Un itinerario de diez etapas en la ciudad natal del gran compositor
Un fascinante itinerario a pie por el centro histórico de Lucca, entre los lugares donde nació, creció y se formó Giacomo Puccini y donde dejó sus huellas imborrables. Los mismos lugares donde, antes que él, sus antepasados habían iniciado la dinastía "musical" Puccini, cuyas notas aún resuenan a menudo en las calles de la ciudad.
Todo lo que necesitarás para seguir este recorrido es un par de zapatos cómodos y ganas de explorar el centro histórico de Lucca. El itinerario puede afrontarse en cualquier temporada y a lo largo del camino no es difícil encontrar un bar, una heladería o un restaurante tradicional donde descansar un rato y comer algo, quizá antes de subir los 230 escalones de la Torre Guinigi.
Itinerario editado por puccinilands.it
Nuestro itinerario parte de la Casa Natal de Giacomo Puccini en Corte San Lorenzo, en el terziere de San Paolino (en la Plaza de la Ciudadela, donde se alza la estatua de bronce del artista Vito Tongiani). La casa es ahora un museo que recoge documentos, recuerdos, pensamientos y atmósferas de una vida vivida plenamente aquí por el compositor, hasta su traslado a Milán.
Nuestro itinerario parte de la Casa Natal de Giacomo Puccini en Corte San Lorenzo, en el terziere de San Paolino (en la Plaza de la Ciudadela, donde se alza la estatua de bronce del artista Vito Tongiani). La casa es ahora un museo que recoge documentos, recuerdos, pensamientos y atmósferas de una vida vivida plenamente aquí por el compositor, hasta su traslado a Milán.
A la iglesia dedicada a San Paulino (en Via San Paolino 128) se llega en pocos minutos por la calle homónima, a la derecha. Es la única iglesia plenamente renacentista de Lucca y está dedicada a San Paulino de Antioquía, primer obispo de Lucca, enviado por San Pedro para evangelizar estos territorios. Aquella de San Paolino era la parroquia de la familia Puccini y fue aquí donde el joven Giacomo debutó como autor con su ensayo de fin de curso.
A la iglesia dedicada a San Paulino (en Via San Paolino 128) se llega en pocos minutos por la calle homónima, a la derecha. Es la única iglesia plenamente renacentista de Lucca y está dedicada a San Paulino de Antioquía, primer obispo de Lucca, enviado por San Pedro para evangelizar estos territorios. Aquella de San Paolino era la parroquia de la familia Puccini y fue aquí donde el joven Giacomo debutó como autor con su ensayo de fin de curso.
Retomando la Via San Paolino en dirección a la Plaza de la Ciudadela y superando esta última, llegamos a la Plaza San Michele con la iglesia homónima donde el joven Giacomo dio clases de órgano a su único alumno. La iglesia San Michele in Foro se alza donde antaño estaba el antiguo Foro Romano, fulcro de la ciudad y lugar de reuniones e intercambios comerciales. Su fachada, caracterizada por columnatas de mármol policromado, es preciosa.
Retomando la Via San Paolino en dirección a la Plaza de la Ciudadela y superando esta última, llegamos a la Plaza San Michele con la iglesia homónima donde el joven Giacomo dio clases de órgano a su único alumno. La iglesia San Michele in Foro se alza donde antaño estaba el antiguo Foro Romano, fulcro de la ciudad y lugar de reuniones e intercambios comerciales. Su fachada, caracterizada por columnatas de mármol policromado, es preciosa.
Desde la Plaza San Michele, recorriendo Via Roma hasta llegar a la céntrica Via Fillungo, la calle considerada el "salón" de Lucca y que siempre ha sido el centro comercial de la ciudad. En los tiempos de Puccini, en las calles se podían apreciar hermosos escaparates de estilo Modernista, que en algunos casos aún se pueden reconocer, sobre todo donde se han conservado los carteles. Merece la pena detenerse en el Antico Caffè Di Simo (Via Fillungo, 58), donde al compositor le gustaba pasar el tiempo con muchos otros artistas.
Desde la Plaza San Michele, recorriendo Via Roma hasta llegar a la céntrica Via Fillungo, la calle considerada el "salón" de Lucca y que siempre ha sido el centro comercial de la ciudad. En los tiempos de Puccini, en las calles se podían apreciar hermosos escaparates de estilo Modernista, que en algunos casos aún se pueden reconocer, sobre todo donde se han conservado los carteles. Merece la pena detenerse en el Antico Caffè Di Simo (Via Fillungo, 58), donde al compositor le gustaba pasar el tiempo con muchos otros artistas.
Siguiendo por Via Fillungo, pasada la Iglesia San Frediano (Plaza San Frediano) en cuya fachada se puede admirar el extraordinario mosaico bizantino dedicado a la ascensión de Cristo, gira a la derecha por Via Busdraghi para llegar a la Plaza San Pietro Somaldi. Aquí, la iglesia conserva el órgano cuya restauración Puccini financió en su día y estampó su firma autógrafa, aún visible hoy, en una esquina.
Siguiendo por Via Fillungo, pasada la Iglesia San Frediano (Plaza San Frediano) en cuya fachada se puede admirar el extraordinario mosaico bizantino dedicado a la ascensión de Cristo, gira a la derecha por Via Busdraghi para llegar a la Plaza San Pietro Somaldi. Aquí, la iglesia conserva el órgano cuya restauración Puccini financió en su día y estampó su firma autógrafa, aún visible hoy, en una esquina.
