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Itinerarios
Vía Romea Sanese

Descubriendo un antiguo enlace con la Vía Francígena, desde Florencia hasta Siena

Para los enlaces con Roma, los florentinos utilizaban la Vía Sanese, que era el recorrido más corto desde la ciudad del Iris hasta Siena. El mismo alterna tramos de calles secundarias asfaltadas y caminos de tierra, atravesando también el recorrido oficial de la Vía Francígena.

Cuatro etapas atraviesan la campiña florentina y sienesa para descubrir parroquias, abadías y pueblos medievales. Un viaje que parte de la Plaza de la Santísima Anunciada de Florencia y pasa por lugares cargados de historia como Sant'Andrea in Percussina, San Casciano in Val di Pesa, Badia a Passignano, San Donato in Poggio, Castellina in Chianti, hasta llegar a Siena en la Basílica de San Francisco.

Breve historia de la Vía Sanese

En la primera parte de su itinerario (desde Florencia hasta el fondo del valle de Pesa) la vía coincidía con el trazado de otra de las principales calles de la campiña florentina, la que más tarde se llamaría Vía Regia Romana, que llegaba a Francígena en Poggibonsi, en el valle medio de Elsa, y luego continuaba por el mismo camino, pero con un recorrido algo más largo, hacia Siena.

En el Siglo XIII, con la revaluación de la carretera transapenina hacia Bolonia, los peregrinos romanos, favoreciendo los pasos de Mugello en lugar del Paso de Cisa, hicieron de Florencia una parada obligatoria en el camino hacia Roma. De este modo, la Vía Sanese desempeñaba un papel cada vez más importante en el sistema de los caminos de peregrinación

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La primera parte del camino atraviesa el centro histórico de Florencia de norte a sur. Un itinerario urbano que parte de la Plaza de la Santísima Anunciada, donde se encuentran la Basílica homónima y el Hospital de los Inocentes, y pasa por algunos de los lugares más sugestivos de la ciudad: el Hospital Santa Maria Nuova, la Catedral de Santa Maria del Fiore, la Plaza de la Señoría y el Palacio Vecchio, la Galería de los Uffizi, el Ponte Vecchio y, por último, la Porta San Miniato, que señala el inicio del recorrido fuera de las murallas. Después de llegar a Poggio Imperiale, se prosigue hacia la Iglesia románica de San Felice a Ema y se sigue por la antigua vía hacia Pozzolatico.

Inmerso en las colinas de la campiña florentina, entre caseríos y olivares, se llega a Tavarnuzze y se sigue subiendo hacia Sant'Andrea in Percussina , donde se encuentra el Albergaccio, que fue la casa de Nicolás Maquiavelo durante su exilio de Florencia. Unos kilómetros más de carretera y se llega a San Casciano in Val di Pesa, lugar de descanso ya en tiempos de los romanos e importante puesto militar de protección de Florencia. Hoy en día, su centro histórico se enriquece con importantes obras y exposiciones de arte contemporáneo; la Iglesia Santa Maria del Prato custodia un Crucifijo de madera de Simone Martini.

La primera parte del camino atraviesa el centro histórico de Florencia de norte a sur. Un itinerario urbano que parte de la Plaza de la Santísima Anunciada, donde se encuentran la Basílica homónima y el Hospital de los Inocentes, y pasa por algunos de los lugares más sugestivos de la ciudad: el Hospital Santa Maria Nuova, la Catedral de Santa Maria del Fiore, la Plaza de la Señoría y el Palacio Vecchio, la Galería de los Uffizi, el Ponte Vecchio y, por último, la Porta San Miniato, que señala el inicio del recorrido fuera de las murallas. Después de llegar a Poggio Imperiale, se prosigue hacia la Iglesia románica de San Felice a Ema y se sigue por la antigua vía hacia Pozzolatico.

Inmerso en las colinas de la campiña florentina, entre caseríos y olivares, se llega a Tavarnuzze y se sigue subiendo hacia Sant'Andrea in Percussina , donde se encuentra el Albergaccio, que fue la casa de Nicolás Maquiavelo durante su exilio de Florencia. Unos kilómetros más de carretera y se llega a San Casciano in Val di Pesa, lugar de descanso ya en tiempos de los romanos e importante puesto militar de protección de Florencia. Hoy en día, su centro histórico se enriquece con importantes obras y exposiciones de arte contemporáneo; la Iglesia Santa Maria del Prato custodia un Crucifijo de madera de Simone Martini.

