Londa estuvo habitado desde la época de los Etruscos, como lo demuestra el descubrimiento de algunas casas del Siglo VI a.C. y especialmente de las Estelas de Londa, hoy conservadas en el Museo Arqueológico Nacional de Florencia.
Más allá de estas evidencias, los etruscos han dejado huellas de su paso en la toponimia de las aldeas, como lo demuestran los nombres Rata, Rincine, Vicorati y Vierle. Los nombres de las aldeas de Bucigna, Caiano, Caspriano y Petroio se remontan al Siglo III a.C., cuando comenzaron los primeros asentamientos romanos.
Sucesivamente, en la época medieval la zona fue controlada por los Condes Guidi, que más tarde la cedieron a los Bardi. Entre los Siglos XV y XVII Londa se convirtió en un Distrito, vinculado al Castillo de San Lorino. Enfeudado a la familia Guadagni, volvió totalmente a formar parte del dominio Gran Ducado con las reformas de Pietro Leopoldo de Asburgo Lorena.