Desde la Plaza San Pietro Somaldi es posible llegar a uno de los lugares más famosos de Lucca, la Plaza del Anfiteatro, con su inconfundible forma ovalada. La plaza fue antaño el anfiteatro romano y en sus terrazas se construyeron las casas que hoy encierran la antigua arena. Hasta hace unas décadas, en la plaza se encontraban tiendas y mercados. Hoy es un lugar de encuentro muy apreciado y sugestivo, donde se puede tomar una copa o comer algo.
Desde la Plaza San Pietro Somaldi es posible llegar a uno de los lugares más famosos de Lucca, la Plaza del Anfiteatro, con su inconfundible forma ovalada. La plaza fue antaño el anfiteatro romano y en sus terrazas se construyeron las casas que hoy encierran la antigua arena. Hasta hace unas décadas, en la plaza se encontraban tiendas y mercados. Hoy es un lugar de encuentro muy apreciado y sugestivo, donde se puede tomar una copa o comer algo.
Saliendo por la puerta sur de la plaza, desde Via Canuleia vislumbramos las encinas en lo alto de la Torre Guinigi, otro de los símbolos de Lucca. La torre perteneció a una de las familias más poderosas de Lucca, los Guinigi. Es posible llegar a la cima ("sólo" 280 escalones) para admirar una extraordinaria panorámica de toda la ciudad y más allá. Al pie de la Torre, giramos por Via Sant'Andrea y luego por Via Sant'Anastasio.
Saliendo por la puerta sur de la plaza, desde Via Canuleia vislumbramos las encinas en lo alto de la Torre Guinigi, otro de los símbolos de Lucca. La torre perteneció a una de las familias más poderosas de Lucca, los Guinigi. Es posible llegar a la cima ("sólo" 280 escalones) para admirar una extraordinaria panorámica de toda la ciudad y más allá. Al pie de la Torre, giramos por Via Sant'Andrea y luego por Via Sant'Anastasio.
La parte final de Via Sant'Anastasio está flanqueada por el grande edificio que hoy alberga el Conservatorio de Música "Luigi Boccherini". Aquí (Plaza del Sufragio, 6) estudió y se graduó el joven Giacomo Puccini, cuando el conservatorio se llamaba Instituto "Pacini". La biblioteca del Conservatorio contiene algunos documentos interesantes en aquello que es conocido como "Fondo Puccini".
La parte final de Via Sant'Anastasio está flanqueada por el grande edificio que hoy alberga el Conservatorio de Música "Luigi Boccherini". Aquí (Plaza del Sufragio, 6) estudió y se graduó el joven Giacomo Puccini, cuando el conservatorio se llamaba Instituto "Pacini". La biblioteca del Conservatorio contiene algunos documentos interesantes en aquello que es conocido como "Fondo Puccini".
Dejando atrás el Conservatorio y recorriendo Via Santa Croce, Plaza Bernardini, Corte del Gallo y luego Via del Battistero, llegamos a la Catedral de San Martino. Centro de la espiritualidad de Lucca y parada clave de la Vía Francígena, fue fundada por San Frediano en el Siglo VI, pero no se completó hasta los Siglos XVI y XVII. La iglesia custodia varios tesoros, como el monumento funerario de Ilaria del Carretto, la Sagrada Conversación de Ghirlandaio, la Última Cena de Tintoretto y el retablo de Fra' Bartolomeo. Sin embargo, el verdadero "tesoro" de la Catedral es el Santo Rostro, el crucifijo de madera que, según la leyenda, fue tallado por Nicodemo y los Ángeles.
Dejando atrás el Conservatorio y recorriendo Via Santa Croce, Plaza Bernardini, Corte del Gallo y luego Via del Battistero, llegamos a la Catedral de San Martino. Centro de la espiritualidad de Lucca y parada clave de la Vía Francígena, fue fundada por San Frediano en el Siglo VI, pero no se completó hasta los Siglos XVI y XVII. La iglesia custodia varios tesoros, como el monumento funerario de Ilaria del Carretto, la Sagrada Conversación de Ghirlandaio, la Última Cena de Tintoretto y el retablo de Fra' Bartolomeo. Sin embargo, el verdadero "tesoro" de la Catedral es el Santo Rostro, el crucifijo de madera que, según la leyenda, fue tallado por Nicodemo y los Ángeles.
Saliendo de la Catedral, llegamos a la Plaza del Giglio y a su teatro, inaugurado en 1675 a instancias del Consejo de la República de Lucca. A lo largo del Siglo XIX, acogió a las mejores compañías de la escena italiana. A su regreso a Lucca como compositor consagrado, Giacomo Puccini se ocupó personalmente de la puesta en escena de sus óperas, desde Edgar hasta Chica del Oeste, y también aquí, en su Lucca, fue aclamado y apreciado.
Saliendo de la Catedral, llegamos a la Plaza del Giglio y a su teatro, inaugurado en 1675 a instancias del Consejo de la República de Lucca. A lo largo del Siglo XIX, acogió a las mejores compañías de la escena italiana. A su regreso a Lucca como compositor consagrado, Giacomo Puccini se ocupó personalmente de la puesta en escena de sus óperas, desde Edgar hasta Chica del Oeste, y también aquí, en su Lucca, fue aclamado y apreciado.