Descubriendo la historia del Valle Bisenzio
A pocos pasos de Prato, con sus iglesias y palacios medievales y renacentistas, vemos un paisaje atravesado por itinerarios para el senderismo y ciclismo de montaña, donde es posible encontrar el antiguo vínculo que desde siempre une al hombre con la naturaleza. Las actividades deportivas y al aire libre que se pueden practicar son muchas con más de 500 km de senderos equipados a través de los bosques, colinas y pequeños pueblos campesinos, a los cuales se suman los 53 km de las pistas de bicicletas de Prato.
Recorriendo este itinerario, descubriremos el Valle Bisenzio, que ofrece exuberantes bellezas naturales y un patrimonio histórico y cultural. En particular, visitaremos la grande zona de Calvana, que cuenta con vistas panorámicas y un sin fin de pequeños pueblos con su patrimonio de arte y de tradiciones. El itinerario presenta una dificultad media y se puede recorrer a pie o en bicicleta, el acceso está cerca de la carretera SS325 del Val Bisenzio. Se aconseja, considerando la escasez de fuentes a lo largo del recorrido, proveerse de agua antes de partir.
Partimos desde la orilla derecha orográfica del río Bisenzio, en vía Don Dino Pizzicori, accesible por la carretera SS325. Cruzamos el puente peatonal sobre el río y continuamos por la pequeña calle que conduce hasta la peatonal para llegar al centro del pueblo Vaiano, un pequeño pueblo con numerosos edificios de gran valor histórico, como la abadía San Salvatore de origen longobardo que se remonta al siglo XI. Superamos el pueblo subiendo hacia el este, para continuar hacia Sofignano donde encontramos la torre medieval de Melagrana.
Después de menos de un kilómetro, comienza un breve tramo de camino de tierra, que se transforma nuevamente en asfalto y continuamos hasta llegar a un cruce de caminos: desde aquí seguimos por vía Docciola y llegamos hasta la Parroquia Santos Vito y Modesto, con el pórtico y el campanario que durante la edad media fue uno de los principales centros de difusión del cristianismo en Val Bisenzio. Continuando por la calle principal llegamos cerca de la llamada casa Nera, una residencia fortificada del siglo XIII, cuya torre está hecha de piedra berroqueña. Desde aquí, continuamos por el camino de tierra que, después de aproximadamente un kilómetro, vuelve a unirse a una calle de asfalto cerca de la iglesia Santos Andrea y Donato en Savignano, que también fue construida con la típica piedra blanca berroqueña de la zona de Calvana.
Partimos desde la orilla derecha orográfica del río Bisenzio, en vía Don Dino Pizzicori, accesible por la carretera SS325. Cruzamos el puente peatonal sobre el río y continuamos por la pequeña calle que conduce hasta la peatonal para llegar al centro del pueblo Vaiano, un pequeño pueblo con numerosos edificios de gran valor histórico, como la abadía San Salvatore de origen longobardo que se remonta al siglo XI. Superamos el pueblo subiendo hacia el este, para continuar hacia Sofignano donde encontramos la torre medieval de Melagrana.
Después de menos de un kilómetro, comienza un breve tramo de camino de tierra, que se transforma nuevamente en asfalto y continuamos hasta llegar a un cruce de caminos: desde aquí seguimos por vía Docciola y llegamos hasta la Parroquia Santos Vito y Modesto, con el pórtico y el campanario que durante la edad media fue uno de los principales centros de difusión del cristianismo en Val Bisenzio. Continuando por la calle principal llegamos cerca de la llamada casa Nera, una residencia fortificada del siglo XIII, cuya torre está hecha de piedra berroqueña. Desde aquí, continuamos por el camino de tierra que, después de aproximadamente un kilómetro, vuelve a unirse a una calle de asfalto cerca de la iglesia Santos Andrea y Donato en Savignano, que también fue construida con la típica piedra blanca berroqueña de la zona de Calvana.
