Surgida por voluntad de los Medici, es una ciudad desde el 1606, Livorno y se convirtió en un oasis de acogida para todos los perseguidos religiosos, políticos o raciales, enriqueciéndose con la ingeniosidad y las costumbres de las más diversas naciones extranjeras.
Puentes, canales, antiguos palacios que se reflejan en las aguas tranquilas que hacen pensar en una pequeña Venecia en el Mediterráneo.
No es casualidad este abrazo marino porque Livorno no es solamente una ciudad de mar, sino también la hija del oleaje de la segunda mitad del Siglo XVI cuando, debido a las estrategias militares y comerciales de los Medici, se estableció que el pueblo de pescadores construido alrededor del Torreón Matilde de Canossa, debía convertirse en uno de los principales puertos de Europa.
Los testimonios de las "Naciones" que desde ese momento contribuyeron al surgimiento y desarrollo de un puerto conocido en todo el Mediterráneo siguen aún presentes en los edificios religiosos, cementerios, archivos y la gastronomía de la ciudad.
Su historia, su cultura, sus atardeceres, su aire límpido y perfumado, sus deportes náuticos y las tradiciones gastronómicas: todo ello alude al mar. Los primeros establecimientos balnearios de Europa se construyeron aquí en el Siglo XIX, y con ellos se originó la idea de transcurrir las vacaciones al mar.
No es una coincidencia que la clásica postal de Livorno sea una vista infinita del mar desde la famosa Terraza Mascagni con su original pavimento ajedrezado blanco y negro.
Otro símbolo de la ciudad es el monumento de los Cuatro Moros, cerca del puerto. En cambio, para custodiar el puerto está la Fortaleza Vieja -en la que se destaca el imponente Torreón de Matilde- unida por vías fluviales a la Fortaleza Nueva, corazón del centro de la ciudad.
En el centro de la ciudad, se puede visitar la Catedral San Francisco, la Catedral de Livorno, que presenta una fachada completamente reconstruida después de los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial. Caminando a través de los callejones históricos llegamos hasta algunas de las plazas más hermosas de Italia como la Plaza de la República, llamada Voltone, y la Plaza Grande.
Para descubrir la ciudad donde han nacido Pietro Mascagni, Giovanni Fattori, Amedeo Modigliani y Giorgio Caproni, es necesario seguir la sugestión que los lugares, los sonidos y los colores pueden suscitar.
Uno de los itinerarios más fascinantes te llevará a descubrir la llamada Pequeña Venecia, un recorrido de canales a realizar en barco que conduce desde los lugares del Renacimiento hasta el centro de la ciudad.
La espléndida Villa Mimbelli es la sede del Museo Cívico "Giovanni Fattori", donde se pueden admirar obras de pintores toscanos del Siglo XIX y principios del XX, el Museo Mascagnano, dedicado a la música, está ubicado en el histórico Teatro Goldoni.
No hay que olvidarse de las huellas históricas y religiosas de las "Naciones" que poblaron Livorno, a partir del Museo Judío "Yeshivà Marini", para pasar luego al Museo Santa Giulia, situado en la Iglesia de los Armenios.
Quienes desean descubrir los tesoros del mar, pueden visitar el Museo de Historia Natural del Mediterráneo de Villa Henderson, donde se combinan hallazgos antiguos con un recorrido didáctico muy moderno, mientras se pueden admirar ejemplares vivos de la fauna mediterránea en el Acuario de Livorno.
La visita en la ciudad se considera finalizada con un paseo entre las villas estilo modernista o las eclécticas del barrio Ardenza, detrás del paseo marítimo.
No te pierdas el imponente templo del gusto de Livorno, el gran Mercado de Comidas, considerado uno de los más históricos y grandes de Europa.
No es una coincidencia que la clásica postal de Livorno sea una vista infinita del mar desde la famosa Terraza Mascagni con su original pavimento ajedrezado blanco y negro.
Otro símbolo de la ciudad es el monumento de los Cuatro Moros, cerca del puerto. En cambio, para custodiar el puerto está la Fortaleza Vieja -en la que se destaca el imponente Torreón de Matilde- unida por vías fluviales a la Fortaleza Nueva, corazón del centro de la ciudad.