  • straighten
    Longitud
    22 km
  • schedule
    Duración
    6 h
  • trending_down
    Desnivel en bajada
    482 m
  • trending_up
    Desnivel en subida
    739 m
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San Casciano es una de las puertas de entrada a Chianti, quizá el icono paisajístico más famoso de Toscana en el mundo. Tras un breve tramo por una carretera asfaltada, el recorrido sigue los caseríos que bordean los viñedos hasta el pueblo de Montefiridolfi. A partir de aquí, continuando por calles de colinas, llegamos a Santa Maria a Macerata y, tras un tramo de bosque, a Badia a Passignano, donde se alza la magnífica abadía benedictina de San Michele Arcangelo.

La abadía, probablemente de origen longobardo, fue restaurada a mediados del Siglo XI por el abad Leto, sucesor de San Juan Gualberto, fundador de la Congregación Vallombrosiana. El monasterio, que aún alberga los restos mortales del santo, pronto se convirtió en un lugar de peregrinación y, a lo largo de los siglos, su estructura se convirtió en un grandioso complejo de edificios dentro de las murallas del Siglo XIV. Badia y sus alrededores forman parte de un espacio natural protegido creado en el 2016.

15,4 km
schedule
Duración: 
4 h
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San Casciano es una de las puertas de entrada a Chianti, quizá el icono paisajístico más famoso de Toscana en el mundo. Tras un breve tramo por una carretera asfaltada, el recorrido sigue los caseríos que bordean los viñedos hasta el pueblo de Montefiridolfi. A partir de aquí, continuando por calles de colinas, llegamos a Santa Maria a Macerata y, tras un tramo de bosque, a Badia a Passignano, donde se alza la magnífica abadía benedictina de San Michele Arcangelo.

La abadía, probablemente de origen longobardo, fue restaurada a mediados del Siglo XI por el abad Leto, sucesor de San Juan Gualberto, fundador de la Congregación Vallombrosiana. El monasterio, que aún alberga los restos mortales del santo, pronto se convirtió en un lugar de peregrinación y, a lo largo de los siglos, su estructura se convirtió en un grandioso complejo de edificios dentro de las murallas del Siglo XIV. Badia y sus alrededores forman parte de un espacio natural protegido creado en el 2016.

  • straighten
    Longitud
    15,4 km
  • schedule
    Duración
    4 h
  • trending_down
    Desnivel en bajada
    300 m
  • trending_up
    Desnivel en subida
    330 m
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Dejando Badia a Passignano, continuamos por el bosque hasta el fondo del valle en dirección a San Donato in Poggio, uno de los principales puntos de descanso de Sanese. El pueblo conserva intacto su trazado urbano medieval; fuera de las murallas se encuentra la Parroquia San Donato, que conserva sus características arquitectónicas originales y es uno de los ejemplos más artísticos de la arquitectura románica de la campiña florentina.

Tras pasar por Madonna di Pietracupa y la finca de Ricavo, llegamos a Castellina in Chianti donde, antes de entrar en el centro histórico, encontramos el Túmulo de Montecalvario, un imponente monumento funerario Etrusco construido a finales del Siglo VII a.C. Situado en una posición estratégica en la cresta que domina Valdelsa y sus alrededores, Castellina fue un puesto de avanzada de la República de Florencia y en el Siglo XV se dotó de potentes obras de defensa diseñadas por Giuliano da Sangallo y Filippo Brunelleschi.

En el centro histórico encontramos el Fuerte, que ahora alberga el Museo Arqueológico del Chianti, la Iglesia San Salvatore, renovada en estilo neorrománico, y la Vía de Volte, un encantador pasaje peatonal cubierto. Durante siglos, el pueblo fue un importante punto de parada en el camino hacia Roma, en la frontera entre el lado sienés y aquel florentino.

Dejando Badia a Passignano, continuamos por el bosque hasta el fondo del valle en dirección a San Donato in Poggio, uno de los principales puntos de descanso de Sanese. El pueblo conserva intacto su trazado urbano medieval; fuera de las murallas se encuentra la Parroquia San Donato, que conserva sus características arquitectónicas originales y es uno de los ejemplos más artísticos de la arquitectura románica de la campiña florentina.

Tras pasar por Madonna di Pietracupa y la finca de Ricavo, llegamos a Castellina in Chianti donde, antes de entrar en el centro histórico, encontramos el Túmulo de Montecalvario, un imponente monumento funerario Etrusco construido a finales del Siglo VII a.C. Situado en una posición estratégica en la cresta que domina Valdelsa y sus alrededores, Castellina fue un puesto de avanzada de la República de Florencia y en el Siglo XV se dotó de potentes obras de defensa diseñadas por Giuliano da Sangallo y Filippo Brunelleschi.

