Pueblos y paisajes en las Colinas Metalíferas
Es ese rincón de Toscana, que una vez era Etruria, la tierra de los Etruscos, que antes del nacimiento de Cristo acogió una sociedad evolucionada, basada en la explotación de los recursos minerales que se encontraban bajo tierra. Su peculiaridad principal está bien especificada en su nombre: son las Colinas Metalíferas, en Maremma Norte, un mar de colinas redondeadas situadas en el punto donde se encuentran las provincias de Pisa, Livorno, Siena y Grosseto.
En sus vientres se esconde una increíble variedad de metales, desde la plata hasta el cobre, desde la pirita hasta el zinc, y se convirtió en un centro de extracción y comercio desde la antigüedad. Sucedió en el período medieval cuando surgieron numerosos pequeños pueblos, dominados por torres y castillos, que todavía se encuentran esparcidos por las colinas. En las armoniosas laderas cubiertas de bosques y tierras cultivadas, las actividades mineras se convirtieron en un recurso para el desarrollo del territorio: surgieron ciudades fortificadas para custodiar las minas de cobre y plata -utilizadas para acuñar monedas- como Montieri, Monterotondo Marittima y la capital de la zona, Massa Marittima.
Massa Marittima, suavemente situada en una colina desde la cual se admiran las últimas extensiones de Maremma, encierra entre sus muros uno de los complejos arquitectónicos más elegantes de Toscana. La ciudad vivió su período de mayor esplendor entre los siglos XIII y XIV, cuando se convirtió en un municipio libre y se propagó la "fiebre de la plata" en las minas de los alrededores. Paseando por el centro histórico aún se puede apreciar el esplendor de la época, sobre todo en la hermosa Plaza Garibaldi, circunstante al Municipio, el Palacio del Podestá y sobre todo, la catedral románica San Cerbone.
Caminar entre las Colinas Metalíferas significa disfrutar de un encuentro con la historia y el paisaje, como en el itinerario desde Massa Marittima hasta el Lago dell’Accesa, una pequeña cuenca cerca de la cual se han encontrado importantes restos de la civilización Etrusca.
Nuestro trayecto parte del centro medieval de Massa Marittima, con la nariz arriba para admirar los colores cálidos de los edificios del centro histórico, buscando con la mirada una prospectiva bucólica de las colinas circundantes. Partimos de la Plaza Garibaldi, el corazón de la ciudad, en la cual se alza el alto campanario de la catedral San Cerbone. A su lado se encuentran los edificios más importantes de aquella época: el Palacio del Podestá, el Palacio Cívico y la residencia de los Condes Biserno. Yendo por la calle Ettore Ximenes se llega delante del Palacio de la Abbondanza, cerca del cual se encuentra la antigua y homónima fuente. En la pared de la cual sale el agua, se puede ver el curioso fresco que celebra la fecundidad masculina y da nombre a la fuente.
Continuando cuesta arriba, por la calle Moncini, se pasa por debajo de la imponente Porta alle Silici, dominada por el Cassero de Siena, la antigua estructura fortificada formada por murallas y torres que en la Edad Media protegían el pueblo. Continuamos unos metros y, en la Plaza Matteotti, llegamos bajo la torre del Candeliere, también conocida como la Torre del Reloj, construida originalmente a principios del siglo XIII y parte integrante de las murallas de la ciudad. Se sigue caminando y más adelante, se encuentra el Palacio de las Armas, que es la sede del Museo de Arte e Historia de las Minas, mientras llendo por la avenida Diaz se llega al Museo de Arte Sacro que se encuentra en el complejo San Pietro all'Orto. Muy cerca de allí puedes visitar la Iglesia Sant'Agostino con su claustro.
Nuestro trayecto parte del centro medieval de Massa Marittima, con la nariz arriba para admirar los colores cálidos de los edificios del centro histórico, buscando con la mirada una prospectiva bucólica de las colinas circundantes. Partimos de la Plaza Garibaldi, el corazón de la ciudad, en la cual se alza el alto campanario de la catedral San Cerbone. A su lado se encuentran los edificios más importantes de aquella época: el Palacio del Podestá, el Palacio Cívico y la residencia de los Condes Biserno. Yendo por la calle Ettore Ximenes se llega delante del Palacio de la Abbondanza, cerca del cual se encuentra la antigua y homónima fuente. En la pared de la cual sale el agua, se puede ver el curioso fresco que celebra la fecundidad masculina y da nombre a la fuente.
