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Itinerarios
Hermosos pueblos por la Vía Francígena en Val d'Orcia

Un itinerario encantador desde Buonconvento hasta Castiglione d'Orcia

Val d'Orcia es una tierra mágica, con colores y perfumes que se pueden disfrutar solamente en Toscana. Por aquí también pasa la antigua Vía Francígena, una vía que acompañaba a los peregrinos (tanto en el pasado como actualmente) hasta las puertas de Roma.

La Vía Francígena atraviesa colinas y decenas de hermosos pueblos que vale la pena visitar. Si prefieres la comodidad de tu coche te proponemos este itinerario que te permite viajar a través de esos lugares encantados siguendo la SR2 desde Buonconvento hasta Castiglione d'Orcia.

1.

El itinerario comienza en Buonconvento, reconocido como uno de los pueblos más hermosos de Italia y por cierto vale la pena visitarlo, también porque es fácil llegar hasta allí, tanto en coche como en tren, recorriendo la Vía Cassia. Dentro de sus murallas del siglo XIV y en su calle principal que recorre todo el pueblo hasta la puerta de Siena, se encuentran muchos puntos de interés en tema de comida, vino, cultura, historia y arte, que son accesibles a todos.

De hecho, es fácil darse cuenta del cuidado y la atención para ofrecer un turismo accesible: el visitante puede aprovechar de itinerarios y restaurantes típicos en la zona peatonal pudiendo acceder fácilmente, señalizaciones especiales y descripciones en Braille, italiano e inglés, en los principales edificios del centro histórico, museos como el interesante Museo de Arte Sacro del Val d'Arbia y el Museo Etnográfico de la Aparcería de Siena. Este último ofrece una rara y exuberante muestra de un período importante en la historia de la civilización campesina en Toscana.

El itinerario comienza en Buonconvento, reconocido como uno de los pueblos más hermosos de Italia y por cierto vale la pena visitarlo, también porque es fácil llegar hasta allí, tanto en coche como en tren, recorriendo la Vía Cassia. Dentro de sus murallas del siglo XIV y en su calle principal que recorre todo el pueblo hasta la puerta de Siena, se encuentran muchos puntos de interés en tema de comida, vino, cultura, historia y arte, que son accesibles a todos.

De hecho, es fácil darse cuenta del cuidado y la atención para ofrecer un turismo accesible: el visitante puede aprovechar de itinerarios y restaurantes típicos en la zona peatonal pudiendo acceder fácilmente, señalizaciones especiales y descripciones en Braille, italiano e inglés, en los principales edificios del centro histórico, museos como el interesante Museo de Arte Sacro del Val d'Arbia y el Museo Etnográfico de la Aparcería de Siena. Este último ofrece una rara y exuberante muestra de un período importante en la historia de la civilización campesina en Toscana.

2.

Volviendo al sur por la Vía Francígena, entramos finalmente en Val d'Orcia y encontramos a breve distancia San Quirico d'Orcia, otro ejemplo significativo de estructura urbana medieval, con sus numerosos y antiguos edificios, entre los que distingue la espléndida Colegiata. El Hospital della Scala, del siglo XIII, es una prueba de la asistencia y el cuidado que se ofrecía a los peregrinos y caminantes de ese tiempo.

Volviendo al sur por la Vía Francígena, entramos finalmente en Val d'Orcia y encontramos a breve distancia San Quirico d'Orcia, otro ejemplo significativo de estructura urbana medieval, con sus numerosos y antiguos edificios, entre los que distingue la espléndida Colegiata. El Hospital della Scala, del siglo XIII, es una prueba de la asistencia y el cuidado que se ofrecía a los peregrinos y caminantes de ese tiempo.

3.

Desde San Quirico, descendemos hacia el hermoso pueblo Bagno Vignoni, una verdadera maravilla en el corazón del Val d'Orcia. Con su balneario termal, el pequeño pueblo se desarrolla alrededor de la plaza, formada por una gran piscina a la que llegan las aguas de una fuente termal de origen volcánico, conocida desde la época romana. Se recomienda hacer una parada en la plaza, para disfrutar del hechizo de este "lugar de agua".

Desde San Quirico, descendemos hacia el hermoso pueblo Bagno Vignoni, una verdadera maravilla en el corazón del Val d'Orcia. Con su balneario termal, el pequeño pueblo se desarrolla alrededor de la plaza, formada por una gran piscina a la que llegan las aguas de una fuente termal de origen volcánico, conocida desde la época romana. Se recomienda hacer una parada en la plaza, para disfrutar del hechizo de este "lugar de agua".

4.

Otra etapa de nuestro itinerario a lo largo de la Vía Francígena, con impresionantes vistas de las colinas es Castiglione d'Orcia. La parte más antigua del pueblo, dentro de las murallas, sigue siendo muy vital: la Plaza Vecchietta, a la cual se accede por una carretera donde las personas con movilidad reducida necesitan acompañamiento por causa de su desnivel, aunque por un corto tramo; nos sorprende por su esplendor y nos hace volver a un atmósfera cálida y familiar que trasciende el tiempo. Aquí se encuentra el Municipio y otros edificios medievales, como también casas privadas. Aunque quizás no todos los visitantes podrán pasear por las calles empedradas, merece la pena detenerse un rato en la plaza Vecchietta para observar y escuchar a la gente y vivir emociones inimaginables, para nada comunes.

El itinerario que acabamos de describir, a pesar de atravesar las colinas del Val d'Orcia, es fácil y accesible. Aunque los pueblos son peatonales, los coches con la tarjeta de discapacitados pueden llegar dentro de las murallas y alcanzar los lugares de mayor interés  recorriendo calles más sencillas.

Otra etapa de nuestro itinerario a lo largo de la Vía Francígena, con impresionantes vistas de las colinas es Castiglione d'Orcia. La parte más antigua del pueblo, dentro de las murallas, sigue siendo muy vital: la Plaza Vecchietta, a la cual se accede por una carretera donde las personas con movilidad reducida necesitan acompañamiento por causa de su desnivel, aunque por un corto tramo; nos sorprende por su esplendor y nos hace volver a un atmósfera cálida y familiar que trasciende el tiempo. Aquí se encuentra el Municipio y otros edificios medievales, como también casas privadas. Aunque quizás no todos los visitantes podrán pasear por las calles empedradas, merece la pena detenerse un rato en la plaza Vecchietta para observar y escuchar a la gente y vivir emociones inimaginables, para nada comunes.

El itinerario que acabamos de describir, a pesar de atravesar las colinas del Val d'Orcia, es fácil y accesible. Aunque los pueblos son peatonales, los coches con la tarjeta de discapacitados pueden llegar dentro de las murallas y alcanzar los lugares de mayor interés  recorriendo calles más sencillas.

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