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Villa Bellosguardo en Lastra a Signa
Photo © Comune di Lastra a Signa
Photo © Comune di Lastra a Signa

Lastra a Signa

Una sorpresa detrás de otra a lo largo del río Arno, muy cerca de Florencia

Lastra a Signa, en las puertas de Florencia, es una pequeña ciudad llena de historia, cultura y naturaleza, con un territorio que se extiende entre las colinas y los ríos Arno-Pesa. El pueblo tiene una ubicación ideal para descubrir este rincón del territorio toscano, con su vasto patrimonio cultural y paisajístico, que se puede explorar gracias a una densa red de itinerarios naturalísticos.

Lastra a Signa estuvo inicialmente ocupada por los Etruscos y los Romanos, pero no fue hasta la Baja Edad Media cuando se configuró oficialmente como ciudad. Más tarde fue elegida casa solariega por la nobleza florentina. De hecho, la armonía de este paisaje ha siempre atraído a personajes de fama y cultura, como arquitectos, pintores, estudiosos y, por supuesto, a su invitado más conocido, el gran tenor Enrico Caruso.

Qué puedes ver en Lastra a Signa

El Museo Enrico Caruso, la primera exposición en Italia dedicada a la vida y el arte del tenor napolitano, se encuentra en la maravillosa Villa Bellosguardo, donde el propio Caruso vivió con su musa Ada Giachetti y sus hijos.

La colección se compone de objetos de carácter privado, como cartas, fotografías, postales y otros accesorios de escena, derivados de sus actuaciones por todo el mundo.

Para los viandantes de la Vía Francígena habían edificado el Hospital Sant'Antonio en Lastra, que dicen que fue una obra del gran Brunelleschi. No hay certezas, pero no cabe duda de la magnificencia de su logia, que con sus siete arcadas servía de refugio a los nómadas y a los necesitados.

Las narrativas populares tampoco dejan indemne este lugar en Toscana. Hay un sitio donde la historia y el mito se entrecruzan: es el Macizo Gonfolina, una enorme roca que  está protegido por criaturas mágicas y hadas, que lo han convertido,a lo largo de los siglos, inviolable y resistente a todo tipo de amenazas, desde aquella proveniente de las herramientas de los cinceleros locales hasta las minas más destructivas del ejército alemán durante la Segunda Guerra Mundial.

El Museo Enrico Caruso, la primera exposición en Italia dedicada a la vida y el arte del tenor napolitano, se encuentra en la maravillosa Villa Bellosguardo, donde el propio Caruso vivió con su musa Ada Giachetti y sus hijos.

La colección se compone de objetos de carácter privado, como cartas, fotografías, postales y otros accesorios de escena, derivados de sus actuaciones por todo el mundo.

Para los viandantes de la Vía Francígena habían edificado el Hospital Sant'Antonio en Lastra, que dicen que fue una obra del gran Brunelleschi. No hay certezas, pero no cabe duda de la magnificencia de su logia, que con sus siete arcadas servía de refugio a los nómadas y a los necesitados.

Las narrativas populares tampoco dejan indemne este lugar en Toscana. Hay un sitio donde la historia y el mito se entrecruzan: es el Macizo Gonfolina, una enorme roca que  está protegido por criaturas mágicas y hadas, que lo han convertido,a lo largo de los siglos, inviolable y resistente a todo tipo de amenazas, desde aquella proveniente de las herramientas de los cinceleros locales hasta las minas más destructivas del ejército alemán durante la Segunda Guerra Mundial.

En los alrededores

Lastra, como la llaman los lugareños, está rodeada por numerosos pueblos pequeños, que se podrían visitar a lo largo y a lo ancho incluso sólo por las vistas de los olivos y viñedos que hay allí. ¿Cómo no mencionar, por ejemplo, Malmantile, todavía rodeada por las antiguas murallas? El pueblo, con este extraño nombre, había reclamado con insistencia su fortificación una vez que entendieron que el cercano Lastra estaba preparado para enfrentarse a cualquier ataque.

En cambio, este problema no debían seguramente planteárselo los ermitaños que eligieron aislarse en el convento en Lecceto, un admirable ejemplo de arquitectura de finales del Siglo XV, al que se puede llegar por una carretera caracterizada por su hilera de cipreses. 

¿Y quién no conoce la Ginestra Fiorentina, que perfuma a colinas verdes ya sólo pronunciando su nombre? Aquí surgía un importante hospital para los peregrinos, siempre en camino hacia la Vía Francígena. 

Lastra, como la llaman los lugareños, está rodeada por numerosos pueblos pequeños, que se podrían visitar a lo largo y a lo ancho incluso sólo por las vistas de los olivos y viñedos que hay allí. ¿Cómo no mencionar, por ejemplo, Malmantile, todavía rodeada por las antiguas murallas? El pueblo, con este extraño nombre, había reclamado con insistencia su fortificación una vez que entendieron que el cercano Lastra estaba preparado para enfrentarse a cualquier ataque.

En cambio, este problema no debían seguramente planteárselo los ermitaños que eligieron aislarse en el convento en Lecceto, un admirable ejemplo de arquitectura de finales del Siglo XV, al que se puede llegar por una carretera caracterizada por su hilera de cipreses. 

¿Y quién no conoce la Ginestra Fiorentina, que perfuma a colinas verdes ya sólo pronunciando su nombre? Aquí surgía un importante hospital para los peregrinos, siempre en camino hacia la Vía Francígena. 

Eventos

La Antigua Feria de Lastra es una cita ineludible al final del verano. Este evento se celebra desde hace más de 200 años e incluye la Feria del Ganado, exposiciones en el Antiguo Hospital San Antonio, mercados, comida callejera, conciertos y espectáculos pirotécnicos.  

En la aldea de Malmantile se celebra la Fiesta Medieval, con el característico Palio de los Barrios y desfiles de caballeros, damas y valientes arqueros. 

La Antigua Feria de Lastra es una cita ineludible al final del verano. Este evento se celebra desde hace más de 200 años e incluye la Feria del Ganado, exposiciones en el Antiguo Hospital San Antonio, mercados, comida callejera, conciertos y espectáculos pirotécnicos.  

En la aldea de Malmantile se celebra la Fiesta Medieval, con el característico Palio de los Barrios y desfiles de caballeros, damas y valientes arqueros. 

Platos y productos típicos

Las colinas florentinas, esparcidas de olivares, producen cada año un Aceite de Oliva Virgen Extra Toscano IGP de óptima calidad, uno de los productos de excelencia de la oferta toscana. 

En el territorio de Lastra a Signa, se encuentra también una de las pocas crías de caracoles de Italia: una vez cocidos, se preparan de varias maneras: a la Borgogna, guisados o a la bordelesa. Por último, aquí tiene lugar el cultivo tradicional del azafrán, llamado "Zima di Firenze".

Las colinas florentinas, esparcidas de olivares, producen cada año un Aceite de Oliva Virgen Extra Toscano IGP de óptima calidad, uno de los productos de excelencia de la oferta toscana. 

En el territorio de Lastra a Signa, se encuentra también una de las pocas crías de caracoles de Italia: una vez cocidos, se preparan de varias maneras: a la Borgogna, guisados o a la bordelesa. Por último, aquí tiene lugar el cultivo tradicional del azafrán, llamado "Zima di Firenze".

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