Vía Romea Germánica en Toscana

Desde Bagno di Romagna (en Emilia Romagna) siguiendo el pavimento original del antiguo camino de herradura se llega al Passo de la Serra a través del único enlace entre Romagna y Toscana hasta el siglo XIX. Desde aquí se puede continuar el recorrido histórico y llegar al antiguo pueblo de Corezzo o seguir a lo largo del itinerario alternativo hasta La Verna caminando por el bosque. Desde el 1224, año en que Francisco de Asís recibió los estigmas allí, el Santuario de Verna es una parada importante de los principales caminos franciscanos.

Después de atravesar el pequeño pueblo de Corezzo, se desciende por la carretera provincial y se sigue por el camino de herradura hasta llegar al pueblo de Frassineta y sucesivamente a Casa Santicchio, donde se puede dormir y comer. Se procede derecho en el antiguo camino en medio del bosque, se pasa por el pueblo de Pezza y su característica fuente y continuamos hacia Giona, Banzena, Caselle hasta Campi: mencionada por el abad de Stade como lugar de descanso. El recorrido histórico continúa en dirección a los pueblos medievales de Sarna y Ròsina y después de pasar la "fuente de las aguas ferruginosas" se llega al centro de Chitignano.

Se parte de Chitignano para dirigirse hacia el Castillo de los Ubertini para una breve visita antes de seguir el recorrido. Se continúa por la carretera asfaltada, pero no muy transitada, que desciende hasta el Río Talla y se llega al Castillo de Valenzano: construido a finales del siglo IX como torre de vigilancia, actualmente alberga una residencia de época. El camino continúa a través de bosques y campos hasta Subbiano: también conocido como la puerta del Casentino, se extiende a lo largo de la orilla izquierda del Arno.

Desde Subbiano la Via Romea Germánica discurre a lo largo del Arno hasta Pieve a Sietina donde los etruscos construyeron un templo dedicado al Dios Satres (Saturno), del cual deriva el nombre de la ciudad. Es interesante visitar la antigua parroquia románica que conserva frescos del siglo XIV y del Renacimiento. El recorrido atravieza el campo de Arezzo hasta llegar en Arezzo, una de las mayores lucumonías etruscas y más tarde, un centro romano de importancia estratégica. El corazón de la ciudad es Plaza Grande, rodeada por hermosos edificios como el Palacio de las Logias, con sus características tiendas debajo del pórtico.

Desde la Plaza Grande el recorrido deja la ciudad de Arezzo y conduce directamente frente al Santuario de Santa María de las Gracias, con su espléndido pórtico inspirado en el Hospital de los Inocentes de Brunelleschi. En esta etapa, la Vía Romea Germánica entra en Valdichiana atravesando extensos bosques con numerosas parroquias y castillos y sigue un antiguo camino, que se dice fue recorrido por Aníbal antes de la batalla del Lago Trasimeno, hasta la Parroquia de Sassaia. Construida en el año mil, hoy se utiliza como hospedaje para los peregrinos.

Desde Parroquia de Sassaia el recorrido continúa en dirección a Castiglion Fiorentino, un pueblo medieval con un corazón etrusco. Se puede visitar la logia del siglo XVI frente al Palacio del Municipio: un verdadero balcón arquitectónico desde el cual se disfruta del panorama del Valle. Desde Castiglion Fiorentino el camino continúa entre magníficas vistas de Valdichiana hasta Cortona. Cortona es una ciudad de orígen etrusco con muchos museos y obras de arte: merece la pena visitar el hermoso Museo de la Academia Etrusca y el Parque Arqueológico. También es interesante el Museo Diocesano, donde se conservan obras únicas como la Anunciación de Beato Angelico.

Dejando la plaza central de Cortona se baja al pie de la colina donde se encuentra la Parroquia San Michele Arcangelo, originalmente fue una iglesia arriana, reconstruida en el siglo XII. En este último tramo de Toscana, la Vía Romea Germánica pasa a poca distancia del Lago Trasimeno, entra en Umbría atravesando amplios espacios abiertos y llega al pueblo medieval de Pozzuolo, a unos 8 km de Castiglion del Lago.