En el corazón del pueblo hay un molino de agua del Siglo XIV, que se utilizaba para suministrar grano y harina a toda la zona circundante. Se ha demostrado que en períodos de gran actividad el grano que se llevaba al molino alcanzaba las ocho toneladas diarias.
Algunos detalles de la campaña indican perfectamente el vínculo entre la historia y la naturaleza de esta zona del territorio. Algunos ejemplos son Grancia di Cuna, que probablemente puede considerarse la evidencia que mejor se ha conservado de una granja medieval fortificada, construida en el 1224 por el Municipio de Siena y por el Hospital Santa Maria Scala, sobre las estructuras de un hospital precedente del Siglo XII.
El complejo es grande y se conserva aún perfectamente y está formado por un pequeño pueblo rodeado de murallas y por la granja-fortaleza que está posicionada en la plaza, a la que se puede acceder pasando la torre de entrada. Fuera del núcleo fortificado se encuentra la pequeña Iglesia de los Santos Jacopo y Cristoforo, fundada en el 1314. No muy lejos puedes visitar la Parroquia de Corsano, de estilo típicamente románico, construida en el siglo XI y dedicada a San Giovanni Battista.