Desde Pistoia hasta Serravalle tras las huellas de los antiguos peregrinos
El Camino San Jacopo nos permite descubrir algunas de las ciudades de arte de Toscana más interesantes , a lo largo de un recorrido de antiguos orígenes cuyas historias se pierden en los siglos. De hecho, desde la Edad Media, peregrinos y comerciantes han recorrido estos caminos, que se hicieron famosos por la presencia de la Reliquia del Apóstol Jacopo, que llegó a Pistoia desde Galicia en el 1144.
A partir de ese momento, la ciudad adquirió tal prestigio que se convirtió en una parada obligatoria para los peregrinos italianos en su camino a Santiago de Compostela, ganándose así el apodo de "pequeño Santiago". El Camino San Jacopo, ahora redescubierto y mejorado, conecta Florencia con Livorno, pasando por Prato, Pistoia, Lucca y Pisa, regalándonos unas vistas inolvidables.
El itinerario inicia de la hermosa Catedral San Zeno en la Plaza del Duomo, que inmediatamente nos sumerge en una atmósfera antigua y llena de devoción.
Tras admirar las figuras del Altar de plata y la Reliquia de San Jacopo, guardada dentro de un precioso Relicario, obra maestra de orfebrería de Lorenzo Ghiberti, partimos hacia el Spedale del Ceppo, dejando atrás el Campanario, el Palacio Municipal, el Palacio Episcopal y el Baptisterio.
Lugar imprescindible para la historia de la peregrinación, el Spedale del Ceppo, fundado en el Siglo XIII, es conocido por el hermoso friso policromado en terracota de Robbia que decora el pórtico.
El itinerario inicia de la hermosa Catedral San Zeno en la Plaza del Duomo, que inmediatamente nos sumerge en una atmósfera antigua y llena de devoción.
Tras admirar las figuras del Altar de plata y la Reliquia de San Jacopo, guardada dentro de un precioso Relicario, obra maestra de orfebrería de Lorenzo Ghiberti, partimos hacia el Spedale del Ceppo, dejando atrás el Campanario, el Palacio Municipal, el Palacio Episcopal y el Baptisterio.
Lugar imprescindible para la historia de la peregrinación, el Spedale del Ceppo, fundado en el Siglo XIII, es conocido por el hermoso friso policromado en terracota de Robbia que decora el pórtico.
Tras pasar las murallas de Pistoia, recorriendo el Camino San Jacopo, cruzamos el río Ombrone y afrontamos un tramo de colina, llegando a la Parroquia San Michele a Groppoli, inmersa entre los olivares en un silencio atemporal.
El edificio religioso de estilo románico, que data del Siglo XII, está dedicado a San Michele Arcangelo y nos sorprende con una hermosa fachada de piedra alberese con decoraciones de estilo pisano y azulejos de mármol blanco y verde.
Tras pasar las murallas de Pistoia, recorriendo el Camino San Jacopo, cruzamos el río Ombrone y afrontamos un tramo de colina, llegando a la Parroquia San Michele a Groppoli, inmersa entre los olivares en un silencio atemporal.
El edificio religioso de estilo románico, que data del Siglo XII, está dedicado a San Michele Arcangelo y nos sorprende con una hermosa fachada de piedra alberese con decoraciones de estilo pisano y azulejos de mármol blanco y verde.
Continuamos por el Camino San Jacopo que nos lleva a importantes pueblos fortificados de origen medieval. Entre ellos destaca Serravalle Pistoiese, punto fronterizo entre Valdinievole y el territorio de Pistoia.
Los restos de las antiguas fortificaciones que aún hoy podemos admirar, la Torre de Barbarossa y el Fuerte Nuevo, atestiguan la considerable importancia de la zona, siendo tierra de paso y nos trasladan a un pasado bélico desde la época de los Longobardos.
Cerca de allí se encontraba un imponente edificio construido por los Caballeros del Hospital de Jerusalén, "La Magione", donde se acogía a los peregrinos, aún reconocible hoy en día por los restos de las murallas perimetrales.
Continuamos por el Camino San Jacopo que nos lleva a importantes pueblos fortificados de origen medieval. Entre ellos destaca Serravalle Pistoiese, punto fronterizo entre Valdinievole y el territorio de Pistoia.
Los restos de las antiguas fortificaciones que aún hoy podemos admirar, la Torre de Barbarossa y el Fuerte Nuevo, atestiguan la considerable importancia de la zona, siendo tierra de paso y nos trasladan a un pasado bélico desde la época de los Longobardos.
Cerca de allí se encontraba un imponente edificio construido por los Caballeros del Hospital de Jerusalén, "La Magione", donde se acogía a los peregrinos, aún reconocible hoy en día por los restos de las murallas perimetrales.