Itinerario florentino entre los lugares queridos por el escritor de El retrato de Dorian Gray
Oscar Wilde, el genio literario que provocó un escándalo en la época victoriana por El retrato de DorianGray, fue un joven que creció en la agitación de mediados del Siglo XIX.
Como muchos jóvenes adinerados que vivían en esos años, Wilde también se embarcó en el Grand Tour, un largo viaje para descubrir el arte italiano, que en su caso se detuvo en Florencia, Bolonia, Venecia, Padua, Verona y Milán.
El Grand Tour, que comenzó en el verano del 1875, cuando era estudiante en la Universidad de Oxford, fue la primera ocasión en que Wilde estuvo en Toscana, y le fascinó tanto que no fue la única.
En este itinerario, siguiendo las cartas enviadas a su padre en junio del 1875 y los poemas escritos posteriormente, descubriremos los lugares que conquistaron y enamoraron a Oscar Wilde de Florencia.
Iniciemos nuestro itinerario desde la Basílica San Lorenzo. Este fue uno de los primeros lugares que visitó Oscar Wilde durante su primera estancia.
En una larga carta a su padre, Sir William, el joven Wilde, de apenas veinte años, escribió lo asombrado que estaba por la belleza de la Basílica, por la calidad del mármol utilizado que parecía "tan brillante como un espejo" y por la majestuosidad de los monumentos funerarios de las Capillas de los Medici.
A Oscar Wilde le llamó especialmente la atención la tumba de de Giuliano de los Medici realizada por Michelangelo, con sus magníficas estatuas del Día y la Noche. Una vez que hayas visitado la Basílica y las Capillas, no será difícil entender el motivo de tanto asombro.
Iniciemos nuestro itinerario desde la Basílica San Lorenzo. Este fue uno de los primeros lugares que visitó Oscar Wilde durante su primera estancia.
En una larga carta a su padre, Sir William, el joven Wilde, de apenas veinte años, escribió lo asombrado que estaba por la belleza de la Basílica, por la calidad del mármol utilizado que parecía "tan brillante como un espejo" y por la majestuosidad de los monumentos funerarios de las Capillas de los Medici.
A Oscar Wilde le llamó especialmente la atención la tumba de de Giuliano de los Medici realizada por Michelangelo, con sus magníficas estatuas del Día y la Noche. Una vez que hayas visitado la Basílica y las Capillas, no será difícil entender el motivo de tanto asombro.
La segunda parada es la Biblioteca Laurenciana, a la que se accede desde el claustro de la Basílica San Lorenzo.
La Biblioteca Laurenciana es una de las colecciones de manuscritos más importantes del mundo y la grandeza de la colección conquistó inmediatamente a Wilde, al igual que la estructura, diseñada por Michelangelo Buonarroti entre los años 1519 y 1534.
En la Biblioteca hay preciosas copias de manuscritos eclesiásticos y privados pertenecientes a la familia Medici de Cosimo il Vecchio.
La segunda parada es la Biblioteca Laurenciana, a la que se accede desde el claustro de la Basílica San Lorenzo.
La Biblioteca Laurenciana es una de las colecciones de manuscritos más importantes del mundo y la grandeza de la colección conquistó inmediatamente a Wilde, al igual que la estructura, diseñada por Michelangelo Buonarroti entre los años 1519 y 1534.
En la Biblioteca hay preciosas copias de manuscritos eclesiásticos y privados pertenecientes a la familia Medici de Cosimo il Vecchio.
El Museo Arqueológico de Florencia, ubicado en el Palacio de la Crocetta, es la tercera parada de este recorrido a pie por Florencia.
Aunque el lugar que visitó Oscar Wilde fue el Museo Etrusco, que entonces se encontraba en el suprimido Monasterio Sant'Onofrio en el Cenáculo de Fuligno, las obras descritas en sus cartas se exponen ahora en parte en el Museo Arqueológico.
En particular, al escritor le llamó la atención una gran tumba de piedra con un fresco que representaba un carro que llevaba a un joven desnudo al paraíso. Esta representación, para Wilde, era emblemática del arte funerario etrusco que estaba apoderado de un estado de felicidad después de la muerte.
Otras obras que despertaron la curiosidad de Wilde fueron los numerosos sarcófagos esculpidos, jarrones y urnas de todas las formas y tamaños, las espadas con forma de hoja, utensilios domésticos y una gran colección de monedas, una de las cuales le llamó la atención: una moneda "tan grande como un bocadillo y con el sello de un barco en una lado y una persona de dos caras en el otro".
Para concluir la visita al Museo Arqueológico también puedes visitar la sección dedicada al arte egipcio, pero para que conste te informamos de que las obras aquí recogidas fueron definidas por Oscar Wilde como demasiado "grotescas y toscas", si se comparan con la pureza de las obras del arte etrusco.
