La ciudad de Arezzo, situada en el sureste de Toscana, se encuentra en una colina que domina cuatro valles: Valtiberina, Casentino, Valdarno y Valdichiana.
La ciudad tiene orígenes muy antiguos y tal vez no todo el mundo sabe que ¡es incluso más antigua que Alejandría!
Arezzo fue una de las mayores hegemonías etruscas que luego se convirtió en un centro romano con una importancia estratégica, eje de prósperas actividades económicas y con numerosos monumentos, entre ellos el Anfiteatro, del cual, hoy en día, se conservan importantes restos.
En esa época eran famosas sus fundiciones y sus fábricas artísticas de jarrones rojos coral, cuya técnica de decoración se difundió por todo el mundo romano.
Arezzo, en la Edad Media, fue un municipio libre donde prevaleció la parte gibelina, y vivió en contraste histórico con la cercana Florencia.
Después de la Batalla de Campaldino en el 1289, la independencia de la ciudad terminó y, a pesar de una cierta recuperación económica en el período de los Tarlati, Arezzo se convirtió en un dominio florentino ya desde el 1384, pasando a formar parte del Gran Ducado de los Medici.
Hay muchas personas famosas que nacieron aquí, entre ellos: Giorgio Vasari, Piero della Francesca, Francesco Redi y Francesco Petrarca.
Descubrir la ciudad de Arezzo significa explorar un territorio capaz de ofrecer un patrimonio naturalístico y artístico muy vasto en una zona extraordinariamente concentrada.
A pesar de que una parte de la ciudad medieval fue destruida durante la Segunda Guerra Mundial, el centro de Arezzo conserva espléndidos monumentos, iglesias, palacios y museos.
Una vez que se llega al corazón del centro histórico, es imposible no sentirse fascinado por su iglesia más famosa: la Basílica San Francisco. Su interior conserva el ciclo de frescos de la Leyenda de Vera Croce de Piero della Francesca, una obra maestra renacentista de valor inestimable.
Dentro de la Catedral San Donato los acristalados de colores de Guillame de Marcillat y Maddalena de Piero della Francesca destacan por su belleza.
Junto a las torres medievales se encuentra el imponente Pórtico Vasariano - para algunos modelo y prueba general de aquel que después ha realizado el artista para los Uffizi - que rodea la Plaza Grande o Plaza Vasari.
No hay que perderse la visita a la Fortaleza de los Medici, construida por Cosimo I, al Palacio de la Fraternidad de los Laicos y a la Parroquia Santa María, uno de los ejemplos más conocidos de la arquitectura románica.
En el corazón del centro histórico, una joya del arte y la arquitectura: el Palacio de los Priores, que hoy se ha convertido en la sede del Municipio.
En el pueblo medieval también se pueden visitar los restos delAnfiteatro Romano. En la Basílica San Domenico también hay un crucifijo de madera de Cimabue.
No te pierdas el Mudas, Museo Diocesano de Arte Sacro de Arezzo, que se encuentra en el interior del Palacio Episcopal y conserva los testimonios artísticos procedentes de la diócesis de Arezzo, de la Catedral y de las demás iglesias del territorio. En las salas se pueden apreciar pinturas de los siglos XV al XIX.
Por último, te recomendamos visitar la Casa Museo de Giorgio Vasari, dedicada al pintor, arquitecto y escultor nacido en Arezzo.
Descubrir la ciudad de Arezzo significa explorar un territorio capaz de ofrecer un patrimonio naturalístico y artístico muy vasto en una zona extraordinariamente concentrada.
A pesar de que una parte de la ciudad medieval fue destruida durante la Segunda Guerra Mundial, el centro de Arezzo conserva espléndidos monumentos, iglesias, palacios y museos.
Una vez que se llega al corazón del centro histórico, es imposible no sentirse fascinado por su iglesia más famosa: la Basílica San Francisco. Su interior conserva el ciclo de frescos de la Leyenda de Vera Croce de Piero della Francesca, una obra maestra renacentista de valor inestimable.
Dentro de la Catedral San Donato los acristalados de colores de Guillame de Marcillat y Maddalena de Piero della Francesca destacan por su belleza.
Junto a las torres medievales se encuentra el imponente Pórtico Vasariano - para algunos modelo y prueba general de aquel que después ha realizado el artista para los Uffizi - que rodea la Plaza Grande o Plaza Vasari.
No hay que perderse la visita a la Fortaleza de los Medici, construida por Cosimo I, al Palacio de la Fraternidad de los Laicos y a la Parroquia Santa María, uno de los ejemplos más conocidos de la arquitectura románica.
En el corazón del centro histórico, una joya del arte y la arquitectura: el Palacio de los Priores, que hoy se ha convertido en la sede del Municipio.
En el pueblo medieval también se pueden visitar los restos delAnfiteatro Romano. En la Basílica San Domenico también hay un crucifijo de madera de Cimabue.
