamos el Museo Leonardiano, dedicado a las obras del genial artista. Si, por el contrario, prefieres relajarte paseando entre colinas cubiertas de olivos, puedes recorrer uno de los numerosos Caminos del Genio: desde el Camino de los Molinos, pasando por el Camino Verde, que lleva a la Casa de Leonardo, hasta la Vía de Caterina, que lleva el nombre de la madre de Leonardo.
Por la tarde, hacemos una excursión a Capraia y Limite. Formado por dos pequeñas localidades, situadas a lo largo del Arno, este pequeño municipio ofrece interesantes propuestas para los amantes de las tradiciones locales: como el Museo de Remos de Limite, donde se reconstruye la historia de los remeros que surcaban el Arno en embarcaciones tradicionales, o el Horno Pasquinucci de Capraia, donde antiguamente se trabajaba la terracota y que ahora acoge ocasionalmente exposiciones de arte contemporáneo.
El segundo día comienza con una visita a Vinci, la cuna de Leonardo, el genio del Renacimiento. Después de explorar el pueblo medieval, visitamos el Museo Leonardiano, dedicado a las obras del genial artista. Si, por el contrario, prefieres relajarte paseando entre colinas cubiertas de olivos, puedes recorrer uno de los numerosos Caminos del Genio: desde el Camino de los Molinos, pasando por el Camino Verde, que lleva a la Casa de Leonardo, hasta la Vía de Caterina, que lleva el nombre de la madre de Leonardo.
Por la tarde, hacemos una excursión a Capraia y Limite. Formado por dos pequeñas localidades, situadas a lo largo del Arno, este pequeño municipio ofrece interesantes propuestas para los amantes de las tradiciones locales: como el Museo de Remos de Limite, donde se reconstruye la historia de los remeros que surcaban el Arno en embarcaciones tradicionales, o el Horno Pasquinucci de Capraia, donde antiguamente se trabajaba la terracota y que ahora acoge ocasionalmente exposiciones de arte contemporáneo.
Montelupo Fiorentino nos da la bienvenida en el tercer día de nuestras vacaciones: famosa por la producción de la cerámica artística, la visita sólo puede comenzar desde el Museo de la Cerámica, donde se puede seguir uno de los numerosos itinerarios temáticos. Con la reserva también se puede participar en los talleres dedicados a las familias. Si, por el contrario, eres un aficionado a la arqueología, no te pierdas la visita al Museo Arqueológico, donde se conservan los hallazgos provenientes de la Villa Romana de Vergigno, una de las pocas del interior de Toscana.
Unos pocos kilómetros en coche y llegamos a Pontorme, en las afueras de Empoli, la ciudad del pintor Pontormo, para visitar su casa natal. Luego, a pie o en coche, llegaremos al centro histórico de Empoli: si te gusta el arte, no te pierdas la visita a la Colegiata de San Andrés, el museo eclesiástico más antiguo de Italia; si, por el contrario, prefieres una atracción apta para los niños, el Museo Paleontológico te asombrará con los huevos de dinosaurio mineralizados de hace 65 millones de años y la reproducción a tamaño real de la lucha entre un Velociraptor y un Protoceratops.
Montelupo Fiorentino nos da la bienvenida en el tercer día de nuestras vacaciones: famosa por la producción de la cerámica artística, la visita sólo puede comenzar desde el Museo de la Cerámica, donde se puede seguir uno de los numerosos itinerarios temáticos. Con la reserva también se puede participar en los talleres dedicados a las familias. Si, por el contrario, eres un aficionado a la arqueología, no te pierdas la visita al Museo Arqueológico, donde se conservan los hallazgos provenientes de la Villa Romana de Vergigno, una de las pocas del interior de Toscana.
Unos pocos kilómetros en coche y llegamos a Pontorme, en las afueras de Empoli, la ciudad del pintor Pontormo, para visitar su casa natal. Luego, a pie o en coche, llegaremos al centro histórico de Empoli: si te gusta el arte, no te pierdas la visita a la Colegiata de San Andrés, el museo eclesiástico más antiguo de Italia; si, por el contrario, prefieres una atracción apta para los niños, el Museo Paleontológico te asombrará con los huevos de dinosaurio mineralizados de hace 65 millones de años y la reproducción a tamaño real de la lucha entre un Velociraptor y un Protoceratops.
Nos trasladamos a Valdelsa, en Castelfiorentino, una localidad suspendida entre la tradición y la modernidad. El descubrimiento del pueblo, comienza con la visita al Santuario Santa Verdiana, dedicado a la patrona, y al adyacente Museo de Arte Sacro, que alberga valiosas obras. Si te gusta el arte, no dejes de visitar el Museo Bego para apreciar las obras del pintor del Siglo XV Benozzo Gozzoli y los frescos que pintó para los dos tabernáculos del pueblo.
