Entre las colinas del valle del Tíber, a un paso de Città di Castello y de Umbría, en medio de antiguas parroquias y conventos medievales, se encuentra encaramado el pueblo Monterchi. Parada imprescindible para quienes desean volver a recorrer la vida y las obras del maestro Piero della Francesca, una de las más altas expresiones del Renacimiento.
Esta colina aislada, probablemente fue en el pasado el lugar de algunos cultos paganos en honor a Hércules, de ahí el nombre de Mons. Herculis y luego Monterchi. Su territorio coincide con la parte más meridional de Valtiberina Toscana, un gran mosaico de ambientes diferentes en cuanto a formas, colores y perfumes, que cambian y se alternan con las estaciones.