Volvemos a partir desde Savignano cruzando el puente sobre el Río La Nosa, y luego nos introducimos en el camino carril cuesta arriba hacia Calvana. Después de unos 1,5 km llegamos a un meseta rodeada por un bosque de encinas y robles, donde se puede disfrutar de vistas panorámicas hacia los pueblos del lado opuesto. Comenzamos a descender a lo largo de un tramo con un fondo más arcilloso. Una vez llegados a un trivio, seguimos el camino principal y luego giramos ligeramente a la derecha por el camino marcado en blanco-rojo que, después de unos cientos de metros, nos lleva al cuadrivio hacia Valibona. Llegamos a la puerta de una finca didáctica-naturalista "I Biancospini" (los espinos blancos), podemos desviarnos ligeramente hasta llegar al pueblo, conocido por haber sido el teatro, el 3 de enero de 1943, de la primera batalla de resistencia a la ocupación nazi-fascista en Toscana. Un monumento conmemorativo está dedicado a esos acontecimientos, justo en el lugar donde se libraron los combates.
Volvemos a partir desde Savignano cruzando el puente sobre el Río La Nosa, y luego nos introducimos en el camino carril cuesta arriba hacia Calvana. Después de unos 1,5 km llegamos a un meseta rodeada por un bosque de encinas y robles, donde se puede disfrutar de vistas panorámicas hacia los pueblos del lado opuesto. Comenzamos a descender a lo largo de un tramo con un fondo más arcilloso. Una vez llegados a un trivio, seguimos el camino principal y luego giramos ligeramente a la derecha por el camino marcado en blanco-rojo que, después de unos cientos de metros, nos lleva al cuadrivio hacia Valibona. Llegamos a la puerta de una finca didáctica-naturalista "I Biancospini" (los espinos blancos), podemos desviarnos ligeramente hasta llegar al pueblo, conocido por haber sido el teatro, el 3 de enero de 1943, de la primera batalla de resistencia a la ocupación nazi-fascista en Toscana. Un monumento conmemorativo está dedicado a esos acontecimientos, justo en el lugar donde se libraron los combates.
Volviendo a la puerta de la finca, tomamos el camino moderadamente cuesta abajo que lleva al cruce hacia Parmigno. Desde aquí continuamos por el camino carril a la derecha y llegamos a una puerta para el ganado que pastorean, la superamos y llegamos al pueblo abandonado de Parmigno, que nos recibe con su arquitrabe de piedra de la antigua Puerta de Casacce y la pequeña Iglesia Santo Stefano. Partimos de Parmigno, continuando cuesta abajo para llegar a la Iglesia San Martino en Fabio, que fue mencionada en un documento oficial del 1024, cuando fue donada al Monasterio San Miniato al Monte por el obispo de Florencia.
Volviendo a la puerta de la finca, tomamos el camino moderadamente cuesta abajo que lleva al cruce hacia Parmigno. Desde aquí continuamos por el camino carril a la derecha y llegamos a una puerta para el ganado que pastorean, la superamos y llegamos al pueblo abandonado de Parmigno, que nos recibe con su arquitrabe de piedra de la antigua Puerta de Casacce y la pequeña Iglesia Santo Stefano. Partimos de Parmigno, continuando cuesta abajo para llegar a la Iglesia San Martino en Fabio, que fue mencionada en un documento oficial del 1024, cuando fue donada al Monasterio San Miniato al Monte por el obispo de Florencia.
Saliendo de la iglesia de Fabio, después de unos metros de asfalto, recorremos una vez más el camino de tierra donde, a mitad del camino, vadeamos una pequeña zanja antes de llegar subiendo hasta Savignano. Cruzamos un pequeño puente y recorremos al contrario la calle asfaltada de Savignano hasta ingresar en la calle que nos lleva hasta Sofignano, donde giramos a la izquierda. Después de pasar por delante de la Villa Buonamici en San Gaudenzio, continuamos por unos 2,5 km, hasta llegar a la altura de vía Casanova y desde allí volvemos al punto de partida.
Saliendo de la iglesia de Fabio, después de unos metros de asfalto, recorremos una vez más el camino de tierra donde, a mitad del camino, vadeamos una pequeña zanja antes de llegar subiendo hasta Savignano. Cruzamos un pequeño puente y recorremos al contrario la calle asfaltada de Savignano hasta ingresar en la calle que nos lleva hasta Sofignano, donde giramos a la izquierda. Después de pasar por delante de la Villa Buonamici en San Gaudenzio, continuamos por unos 2,5 km, hasta llegar a la altura de vía Casanova y desde allí volvemos al punto de partida.