Itinerario para descubrir 3 personajes femeninos en los museos de Florencia
Este viaje comienza en un pasado lejano, siguiendo las huellas de dioses prerromanos, símbolos de prosperidad (las mujeres etruscas ya eran muy independientes y estaban integradas en la sociedad de la época) para llegar después a las pinturas de artistas femeninas que dejaron una marca a través de obras prodigiosas que actualmente continúan a "hablar". Una pintora sorprendente y rebelde, inspirada en las obras de Caravaggio, y una monja que, sin ayuda de nadie, aprendió a pintar imágenes religiosas tan bien -si no mejor- que los hombres.
Florencia recoge en su seno el legado de 3 personajes, una simbólica, las otras existieron realmente.
Sigue este itinerario femenino visitando 3 importantes museos, adentrarte en las páginas de la historia del arte y de la arqueología que quizá aún no conozcas.
Mater Matuta (literalmente "madre de la mañana") era una divinidad venerada como madre propiciatoria, diosa de la fertilidad, del principio de las cosas y, por tanto, del amanecer. Un verdadero símbolo del matriarcado. Lucrecio también lo menciona en De rerum natura ("Así, a una hora fija, Matuta sofoca las orillas del éter con la luz rosada del amanecer y dispersa la luz"). En su honor se celebraban las Matralie, fiestas a las que acudían mujeres libres, tanto vírgenes como casadas.
En el Museo Arqueológico de Florencia encontramos una bella escultura-cinerario de Mater Matuta procedente de la zona de Chiusi-Chianciano Terme y datada en el arte etrusco del Siglo V a.C. Las estatuas cinerarias son generalmente esculturas redondas cuya cabeza oculta una pequeña cavidad utilizada para guardar las cenizas de un difunto.
La figura femenina lleva el pelo recogido y sujeto con una cinta, viste una túnica drapeada, con amplios pliegues en las rodillas, y está sentada en un trono con apoyabrazos en forma de esfinge que sostiene en sus brazos un bebé envuelto en pañales. Se conocen otras esculturas similares de la Antigüedad, por ejemplo en Roma, donde el templo de Mater Matuta se erigía cerca del puerto del Tíber, como protegiendo la principal ruta comercial, lo que sugiere quanto veneraban a esta deidad.
Mater Matuta (literalmente "madre de la mañana") era una divinidad venerada como madre propiciatoria, diosa de la fertilidad, del principio de las cosas y, por tanto, del amanecer. Un verdadero símbolo del matriarcado. Lucrecio también lo menciona en De rerum natura ("Así, a una hora fija, Matuta sofoca las orillas del éter con la luz rosada del amanecer y dispersa la luz"). En su honor se celebraban las Matralie, fiestas a las que acudían mujeres libres, tanto vírgenes como casadas.
En el Museo Arqueológico de Florencia encontramos una bella escultura-cinerario de Mater Matuta procedente de la zona de Chiusi-Chianciano Terme y datada en el arte etrusco del Siglo V a.C. Las estatuas cinerarias son generalmente esculturas redondas cuya cabeza oculta una pequeña cavidad utilizada para guardar las cenizas de un difunto.
La figura femenina lleva el pelo recogido y sujeto con una cinta, viste una túnica drapeada, con amplios pliegues en las rodillas, y está sentada en un trono con apoyabrazos en forma de esfinge que sostiene en sus brazos un bebé envuelto en pañales. Se conocen otras esculturas similares de la Antigüedad, por ejemplo en Roma, donde el templo de Mater Matuta se erigía cerca del puerto del Tíber, como protegiendo la principal ruta comercial, lo que sugiere quanto veneraban a esta deidad.
Las feministas de todo el mundo consideran el arte de Artemisia Gentileschi un manifiesto de liberación del patriarcado. El acto heroico de Judit condujo a Israel a la liberación de su pueblo. Al presentarse en el campamento de Holofernes, jefe del ejército enemigo, Judit escenificó un intento de conciliación y alianza. Holofernes la invitó al banquete en su tienda, impresionado por su belleza. Una vez que se durmió, ebrio de vino, "Dios le hirió por mano de mujer" (citando la Biblia): Judit le robó la cimitarra y lo decapitó.
