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Itinerarios
Tres días en el corazón de Valtiberina

Maestros del arte, santos y un hermoso patrimonio

La región llamada de Valtiberina, toma su nombre del río Tíber, que serpentea por la Toscana desde Emilia-Romaña hacia Umbría y Lacio. Llámalo simplemente el valle del Tíber superior: desde hace mucho tiempo, ha sido asociado a los viajes de San Francisco y a las obras de arte de Piero della Francesca, hijo nativo de la zona, que con frecuencia utilizaba su tierra natal como base artística para sus paisajes. Los entusiastas del Renacimiento temprano y los curiosos por la historia religiosa, estarán aquí como en casa, por supuesto, pero la región también ofrece otras sorpresas.

1.

Comienza tus aventuras por el valle en el pueblo más grande de la región, Sansepolcro, más conocido como la cuna del maestro Piero della Francesca y custodio de algunos de sus frescos más famosos. Aunque recordado sobre todo como pintor, Piero della Francesca fue también un matemático.

El Museo Cívico es visita obligada para los admiradores de Piero della Francesca. Aquí encontrarás una alta concentración de sus frescos y pinturas, incluyendo la monumental Resurrección, famosa por sus referencias alegóricas al paso del tiempo y a la síntesis de la ciencia y el arte. Menos reconocibles al instante son el políptico Virgen de la Misericordia y los frescos de San Giuliano y San Ludovico. Además de la obra de Piero della Francesca, el museo alberga piezas preciosas de Pontormo y Andrea della Robbia, y una importante colección de la obra de Santi di Tito.

Los verdaderos aficionados al arte tienen que caminar cinco minutos desde el museo hasta la iglesia desconsagrada de San Lorenzo (via Santa Croce 2) para ver un impresionante retablo de una cierto pelirrojo de estilo renacentista-manierista tardío. Giovanni Battista di Jacopo, más conocido como "Rosso Fiorentino" ("el florentino pelirrojo") pintó aquí un monumental Descendimiento, que es sólo un poco menos elogiado que la misma escena que pintó para la Pinacoteca Comunale de Volterra.

Comienza tus aventuras por el valle en el pueblo más grande de la región, Sansepolcro, más conocido como la cuna del maestro Piero della Francesca y custodio de algunos de sus frescos más famosos. Aunque recordado sobre todo como pintor, Piero della Francesca fue también un matemático.

El Museo Cívico es visita obligada para los admiradores de Piero della Francesca. Aquí encontrarás una alta concentración de sus frescos y pinturas, incluyendo la monumental Resurrección, famosa por sus referencias alegóricas al paso del tiempo y a la síntesis de la ciencia y el arte. Menos reconocibles al instante son el políptico Virgen de la Misericordia y los frescos de San Giuliano y San Ludovico. Además de la obra de Piero della Francesca, el museo alberga piezas preciosas de Pontormo y Andrea della Robbia, y una importante colección de la obra de Santi di Tito.

Los verdaderos aficionados al arte tienen que caminar cinco minutos desde el museo hasta la iglesia desconsagrada de San Lorenzo (via Santa Croce 2) para ver un impresionante retablo de una cierto pelirrojo de estilo renacentista-manierista tardío. Giovanni Battista di Jacopo, más conocido como "Rosso Fiorentino" ("el florentino pelirrojo") pintó aquí un monumental Descendimiento, que es sólo un poco menos elogiado que la misma escena que pintó para la Pinacoteca Comunale de Volterra.

2.

Los amantes de Leonardo tienen que visitar Anghiari, la ciudad asociada a su legendaria "pintura perdida", que representaba una batalla que tuvo lugar en la localidad en 1440. 

Pero no te pases el día descifrando Da Vinci: al contrario, descubre algunos castillos medievales - Montauto destaca entre otros, aunque se encuentra en la cima de una colina alta y es bastante difícil de alcanzar. Los peregrinos cristianos contemporáneos apreciarán este castillo, construido entre 1170 y 1180, por ser el lugar donde San Francisco de Asís se alojaba durante sus viajes hacia la Verna. 

