El territorio de Carmignano se extiende entre las onduladas colinas de Montalbano y podría definirse como "una pequeña Toscana" porque contiene todo lo que ha hecho famosa y querida a esta región en el mundo: el gran arte, el paisaje, la arqueología, el vino y la buena comida.
Además del pueblo homónimo, rico e interesante a pesar de su pequeño tamaño, el Municipio incluye otras aldeas, esparcidas de villas, iglesias y parroquias de gran importancia cultural y artística, a veces guardianas de verdaderos tesoros. El conjunto de estas localidades, junto con una rica tradición vinícola y gastronómica, contribuye de forma decisiva a perfilar la identidad de este rincón del paraíso rodeado de vegetación.