El Museo Arqueológico de Florencia, ubicado en el Palacio de la Crocetta, es la tercera parada de este recorrido a pie por Florencia.
Aunque el lugar que visitó Oscar Wilde fue el Museo Etrusco, que entonces se encontraba en el suprimido Monasterio Sant'Onofrio en el Cenáculo de Fuligno, las obras descritas en sus cartas se exponen ahora en parte en el Museo Arqueológico.
En particular, al escritor le llamó la atención una gran tumba de piedra con un fresco que representaba un carro que llevaba a un joven desnudo al paraíso. Esta representación, para Wilde, era emblemática del arte funerario etrusco que estaba apoderado de un estado de felicidad después de la muerte.
Otras obras que despertaron la curiosidad de Wilde fueron los numerosos sarcófagos esculpidos, jarrones y urnas de todas las formas y tamaños, las espadas con forma de hoja, utensilios domésticos y una gran colección de monedas, una de las cuales le llamó la atención: una moneda "tan grande como un bocadillo y con el sello de un barco en una lado y una persona de dos caras en el otro".
Para concluir la visita al Museo Arqueológico también puedes visitar la sección dedicada al arte egipcio, pero para que conste te informamos de que las obras aquí recogidas fueron definidas por Oscar Wilde como demasiado "grotescas y toscas", si se comparan con la pureza de las obras del arte etrusco.
Continuemos nuestro itinerario llegando a la Basílica San Miniato al Monte, tal vez para almorzar rápidamente como lo hizo Oscar Wilde y luego visitar la Basílica.
Tras esta visita, el escritor irlandés estudió la vida del santo al que está dedicada la basílica y decidió escribir un poema titulado San Miniato.
Según la leyenda, San Miniato fue decapitado a orillas del río Arno y con su propia cabeza en las manos llegó a la colina para morir en el lugar donde hoy se levanta la basílica. En el poema, Wilde se inspira en la vida del santo e invoca a la Virgen como para renacer y crear su propia identidad poética.
Continuemos nuestro itinerario llegando a la Basílica San Miniato al Monte, tal vez para almorzar rápidamente como lo hizo Oscar Wilde y luego visitar la Basílica.
Tras esta visita, el escritor irlandés estudió la vida del santo al que está dedicada la basílica y decidió escribir un poema titulado San Miniato.
Según la leyenda, San Miniato fue decapitado a orillas del río Arno y con su propia cabeza en las manos llegó a la colina para morir en el lugar donde hoy se levanta la basílica. En el poema, Wilde se inspira en la vida del santo e invoca a la Virgen como para renacer y crear su propia identidad poética.
Finalizamos nuestro itinerario con un paseo a lo largo del río Arno, tal vez para esperar el atardecer leyendo el poema del 1881 A orillas del Arno que el poeta escribió sólo para rendir homenaje a este lugar. En el escrito leemos una invitación a apreciar la belleza que nos rodea cada vez que tenemos la oportunidad.
A Oscar Wilde le encantaba dar largos paseos por aquí y justamente Lungarno selló su profundo amor por Florencia.
Cuando, tras la publicación de su novela El retrato de Dorian Gray, fue juzgado por el escandaloso contenido que iba en contra de la moral victoriana inglesa.
Wilde regresó a Florencia en mayo de 1894 y con él su compañero Lord Alfred Douglas, conocido como "Bosie", hijo del Marqués de Queensberry. Aquí pasaron un corto periodo durante el cual ambos vivieron libremente: en la ciudad la homosexualidad era aceptada y tolerada, tanto que en aquellos años Florencia se convirtió en el lugar favorito de muchos nobles europeos, especialmente ingleses, que escapaban de las duras condenas de prisión contra los homosexuales.
Finalizamos nuestro itinerario con un paseo a lo largo del río Arno, tal vez para esperar el atardecer leyendo el poema del 1881 A orillas del Arno que el poeta escribió sólo para rendir homenaje a este lugar. En el escrito leemos una invitación a apreciar la belleza que nos rodea cada vez que tenemos la oportunidad.
A Oscar Wilde le encantaba dar largos paseos por aquí y justamente Lungarno selló su profundo amor por Florencia.
Cuando, tras la publicación de su novela El retrato de Dorian Gray, fue juzgado por el escandaloso contenido que iba en contra de la moral victoriana inglesa.
Wilde regresó a Florencia en mayo de 1894 y con él su compañero Lord Alfred Douglas, conocido como "Bosie", hijo del Marqués de Queensberry. Aquí pasaron un corto periodo durante el cual ambos vivieron libremente: en la ciudad la homosexualidad era aceptada y tolerada, tanto que en aquellos años Florencia se convirtió en el lugar favorito de muchos nobles europeos, especialmente ingleses, que escapaban de las duras condenas de prisión contra los homosexuales.