En el centro de la ciudad, se puede visitar la Catedral San Francisco, la Catedral de Livorno, que presenta una fachada completamente reconstruida después de los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial. Caminando a través de los callejones históricos llegamos hasta algunas de las plazas más hermosas de Italia como la Plaza de la República, llamada Voltone, y la Plaza Grande.
Para descubrir la ciudad donde han nacido Pietro Mascagni, Giovanni Fattori, Amedeo Modigliani y Giorgio Caproni, es necesario seguir la sugestión que los lugares, los sonidos y los colores pueden suscitar.
Uno de los itinerarios más fascinantes te llevará a descubrir la llamada Pequeña Venecia, un recorrido de canales a realizar en barco que conduce desde los lugares del Renacimiento hasta el centro de la ciudad.
La espléndida Villa Mimbelli es la sede del Museo Cívico "Giovanni Fattori", donde se pueden admirar obras de pintores toscanos del Siglo XIX y principios del XX, el Museo Mascagnano, dedicado a la música, está ubicado en el histórico Teatro Goldoni.
No hay que olvidarse de las huellas históricas y religiosas de las "Naciones" que poblaron Livorno, a partir del Museo Judío "Yeshivà Marini", para pasar luego al Museo Santa Giulia, situado en la Iglesia de los Armenios.
Quienes desean descubrir los tesoros del mar, pueden visitar el Museo de Historia Natural del Mediterráneo de Villa Henderson, donde se combinan hallazgos antiguos con un recorrido didáctico muy moderno, mientras se pueden admirar ejemplares vivos de la fauna mediterránea en el Acuario de Livorno.
La visita en la ciudad se considera finalizada con un paseo entre las villas estilo modernista o las eclécticas del barrio Ardenza, detrás del paseo marítimo.
No te pierdas el imponente templo del gusto de Livorno, el gran Mercado de Comidas, considerado uno de los más históricos y grandes de Europa.
Antes de llegar al mar, subiendo la colina, se encuentra la zona de Montenero, un barrio desarrollado en un promontorio que domina la ciudad y que custodia el precioso tesoro del Santuario de Nuestra Señora de Montenero: un lugar de contemplación y profunda fe para el pueblo de Livorno y no solamente.
Si pasas por Livorno en verano, puedes regenerarte dándote un baño en las calas rocosas de Romito, en la bahía de Quercianella y en el mar azul cristalino de la Reserva Natural de Calafuria.
Las islas de Gorgona y Capraia respiran el mismo aire impregnado de sal, salvaje e incontaminado, observando la ciudad desde lo lejos.
A pocos kilómetros del centro puedes adentrarte en la naturaleza del Parque de las Montañas de Livorno que se extiende por 1.300 hectáreas entre los municipios de Livorno, Collesalvetti y Rosignano Marittimo. Un verdadero pulmón verde ideal para los recorridos de senderismo, ir en bicicleta de montaña y practicar equitación.
Antes de llegar al mar, subiendo la colina, se encuentra la zona de Montenero, un barrio desarrollado en un promontorio que domina la ciudad y que custodia el precioso tesoro del Santuario de Nuestra Señora de Montenero: un lugar de contemplación y profunda fe para el pueblo de Livorno y no solamente.
Si pasas por Livorno en verano, puedes regenerarte dándote un baño en las calas rocosas de Romito, en la bahía de Quercianella y en el mar azul cristalino de la Reserva Natural de Calafuria.
Las islas de Gorgona y Capraia respiran el mismo aire impregnado de sal, salvaje e incontaminado, observando la ciudad desde lo lejos.
A pocos kilómetros del centro puedes adentrarte en la naturaleza del Parque de las Montañas de Livorno que se extiende por 1.300 hectáreas entre los municipios de Livorno, Collesalvetti y Rosignano Marittimo. Un verdadero pulmón verde ideal para los recorridos de senderismo, ir en bicicleta de montaña y practicar equitación.