No te pierdas el Mudas, Museo Diocesano de Arte Sacro de Arezzo, que se encuentra en el interior del Palacio Episcopal y conserva los testimonios artísticos procedentes de la diócesis de Arezzo, de la Catedral y de las demás iglesias del territorio. En las salas se pueden apreciar pinturas de los siglos XV al XIX.
Por último, te recomendamos visitar la Casa Museo de Giorgio Vasari, dedicada al pintor, arquitecto y escultor nacido en Arezzo.
En el límite con Pratomagno se encuentra Capolona,"donde el río Arno desdeña a la gente de Arezzo" según Dante. Se puede admirar la Parroquia Santa Maria a Sietina, que data del siglo XI, y que conserva frescos góticos y renacentistas muy interesantes.
Se puede llegar a la Parroquia siguiendo la antigua Vía Romea Germánica, aquí encuentras el itinerario del tramo en Toscana dividido en 7 etapas
Cada año, en marzo, tiene lugar la Muestra de la Trufa Marzuolo: un evento dedicado al cultivo y la recolección de la trufa Marzuolo.
Conduciendo desde Arezzo por la Strada Setteponti de Valdarno, se llega a Castiglion Fibocchi, un pueblo vinculado desde su nombre a los hijos de Ottaviano Pazzi llamado "Bocco", que se convirtió en el propietario del castillo que aquí se encontraba.
La ciudad es conocida sobre todo por su característico Carnaval, durante el cual desfilan elegantes y suntuosas máscaras haciendo semejar Castiglion Fibocchi a una pequeña Venecia toscana.
En el límite con Pratomagno se encuentra Capolona,"donde el río Arno desdeña a la gente de Arezzo" según Dante. Se puede admirar la Parroquia Santa Maria a Sietina, que data del siglo XI, y que conserva frescos góticos y renacentistas muy interesantes.
Se puede llegar a la Parroquia siguiendo la antigua Vía Romea Germánica, aquí encuentras el itinerario del tramo en Toscana dividido en 7 etapas
Cada año, en marzo, tiene lugar la Muestra de la Trufa Marzuolo: un evento dedicado al cultivo y la recolección de la trufa Marzuolo.
Conduciendo desde Arezzo por la Strada Setteponti de Valdarno, se llega a Castiglion Fibocchi, un pueblo vinculado desde su nombre a los hijos de Ottaviano Pazzi llamado "Bocco", que se convirtió en el propietario del castillo que aquí se encontraba.
La ciudad es conocida sobre todo por su característico Carnaval, durante el cual desfilan elegantes y suntuosas máscaras haciendo semejar Castiglion Fibocchi a una pequeña Venecia toscana.
Arezzo es una ciudad donde vibran tradiciones antiguas, una manera de vivirlas podría ser visitándola durante el penúltimo sábado de junio o el primer domingo de septiembre, cuando la Plaza Grande se convierte en el escenario de la Justa del Saraceno, un torneo de caballeros de origen medieval.
Más frecuente es la cita mensual que ve la misma plaza iluminada, cada primer fin de semana del mes gracias a la Feria de Antigüedades: un vasto mercado de objetos a menudo sorprendentes en el cual hay que armarse de paciencia para encontrar aquel perfecto.
Arezzo es una ciudad donde vibran tradiciones antiguas, una manera de vivirlas podría ser visitándola durante el penúltimo sábado de junio o el primer domingo de septiembre, cuando la Plaza Grande se convierte en el escenario de la Justa del Saraceno, un torneo de caballeros de origen medieval.
Más frecuente es la cita mensual que ve la misma plaza iluminada, cada primer fin de semana del mes gracias a la Feria de Antigüedades: un vasto mercado de objetos a menudo sorprendentes en el cual hay que armarse de paciencia para encontrar aquel perfecto.
No hay que perderse las pappardelle all'aretina: un plato con salsa de pato, que no debe faltar en invierno, especialmente durante la Navidad. Luego puedes seguir el Camino del Vino: 200 km para descubrir la comida y el vino de Arezzo. Entre los vinos que se producen en las Tierras de Arezzo están el DOCG Chianti Colli Aretini y tres DOCG: Cortona, Valdichiana y Val d'Arno di Sopra.
También debes probar el Vin Santo un vino licoroso para acompañar los postres, la combinación perfecta se hace con los famosos bizcochos, los "cantucci" toscanos.
No hay que perderse las pappardelle all'aretina: un plato con salsa de pato, que no debe faltar en invierno, especialmente durante la Navidad. Luego puedes seguir el Camino del Vino: 200 km para descubrir la comida y el vino de Arezzo. Entre los vinos que se producen en las Tierras de Arezzo están el DOCG Chianti Colli Aretini y tres DOCG: Cortona, Valdichiana y Val d'Arno di Sopra.
También debes probar el Vin Santo un vino licoroso para acompañar los postres, la combinación perfecta se hace con los famosos bizcochos, los "cantucci" toscanos.