Por la tarde, haz un viaje rápido de diez minutos a Monterchi para visitar el Museo de la Virgen del Parto, que alberga una de las obras más enigmáticas de Piero della Francesca -y quizás del Renacimiento-. La obra, la Virgen del Parto o "Virgen preñada", ha sido datada entre 1450 y 1465, si bien se desconoce la identidad del mecenas patrocinador. Fue pintada en la capilla de Santa Maria di Momentana en Montione, un sitio vinculado desde hace mucho tiempo a los cultos paganos de la fertilidad.

Los amantes de Leonardo tienen que visitar Anghiari, la ciudad asociada a su legendaria "pintura perdida", que representaba una batalla que tuvo lugar en la localidad en 1440. 

Pero no te pases el día descifrando Da Vinci: al contrario, descubre algunos castillos medievales - Montauto destaca entre otros, aunque se encuentra en la cima de una colina alta y es bastante difícil de alcanzar. Los peregrinos cristianos contemporáneos apreciarán este castillo, construido entre 1170 y 1180, por ser el lugar donde San Francisco de Asís se alojaba durante sus viajes hacia la Verna. 

Por la tarde, haz un viaje rápido de diez minutos a Monterchi para visitar el Museo de la Virgen del Parto, que alberga una de las obras más enigmáticas de Piero della Francesca -y quizás del Renacimiento-. La obra, la Virgen del Parto o "Virgen preñada", ha sido datada entre 1450 y 1465, si bien se desconoce la identidad del mecenas patrocinador. Fue pintada en la capilla de Santa Maria di Momentana en Montione, un sitio vinculado desde hace mucho tiempo a los cultos paganos de la fertilidad.

3.

Completa la lista de maestros del Renacimiento pasando tu tercer día en Caprese Michelangelo, el humilde lugar de nacimiento de Miguel Ángel Buonarroti (de ahí el nombre del artista). Aunque no conserva tantos tesoros artísticos como los pueblos anteriores, el legado de este pueblo es motivo suficiente para que cualquiera que esté interesado en los orígenes sencillos de Miguel Ángel lo visite. No te saltes el Museo Michelangiolesco: Una de sus tres estructuras principales es el Palazzo del Podestá, donde residía la familia Buonarroti y nació Miguel Ángel (en el momento de su nacimiento, su padre era podestá de la República Florentina en Caprese Michelangelo, similar a un cargo de alcalde).

El pequeño pueblo es también un centro inesperado para la comida tradicional toscana: platos a base de trufas y setas son los reclamos que llaman la atención de los visitantes. Después de haber tenido tiempo de digerir un almuerzo tranquilo en una de las trattorias del centro, pasa por la calle Amedeo Andreani para ver la austera iglesia San Giovanni Battista del siglo XIII, lugar del bautismo de Miguel Ángel.

Completa la lista de maestros del Renacimiento pasando tu tercer día en Caprese Michelangelo, el humilde lugar de nacimiento de Miguel Ángel Buonarroti (de ahí el nombre del artista). Aunque no conserva tantos tesoros artísticos como los pueblos anteriores, el legado de este pueblo es motivo suficiente para que cualquiera que esté interesado en los orígenes sencillos de Miguel Ángel lo visite. No te saltes el Museo Michelangiolesco: Una de sus tres estructuras principales es el Palazzo del Podestá, donde residía la familia Buonarroti y nació Miguel Ángel (en el momento de su nacimiento, su padre era podestá de la República Florentina en Caprese Michelangelo, similar a un cargo de alcalde).

El pequeño pueblo es también un centro inesperado para la comida tradicional toscana: platos a base de trufas y setas son los reclamos que llaman la atención de los visitantes. Después de haber tenido tiempo de digerir un almuerzo tranquilo en una de las trattorias del centro, pasa por la calle Amedeo Andreani para ver la austera iglesia San Giovanni Battista del siglo XIII, lugar del bautismo de Miguel Ángel.

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