Cada año, a mediados de junio, se realiza la Fiesta del Cacciucco, tres días de festejos para celebrar el famoso plato de la cocina pobre de Livorno. Todos los años involucra a locales y restaurantes de toda la ciudad donde es posible degustar el cacciucco en las más variadas versiones: desde aquella tradicional hasta las versiones más innovadoras, pero siempre respetando los criterios de calidad y uso de los productos del territorio.
Cada año, a finales de julio, se celebra la fiesta más popular del verano de Livorno, Effetto Venezia, el gran festival veraniego que durante cinco noches anima el centro antiguo de la ciudad, el barrio La Venezia, caracterizado por sus puentes y canales navegables. El evento reúne el fervor artístico de la ciudad, su deseo de conocer y disfrutar de las bellezas arquitectónicas de un barrio único.
En Livorno, todos los años se celebran competiciones de remo entre los barrios de la ciudad: una serie de desafíos con lejanas raíces históricas. Entre ellos se encuentra el Palio Marinaro, que se celebra en torno al primer domingo de julio frente a la hermosa Terrazza Mascagni.
De julio a septiembre, la música invade la ciudad con conciertos y actuaciones con motivo del Festival Mascagni, el evento que rinde homenaje al famoso compositor Pietro Mascagni, que pasó parte de su vida en estos lugares y es recordado principalmente por su Cavalleria Rusticana del 1890.
Cada año, a mediados de junio, se realiza la Fiesta del Cacciucco, tres días de festejos para celebrar el famoso plato de la cocina pobre de Livorno. Todos los años involucra a locales y restaurantes de toda la ciudad donde es posible degustar el cacciucco en las más variadas versiones: desde aquella tradicional hasta las versiones más innovadoras, pero siempre respetando los criterios de calidad y uso de los productos del territorio.
Cada año, a finales de julio, se celebra la fiesta más popular del verano de Livorno, Effetto Venezia, el gran festival veraniego que durante cinco noches anima el centro antiguo de la ciudad, el barrio La Venezia, caracterizado por sus puentes y canales navegables. El evento reúne el fervor artístico de la ciudad, su deseo de conocer y disfrutar de las bellezas arquitectónicas de un barrio único.
En Livorno, todos los años se celebran competiciones de remo entre los barrios de la ciudad: una serie de desafíos con lejanas raíces históricas. Entre ellos se encuentra el Palio Marinaro, que se celebra en torno al primer domingo de julio frente a la hermosa Terrazza Mascagni.
De julio a septiembre, la música invade la ciudad con conciertos y actuaciones con motivo del Festival Mascagni, el evento que rinde homenaje al famoso compositor Pietro Mascagni, que pasó parte de su vida en estos lugares y es recordado principalmente por su Cavalleria Rusticana del 1890.
El plato principal de la cocina de Livorno es el Cacciucco que no es una simple sopa de pescados, sino una mezcla de diferentes pescados como si fuera una mezcolanza de personas, una especie de plato de la fraternidad.
En Livorno convergen los sabores típicos de la tradición mediterránea, en la que también se integran los peces nórdicos, como el bacalao y el bacalao seco. Entre la típica comida callejera se encuentra el 5 y 5 que puedes probar. Es una tarta salada de garbanzos entre dos rebanadas de pan francés.
Por último, una visita a Livorno no está completa sin probar el Ponce alla Livornese, la legendaria bebida hecha con café, ron y Sassolino (licor típico).
El plato principal de la cocina de Livorno es el Cacciucco que no es una simple sopa de pescados, sino una mezcla de diferentes pescados como si fuera una mezcolanza de personas, una especie de plato de la fraternidad.
En Livorno convergen los sabores típicos de la tradición mediterránea, en la que también se integran los peces nórdicos, como el bacalao y el bacalao seco. Entre la típica comida callejera se encuentra el 5 y 5 que puedes probar. Es una tarta salada de garbanzos entre dos rebanadas de pan francés.
Por último, una visita a Livorno no está completa sin probar el Ponce alla Livornese, la legendaria bebida hecha con café, ron y Sassolino (licor típico).