Por la tarde llegamos a Certaldo, lugar de nacimiento de Giovanni Boccaccio. Subimos en teleférico a la parte alta del pueblo para visitar la Casa del Padre de Decamerón y el museo del Palacio Pretoriano, antigua sede de la justicia. Terminamos el día admirando una espléndida vista del atardecer sobre las colinas, seguida de una cena a base de productos típicos locales, como la cebolla de Certaldo o la trufa blanca de Valdelsa.
Nos trasladamos a Valdelsa, en Castelfiorentino, una localidad suspendida entre la tradición y la modernidad. El descubrimiento del pueblo, comienza con la visita al Santuario Santa Verdiana, dedicado a la patrona, y al adyacente Museo de Arte Sacro, que alberga valiosas obras. Si te gusta el arte, no dejes de visitar el Museo Bego para apreciar las obras del pintor del Siglo XV Benozzo Gozzoli y los frescos que pintó para los dos tabernáculos del pueblo.
Por la tarde llegamos a Certaldo, lugar de nacimiento de Giovanni Boccaccio. Subimos en teleférico a la parte alta del pueblo para visitar la Casa del Padre de Decamerón y el museo del Palacio Pretoriano, antigua sede de la justicia. Terminamos el día admirando una espléndida vista del atardecer sobre las colinas, seguida de una cena a base de productos típicos locales, como la cebolla de Certaldo o la trufa blanca de Valdelsa.
El pueblo de la trufa blanca es la primera parada del quinto día: Montaione, enmarcada por las colinas de Valdelsa y de pueblos característicos como Castelfalfi. Paseando por el centro histórico, llegamos al Palacio Pretoriano y visitamos el Museo Cívico, donde se encuentran los restos fósiles de una ballena de hace 4 millones de años. Alejándose unos kilómetros del centro, se encuentra Jerusalén de San Vivaldo, un antiguo lugar de peregrinación, que recrea la topografía de Jerusalén en el Siglo XVI
Por la tarde llegamos a Gambassi Terme, una de las principales paradas de la Vía Francígena, donde nos detenemos para admirar la espléndida Parroquia románica de Santa Maria in Chianni, mencionada por el Arzobispo Sigerico en su diario a finales del Siglo X. Desde aquí nos adentramos en los bosques de los alrededores para visitar las Grutas de Mauricio, que toman su nombre del ermitaño de Gambasso que vivió en estos lugares durante décadas a mediados del Siglo XX.
El pueblo de la trufa blanca es la primera parada del quinto día: Montaione, enmarcada por las colinas de Valdelsa y de pueblos característicos como Castelfalfi. Paseando por el centro histórico, llegamos al Palacio Pretoriano y visitamos el Museo Cívico, donde se encuentran los restos fósiles de una ballena de hace 4 millones de años. Alejándose unos kilómetros del centro, se encuentra Jerusalén de San Vivaldo, un antiguo lugar de peregrinación, que recrea la topografía de Jerusalén en el Siglo XVI
Por la tarde llegamos a Gambassi Terme, una de las principales paradas de la Vía Francígena, donde nos detenemos para admirar la espléndida Parroquia románica de Santa Maria in Chianni, mencionada por el Arzobispo Sigerico en su diario a finales del Siglo X. Desde aquí nos adentramos en los bosques de los alrededores para visitar las Grutas de Mauricio, que toman su nombre del ermitaño de Gambasso que vivió en estos lugares durante décadas a mediados del Siglo XX.
El último día de nuestro viaje vamos al Camino del Vino en dirección a Montespertoli, la capital del Chianti. Aquí visitamos el Museo de la Viña y del Vino, para conocer las técnicas de elaboración y producción del vino Chianti, gracias a las exposiciones de las antiguas bodegas y viñedos.
Por la tarde nos relajamos con una caminata por la Vía Castiglioni, un itinerario educativo que atraviesa las colinas florentinas, partiendo del antiguo Castillo de Montegufoni. Al final del recorrido aprovechamos para una última degustación de Chianti y de los productos típicos toscanos, en una de las numerosas bodegas.
El último día de nuestro viaje vamos al Camino del Vino en dirección a Montespertoli, la capital del Chianti. Aquí visitamos el Museo de la Viña y del Vino, para conocer las técnicas de elaboración y producción del vino Chianti, gracias a las exposiciones de las antiguas bodegas y viñedos.
Por la tarde nos relajamos con una caminata por la Vía Castiglioni, un itinerario educativo que atraviesa las colinas florentinas, partiendo del antiguo Castillo de Montegufoni. Al final del recorrido aprovechamos para una última degustación de Chianti y de los productos típicos toscanos, en una de las numerosas bodegas.