Pasa tres días en familia en la zona del volcán extinto del sur de la Toscana
Para ver un lado diferente de la Toscana, dirígete a las montañas, o mejor, a una montaña en particular: el Monte Amiata, en el sur de la región. Programa tu visita familiar de manera que coincida con los festivales locales, cuando la zona se anima: en Seggiano, el festival de la cereza (mediados de junio), el festival de la pasta pici (segunda semana de agosto) y el festival del aceite (finales de noviembre), mientras que el Palio delle Contrade cambia cara cada año a Castel del Piano el 8 de septiembre y el festival de la cerveza Vulcano di Birra, trae la alegría a Arcidosso a finales de julio.
Población total 955, Seggiano es un bonito pueblo medieval, situado en lo alto de una colina, y la base perfecta para explorar el área del Monte Amiata. La primera parada es el Museo del Aceite de Oliva, una manera original de conocer cómo se elabora el aceite, tan importante desde que la ciudad ha dado nombre a su propia variedad local, la Olivastra de Seggiano. La visita comienza con un espectáculo inusual: un olivo hunde sus raíces en una cisterna en el centro del pueblo, el árbol más grande del mundo que se alimenta con tecnología aeropónica (¡cultivado en un ambiente de niebla sin el uso de tierra!). Los niños quedarán maravillados con el uso artístico de una "máquina de escribir" que traza la actividad eléctrica de la planta, así como con el molino del siglo XIX, el oratorio de San Rocco con sus frescos de 1490 y la impresionante nueva "oleoteca" (tienda y archivo de aceite) en la plaza principal, que ofrece degustaciones de aceite.
A cinco minutos en coche al sureste de Seggiano, está el Jardín de Daniel Spoerri, donde el artista suizo decidió vivir y llevar a cabo su investigación en los años 90. Con 112 obras de 55 artistas diferentes, el jardín ofrece una ruta que invita a la reflexión y que se abre paso entre el arte y la naturaleza, de abril a octubre. La siguiente parada es el castillo de Potentino, un llamativo castillo que data de 1042, que ahora es una finca vinícola y un centro cultural que ofrece yoga y retiros literarios, propiedad de la familia Greene.
Población total 955, Seggiano es un bonito pueblo medieval, situado en lo alto de una colina, y la base perfecta para explorar el área del Monte Amiata. La primera parada es el Museo del Aceite de Oliva, una manera original de conocer cómo se elabora el aceite, tan importante desde que la ciudad ha dado nombre a su propia variedad local, la Olivastra de Seggiano. La visita comienza con un espectáculo inusual: un olivo hunde sus raíces en una cisterna en el centro del pueblo, el árbol más grande del mundo que se alimenta con tecnología aeropónica (¡cultivado en un ambiente de niebla sin el uso de tierra!). Los niños quedarán maravillados con el uso artístico de una "máquina de escribir" que traza la actividad eléctrica de la planta, así como con el molino del siglo XIX, el oratorio de San Rocco con sus frescos de 1490 y la impresionante nueva "oleoteca" (tienda y archivo de aceite) en la plaza principal, que ofrece degustaciones de aceite.
A cinco minutos en coche al sureste de Seggiano, está el Jardín de Daniel Spoerri, donde el artista suizo decidió vivir y llevar a cabo su investigación en los años 90. Con 112 obras de 55 artistas diferentes, el jardín ofrece una ruta que invita a la reflexión y que se abre paso entre el arte y la naturaleza, de abril a octubre. La siguiente parada es el castillo de Potentino, un llamativo castillo que data de 1042, que ahora es una finca vinícola y un centro cultural que ofrece yoga y retiros literarios, propiedad de la familia Greene.
"Castel del Piano... por la belleza del lugar, por la comodidad de su agradable ubicación, es sin duda el más importante, entre los pueblos de esa ladera." El Papa Pío II escribió estas palabras en el siglo XV sobre la ciudad que visitaremos a continuación. Pasea por las pintorescas calles estrechas y empedradas del centro histórico con sus tres puertas: Porta Pianese, ahora coronada con la torre del reloj, Porta Amiata (o Castiglionese) y la pequeña Porta Spennaziana, que conecta el casco antiguo con el nuevo pueblo bajo las murallas.
