Cortona es una pequeña y acogedora ciudad situada en el relieve montañoso de la Valdichiana. Fue un centro etrusco muy importante, tanto que sus antiguos asentamientos todavía presentan sus característicos 2 km de murallas del siglo V a.C.
Es un pueblo muy pintoresco por su arquitectura típicamente medieval, formada por edificios antiguos, estrechas calles empedradas, pequeñas tiendas de artesanía y restaurantes tradicionales toscanos.
El nombre de Cortona está atestiguado en etrusco en forma de Curtun en una inscripción votiva de bronce del siglo III a.C., encontrada en la ciudad misma.