En el centro histórico encontramos el Fuerte, que ahora alberga el Museo Arqueológico del Chianti, la Iglesia San Salvatore, renovada en estilo neorrománico, y la Vía de Volte, un encantador pasaje peatonal cubierto. Durante siglos, el pueblo fue un importante punto de parada en el camino hacia Roma, en la frontera entre el lado sienés y aquel florentino.

  • straighten
    Longitud
    21,1 km
  • trending_down
    Desnivel en bajada
    530 m
  • trending_up
    Desnivel en subida
    760 m
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El protagonista de la etapa es siempre el paisaje de colinas del Chianti, con sus viñedos, olivares y campos cultivados. Saliendo de Castellina, se llega al bosque de cipreses de Sagna y poco después al encantador pueblo de Fonterutoli, donde antaño se encontraba el castillo homónimo en la frontera entre Florencia y Siena. A finales del Siglo XX, muy cerca del pueblo, se descubrió una necrópolis Etrusca cerca de Poggino.

Saliendo del pueblo, una breve subida lleva por un camino blanco a través de los pueblos de Capanno, Casa Frassi y Casalino, hasta llegar al Molino de Quercegrossa. Llegando al castillo y dejando atrás el pueblo de Quercegrossa, se sigue caminando en dirección a Uopini, donde se encuentra la Iglesia románica San Marcelino y Erasmo. Ya a las puertas de Siena, el camino se adentra en la zona urbana de la ciudad, subiendo hasta la majestuosa antepuerta de Camollia, donde comienza el itinerario dentro de las murallas. Un itinerario que nos lleva a descubrir los lugares más fascinantes del centro histórico hasta el destino final, la Basílica San Francisco.

25 km
schedule
Duración: 
6 h 30'
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El protagonista de la etapa es siempre el paisaje de colinas del Chianti, con sus viñedos, olivares y campos cultivados. Saliendo de Castellina, se llega al bosque de cipreses de Sagna y poco después al encantador pueblo de Fonterutoli, donde antaño se encontraba el castillo homónimo en la frontera entre Florencia y Siena. A finales del Siglo XX, muy cerca del pueblo, se descubrió una necrópolis Etrusca cerca de Poggino.

Saliendo del pueblo, una breve subida lleva por un camino blanco a través de los pueblos de Capanno, Casa Frassi y Casalino, hasta llegar al Molino de Quercegrossa. Llegando al castillo y dejando atrás el pueblo de Quercegrossa, se sigue caminando en dirección a Uopini, donde se encuentra la Iglesia románica San Marcelino y Erasmo. Ya a las puertas de Siena, el camino se adentra en la zona urbana de la ciudad, subiendo hasta la majestuosa antepuerta de Camollia, donde comienza el itinerario dentro de las murallas. Un itinerario que nos lleva a descubrir los lugares más fascinantes del centro histórico hasta el destino final, la Basílica San Francisco.

  • straighten
    Longitud
    25 km
  • schedule
    Duración
    6 h 30'
  • trending_down
    Desnivel en bajada
    625 m
  • trending_up
    Desnivel en subida
    381 m
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Desviación de Sambuca Val di Pesa

Distancia: 10 km
Duración: 3 horas
Desnivel en subida: 135 m
Desnivel en bajada: 264 m

Desde Badia a Passignano se puede optar por prolongar la segunda etapa hasta Sambuca Val di Pesa, lugar del que se puede partir al día siguiente en dirección a San Donato in Poggio y Castellina in Chianti. Desde el lado sur de Badia a Passignano, se sigue el camino que se adentra en el bosque y, en lugar de seguir el recorrido principal, se elige la desviación que desciende hacia el fondo del valle de Pesa.

Un camino forestal nos lleva a Sambuca, un cruce central en la historia de la Via Romea Sanese: aquí encontramos el Puente de Ramagliano (o Sambuca), documentado desde principios del Siglo XII. El pueblo, que creció en torno al cruce del torrente Pesa, contaba con posadas, hoteles y hospitales. En el 1123 se documenta la existencia de un hospital dirigido por los monjes de la abadía benedictina de Badia a Passignano. Al día siguiente se retoma el camino de tierra hacia San Donato in Poggio, donde el paseo prosigue por el recorrido principal hacia Castellina in Chianti.

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