Junto a los soportes de la torre del reloj, está el Palazzo Nerucci, un sublime ejemplo de la arquitectura del siglo XVI, que alberga una variada colección de arte, que va desde pinturas hasta hallazgos arqueológicos y antigüedades. Fuera de la ciudad, respira el aire más fresco en algunos de los bosques de robles y castaños más grandes de Europa. Un viaje de cinco minutos en coche y nos dará la bienvenida a Arcidosso, la impresionante Fortaleza Aldobrandesca. La fortaleza, de 1.000 años de antigüedad, está abierta durante todo el verano e incluye, el centro de estudios Davide Lazzaretti, el museo de historia medieval, una visita a la torre y el museo de arte y cultura oriental. Si tienes sed, haz una pausa para tomar una refrescante cerveza artesanal de la zona con sabor a castañas, azafrán, o miel de montaña en la cervecería central Birra Amiata.
"Castel del Piano... por la belleza del lugar, por la comodidad de su agradable ubicación, es sin duda el más importante, entre los pueblos de esa ladera." El Papa Pío II escribió estas palabras en el siglo XV sobre la ciudad que visitaremos a continuación. Pasea por las pintorescas calles estrechas y empedradas del centro histórico con sus tres puertas: Porta Pianese, ahora coronada con la torre del reloj, Porta Amiata (o Castiglionese) y la pequeña Porta Spennaziana, que conecta el casco antiguo con el nuevo pueblo bajo las murallas.
Junto a los soportes de la torre del reloj, está el Palazzo Nerucci, un sublime ejemplo de la arquitectura del siglo XVI, que alberga una variada colección de arte, que va desde pinturas hasta hallazgos arqueológicos y antigüedades. Fuera de la ciudad, respira el aire más fresco en algunos de los bosques de robles y castaños más grandes de Europa. Un viaje de cinco minutos en coche y nos dará la bienvenida a Arcidosso, la impresionante Fortaleza Aldobrandesca. La fortaleza, de 1.000 años de antigüedad, está abierta durante todo el verano e incluye, el centro de estudios Davide Lazzaretti, el museo de historia medieval, una visita a la torre y el museo de arte y cultura oriental. Si tienes sed, haz una pausa para tomar una refrescante cerveza artesanal de la zona con sabor a castañas, azafrán, o miel de montaña en la cervecería central Birra Amiata.
Es hora de ponerse en marcha por los alrededores del Monte Amiata, con una caminata a la pintoresca cascada de Acqua d'Alto, cerca del pueblo de Bagnoli (consultar horarios con el centro local de información turística: www.prolocoarcidosso.it). Nuestra siguiente parada es el Parque Natural de Monte Labbro, 650 hectáreas de naturaleza salvaje y vida silvestre.
Dependiendo de la estación del año, no es raro ver águilas y halcones volando entre los picos de las montañas, así como ciervos y, si tienes suerte, lobos de los Apeninos. Para experiencias de aventura, lleva a la familia al IndianaPark Amiata. Un parque de aventura situado en lo alto de la montaña, toboganes, tirolinas, puentes colgantes y escalada en árboles, son algunas de las actividades que ofrecen para niños. Si se te abre el apetito, sírvete carbohidratos en uno de los restaurantes rústicos de la zona, donde las especialidades locales incluyen pasta de jabalí, platos a base de castañas y un montón de setas porcini.
Es hora de ponerse en marcha por los alrededores del Monte Amiata, con una caminata a la pintoresca cascada de Acqua d'Alto, cerca del pueblo de Bagnoli (consultar horarios con el centro local de información turística: www.prolocoarcidosso.it). Nuestra siguiente parada es el Parque Natural de Monte Labbro, 650 hectáreas de naturaleza salvaje y vida silvestre.
Dependiendo de la estación del año, no es raro ver águilas y halcones volando entre los picos de las montañas, así como ciervos y, si tienes suerte, lobos de los Apeninos. Para experiencias de aventura, lleva a la familia al IndianaPark Amiata. Un parque de aventura situado en lo alto de la montaña, toboganes, tirolinas, puentes colgantes y escalada en árboles, son algunas de las actividades que ofrecen para niños. Si se te abre el apetito, sírvete carbohidratos en uno de los restaurantes rústicos de la zona, donde las especialidades locales incluyen pasta de jabalí, platos a base de castañas y un montón de setas porcini.