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Itinerarios
Poggibonsi, arte contemporáneo y reminiscencias medievales

Siguiendo los pasos de Savonarola en Valdelsa

Te parecerá escucharlo todavía hablar en una tarde de mayo cualquiera el rebelde e inquieto Savonarola y oir el griterío de la gente de esta pequeña ciudad, que todavía no es de Florencia ni de Siena. Gente viva y leal, verdaderos toscanos y no gazmoños, los encontramos a pocos kilómetros del aire refinado de Siena, son hombres y mujeres que no son capaces, como recuerda Malaparte, de dar la espalda a Florencia.

El itinerario de un día comienza aquí mismo, desde el corazón de una ciudad industrial de Valdelsa, entre las callejuelas de una ciudad cosmopolita en miniatura, con los colores de sus diferentes habitantes y de sus múltiples etnias. No debe sorprender la hospitalidad del lugar y la vocación a la diversidad y al encuentro. Aquí nació Niccolò da Poggibonsi, un franciscano que partió hacia Jerusalén en el siglo XIV, y fue precursor de los viajeros «mochileros» de toda raza y lugar.

1.

El viaje inicia por la calle principal del centro histórico, llamada Vía Maestra donde se encuentran edificios medievales y renacentistas, pertenecientes a las grandes familias de Florencia. En un callejón vemos la terraza de la antigua casa Ricciardi, una de las posesiones en la ciudad de los propietarios del Castillo Strozzavolpe, que se encuentra apenas a las afueras de la ciudad, entre los viñedos y una campaña exuberante, con sus colores ocre y azul.

El viaje inicia por la calle principal del centro histórico, llamada Vía Maestra donde se encuentran edificios medievales y renacentistas, pertenecientes a las grandes familias de Florencia. En un callejón vemos la terraza de la antigua casa Ricciardi, una de las posesiones en la ciudad de los propietarios del Castillo Strozzavolpe, que se encuentra apenas a las afueras de la ciudad, entre los viñedos y una campaña exuberante, con sus colores ocre y azul.

2.

Desde el centro, vale la pena visitar y admirar las obras de arte urbano que se encuentran en diferentes puntos de la ciudad,  que gracias a innovadores proyectos de arte contemporáneo, es la sede de muestras de variados artistas como por ejemplo de Anthony Gormley o Mimmo Paladino.

Continuando más allá de la calle central, subimos hacia la vegetación que rodea la ciudad. Desde aquí se puede ver el hermoso Castillo neogótico de Badia y luego la Iglesia San Lucchese, cuyo nombre deriva del primer franciscano laico en Italia.

Lo primero que hallamos es la Fuente de las Hadas, a lo largo de la Vía Francígena y el hermoso vestigio del antiguo pueblo Poggibonizio, arrasado hasta el suelo por los florentinos en el 1270. En el interior, en una atmósfera metafísica, se encuentran I Dormienti - estatuas de terracota acostadas en posición fetal - de Mimmo Paladino.

Desde el centro, vale la pena visitar y admirar las obras de arte urbano que se encuentran en diferentes puntos de la ciudad,  que gracias a innovadores proyectos de arte contemporáneo, es la sede de muestras de variados artistas como por ejemplo de Anthony Gormley o Mimmo Paladino.

Continuando más allá de la calle central, subimos hacia la vegetación que rodea la ciudad. Desde aquí se puede ver el hermoso Castillo neogótico de Badia y luego la Iglesia San Lucchese, cuyo nombre deriva del primer franciscano laico en Italia.

Lo primero que hallamos es la Fuente de las Hadas, a lo largo de la Vía Francígena y el hermoso vestigio del antiguo pueblo Poggibonizio, arrasado hasta el suelo por los florentinos en el 1270. En el interior, en una atmósfera metafísica, se encuentran I Dormienti - estatuas de terracota acostadas en posición fetal - de Mimmo Paladino.

3.

Continuando nos encontramos con la imponente Fortaleza de Poggio Imperiale que retoma la forma antropomorfa teorizada por Francesco di Giorgio Martini para la "ciudad ideal". Dentro de sus muros perimetrales encontramos el Castillo y la Plaza d'Armi.

Aquí nos podemos detener y mirar más allá de las colinas metalíferas para observar la Montaña Maggio y la Montaña Amiata y, un poco más lejos, las colinas de Grosseto bastante cerca del mar.

Continuando nos encontramos con la imponente Fortaleza de Poggio Imperiale que retoma la forma antropomorfa teorizada por Francesco di Giorgio Martini para la "ciudad ideal". Dentro de sus muros perimetrales encontramos el Castillo y la Plaza d'Armi.

Aquí nos podemos detener y mirar más allá de las colinas metalíferas para observar la Montaña Maggio y la Montaña Amiata y, un poco más lejos, las colinas de Grosseto bastante cerca del mar.

4.

Apenas salimos de la Fortaleza, nos encontramos con el Arqueódromo, donde se puede revivir la reconstrucción de los asentamientos del siglo V, el pueblo longobardo y la "curtis", una especie de pueblo-empresa que se desarrolla alrededor de una gran cabaña de madera (longhouse), en la que vivía el Señor del pueblo. Ahora los verdaderos "dueños" del lugar son su gente y su territorio, como si fueran puentes suspendidos entre la tradición y la contemporaneidad.

Apenas salimos de la Fortaleza, nos encontramos con el Arqueódromo, donde se puede revivir la reconstrucción de los asentamientos del siglo V, el pueblo longobardo y la "curtis", una especie de pueblo-empresa que se desarrolla alrededor de una gran cabaña de madera (longhouse), en la que vivía el Señor del pueblo. Ahora los verdaderos "dueños" del lugar son su gente y su territorio, como si fueran puentes suspendidos entre la tradición y la contemporaneidad.

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