En el célebre e impactante cuadro conservado en las Galerías de los Uffizi y fechado hacia 1620, Artemisia Gentileschi representa a una Judit vigorosa e intrépida, mientras sujeta por los cabellos la cabeza de Holofernes y le asesta el golpe mortal. La presencia de sangre brotando copiosamente demuestra lo sangriento que es el gesto.
Además de representar un episodio bíblico, la obra simboliza la elección (nada fácil) de una mujer que quiso ser artista en un mundo dominado por los hombres, consiguiendo hacerse un lugar en la historia gracias a su gran talento. Hay que tener en cuenta que fue la primera mujer que ingresó en la Academia de Artes e del Diseño de Florencia.
Las feministas de todo el mundo consideran el arte de Artemisia Gentileschi un manifiesto de liberación del patriarcado. El acto heroico de Judit condujo a Israel a la liberación de su pueblo. Al presentarse en el campamento de Holofernes, jefe del ejército enemigo, Judit escenificó un intento de conciliación y alianza. Holofernes la invitó al banquete en su tienda, impresionado por su belleza. Una vez que se durmió, ebrio de vino, "Dios le hirió por mano de mujer" (citando la Biblia): Judit le robó la cimitarra y lo decapitó.
En el célebre e impactante cuadro conservado en las Galerías de los Uffizi y fechado hacia 1620, Artemisia Gentileschi representa a una Judit vigorosa e intrépida, mientras sujeta por los cabellos la cabeza de Holofernes y le asesta el golpe mortal. La presencia de sangre brotando copiosamente demuestra lo sangriento que es el gesto.
Además de representar un episodio bíblico, la obra simboliza la elección (nada fácil) de una mujer que quiso ser artista en un mundo dominado por los hombres, consiguiendo hacerse un lugar en la historia gracias a su gran talento. Hay que tener en cuenta que fue la primera mujer que ingresó en la Academia de Artes e del Diseño de Florencia.
Polissena de' Nelli, más tarde conocida como Plautilla, ingresó en el Convento de Santa Caterina a los 14 años. Aquí la monja dominica, totalmente autodidacta, practicó el arte de la pintura, copiando obras y dibujos y utilizando a sus hermanas como modelos. Nunca había trabajado en ningún taller ni había recibido clases de dibujo anatómico (prohibidas a las mujeres en aquella época).
Plautilla era capaz de producir obras grandiosas y muy apreciadas, especialmente de tema religioso. Su Última Cena es uno de los cuadros más significativos de la historia del arte. Este extraordinario cuadro es la primera y quizá única representación del Cenáculo realizada por un artista que vivió durante el Renacimiento. La obra, de grandes dimensiones (7 metros de largo y 2 de alto), presenta personajes pintados a tamaño natural.
Gracias a importantes obras de restauración, ahora se puede apreciar en el interior del Museo de Santa Maria Novella.
Polissena de' Nelli, más tarde conocida como Plautilla, ingresó en el Convento de Santa Caterina a los 14 años. Aquí la monja dominica, totalmente autodidacta, practicó el arte de la pintura, copiando obras y dibujos y utilizando a sus hermanas como modelos. Nunca había trabajado en ningún taller ni había recibido clases de dibujo anatómico (prohibidas a las mujeres en aquella época).
Plautilla era capaz de producir obras grandiosas y muy apreciadas, especialmente de tema religioso. Su Última Cena es uno de los cuadros más significativos de la historia del arte. Este extraordinario cuadro es la primera y quizá única representación del Cenáculo realizada por un artista que vivió durante el Renacimiento. La obra, de grandes dimensiones (7 metros de largo y 2 de alto), presenta personajes pintados a tamaño natural.
Gracias a importantes obras de restauración, ahora se puede apreciar en el interior del Museo de Santa Maria Novella.