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Itinerarios
En las campañas de Volterra entre land art, pueblos y naturaleza

Un recorrido por las colinas hacia los lugares más queridos por Mauro Staccioli

Volterra, ciudad de antiquísimos orígenes etruscos, ciertamente no vive quieta en el mito de su pasado. Sus impresionantes vistas y los armoniosos contornos de sus colinas han sido siempre musas inspiradoras para artistas de todo el mundo, que han mantenido a la ciudad en un constante estado de ebullición cultural. Uno de estos genios creativos, que en realidad nació en esta localidad de Toscana, es Mauro Staccioli, quien, tras recorrer el mundo con sus esculturas de arte contemporáneo, ha rendido homenaje a su Volterra con una colección de valor incalculable. Con este itinerario te acompañamos para buscar estas obras, ahora dispersas entre los mismos paisajes que las inspiraron.

1.

Si se llega a Volterra desde Colle Val d'Elsa, los indicios de la difusa presencia del artista se pueden ver ya en la frontera entre las provincias de Siena y Pisa, donde llama la atención una esbelta columna de acero empotrada en el suelo. Continuando, en el cruce hacia Mazzolla, a la izquierda, toma la carretera que te llevará al pueblo; no tardarás en darte cuenta de que estás en el camino correcto: otra obra original del escultor te indicará que estás siguiendo las huellas que dejó. Los largos tallos que se ven emerger del suelo representan para él los árboles del cercano bosque de Berignone.

Si se llega a Volterra desde Colle Val d'Elsa, los indicios de la difusa presencia del artista se pueden ver ya en la frontera entre las provincias de Siena y Pisa, donde llama la atención una esbelta columna de acero empotrada en el suelo. Continuando, en el cruce hacia Mazzolla, a la izquierda, toma la carretera que te llevará al pueblo; no tardarás en darte cuenta de que estás en el camino correcto: otra obra original del escultor te indicará que estás siguiendo las huellas que dejó. Los largos tallos que se ven emerger del suelo representan para él los árboles del cercano bosque de Berignone.

2.

Merece la pena detenerse en el precioso pueblo de Mazzolla, que está rodeado del agradable silencio de la naturaleza. Un paseo por las estrechas calles en dirección a la plaza te conducirá a la pequeña iglesia San Lorenzo, donde en el pasado Staccioli ha ideado un lugar de paz. Los aficionados al senderismo pueden continuar hasta la Reserva de Berignone, cuyos caminos entre los bosques conducen a las ruinas de fortalezas y castillos.

Merece la pena detenerse en el precioso pueblo de Mazzolla, que está rodeado del agradable silencio de la naturaleza. Un paseo por las estrechas calles en dirección a la plaza te conducirá a la pequeña iglesia San Lorenzo, donde en el pasado Staccioli ha ideado un lugar de paz. Los aficionados al senderismo pueden continuar hasta la Reserva de Berignone, cuyos caminos entre los bosques conducen a las ruinas de fortalezas y castillos.

3.

Un signo inconfundible del artista son sus enormes círculos, colocados estratégicamente para que sirvan de ventana a la belleza del entorno. Continuando a subir por las curvas en dirección a Volterra, encontrarás el quizás más famoso "círculo de Staccioli", un marco rojo con una vista muy sugestiva de todo el valle. Esta escultura se ha convertido en un símbolo y no faltan los turistas que quieren llevarse la foto consuetudinaria.

Un signo inconfundible del artista son sus enormes círculos, colocados estratégicamente para que sirvan de ventana a la belleza del entorno. Continuando a subir por las curvas en dirección a Volterra, encontrarás el quizás más famoso "círculo de Staccioli", un marco rojo con una vista muy sugestiva de todo el valle. Esta escultura se ha convertido en un símbolo y no faltan los turistas que quieren llevarse la foto consuetudinaria.

4.

Tras una parada ineludible en la ciudad, la exploración continúa en dirección al mar: de hecho, es cerca de la localidad de Saline di Volterra donde se encuentran otras dos figuras redondas que no hay que perderse. Dos enormes círculos de hormigón, uno de ellos lleno, destacan sobre un inmenso césped. Desde aquí, la vista de la colina etrusca es extraordinaria. En esta ocasión, deténte en la aldea que produce la sal más pura de Italia, donde no es raro tener la oportunidad de visitar las salinas con motivo de eventos especiales.

Tras una parada ineludible en la ciudad, la exploración continúa en dirección al mar: de hecho, es cerca de la localidad de Saline di Volterra donde se encuentran otras dos figuras redondas que no hay que perderse. Dos enormes círculos de hormigón, uno de ellos lleno, destacan sobre un inmenso césped. Desde aquí, la vista de la colina etrusca es extraordinaria. En esta ocasión, deténte en la aldea que produce la sal más pura de Italia, donde no es raro tener la oportunidad de visitar las salinas con motivo de eventos especiales.

5.

Perdiéndote en la campaña, vuelves a Volterra. Desde Saline, diríjete al itinerario de desempeñaderos y barrancos, que ofrece momentos en total armonía con la naturaleza. Es frente a estas vistas panorámicas que el artista dio sus primeros pasos de niño, y es aquí donde encontramos otras huellas de su obra: una que se apoya a una colina y otra que sostiene las cansadas ruinas de la iglesia prerrománica Santa Lucia en Corbano. Volviendo a subir, puedes detenerte en Montebradoni, el pueblo donde nació Staccioli

Perdiéndote en la campaña, vuelves a Volterra. Desde Saline, diríjete al itinerario de desempeñaderos y barrancos, que ofrece momentos en total armonía con la naturaleza. Es frente a estas vistas panorámicas que el artista dio sus primeros pasos de niño, y es aquí donde encontramos otras huellas de su obra: una que se apoya a una colina y otra que sostiene las cansadas ruinas de la iglesia prerrománica Santa Lucia en Corbano. Volviendo a subir, puedes detenerte en Montebradoni, el pueblo donde nació Staccioli

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