Continuando cuesta arriba, por la calle Moncini, se pasa por debajo de la imponente Porta alle Silici, dominada por el Cassero de Siena, la antigua estructura fortificada formada por murallas y torres que en la Edad Media protegían el pueblo. Continuamos unos metros y, en la Plaza Matteotti, llegamos bajo la torre del Candeliere, también conocida como la Torre del Reloj, construida originalmente a principios del siglo XIII y parte integrante de las murallas de la ciudad. Se sigue caminando y más adelante, se encuentra el Palacio de las Armas, que es la sede del Museo de Arte e Historia de las Minas, mientras llendo por la avenida Diaz se llega al Museo de Arte Sacro que se encuentra en el complejo San Pietro all'Orto. Muy cerca de allí puedes visitar la Iglesia Sant'Agostino con su claustro.
Desde el complejo museístico San Pietro all'Orto, dejamos atrás el centro histórico y nos dirigimos hacia la carretera Massa Marittima - Accesa, penetrando en un denso bosque de encinas. Caminamos por las cimas de las colinas, en dirección a la finca Montoccoli. Siguiendo un antiguo camino por carretera, continuamos hacia Casa Fenice y llegamos al antiguo pueblo minero de Capanne Vecchia. Esta aglomeración, que se desarrolló en la primera mitad del siglo XIX alrededor de las minas de Fenice Capanne, presenta aún hoy la típica estructura del poblado minero, con la villa del director en posición dominante sobre las pequeñas casas de los mineros. Un verdadero tesoro de arqueología minera, enriquecido por edificios aún visibles, como el castillo de extracción de madera de Pozzo Carlo o el depósito del improductivo Pozzo Salerno.
Desde el complejo museístico San Pietro all'Orto, dejamos atrás el centro histórico y nos dirigimos hacia la carretera Massa Marittima - Accesa, penetrando en un denso bosque de encinas. Caminamos por las cimas de las colinas, en dirección a la finca Montoccoli. Siguiendo un antiguo camino por carretera, continuamos hacia Casa Fenice y llegamos al antiguo pueblo minero de Capanne Vecchia. Esta aglomeración, que se desarrolló en la primera mitad del siglo XIX alrededor de las minas de Fenice Capanne, presenta aún hoy la típica estructura del poblado minero, con la villa del director en posición dominante sobre las pequeñas casas de los mineros. Un verdadero tesoro de arqueología minera, enriquecido por edificios aún visibles, como el castillo de extracción de madera de Pozzo Carlo o el depósito del improductivo Pozzo Salerno.
Una vez que se ha pasado Capanne, penetramos nuevamente en el matorral mediterráneo por un camino de tierra que conduce hasta la zona Serrabottini, un antiguo sitio minero ya conocido por los Etruscos y también explotado en el período medieval. Aquí se pueden ver los restos de numerosos pozos mineros que corresponden a los siglos XIV al XV, antiguamente llamados "bottini", de ahí el nombre de la localidad. Ahora estamos cerca del Lago dell’Accesa, un lugar de leyendas en un área de gran valor naturalista. A lo largo de sus orillas surgían cuatro pueblos etruscos, en la zona al servicio de las minas de cobre. Actualmente los restos arqueológicos encontrados en el sitio minero, se conservan en el Museo Arqueológico en Massa Marittima.
Para regresar se puede seguir el itinerario de ida (24 km en total), o continuar por 4,5 km por la carretera provincial hasta Valpiana, donde se puede volver a Massa Marittima con los autobuses de la línea Follonica-Montieri de Toscana Mobilità.
Una vez que se ha pasado Capanne, penetramos nuevamente en el matorral mediterráneo por un camino de tierra que conduce hasta la zona Serrabottini, un antiguo sitio minero ya conocido por los Etruscos y también explotado en el período medieval. Aquí se pueden ver los restos de numerosos pozos mineros que corresponden a los siglos XIV al XV, antiguamente llamados "bottini", de ahí el nombre de la localidad. Ahora estamos cerca del Lago dell’Accesa, un lugar de leyendas en un área de gran valor naturalista. A lo largo de sus orillas surgían cuatro pueblos etruscos, en la zona al servicio de las minas de cobre. Actualmente los restos arqueológicos encontrados en el sitio minero, se conservan en el Museo Arqueológico en Massa Marittima.
Para regresar se puede seguir el itinerario de ida (24 km en total), o continuar por 4,5 km por la carretera provincial hasta Valpiana, donde se puede volver a Massa Marittima con los autobuses de la línea Follonica-Montieri de Toscana Mobilità.