La mencionada Fortaleza de Poggio Imperiale forma parte del Parque Arqueológico y Tecnológico, creado para contar la historia del pasado de esta colina, con las diferentes fases de asentamiento humano, empezando por los poblados de cabañas de principios de la Edad Media.
El recorrido incluye un paseo a lo largo de las murallas donde se puede admirar un paisaje único que comprende las torres de San Gimignano, mientras el Alcázar es la sede del Centro de Documentación que reconstruye la historia del lugar con paneles explicativos, hallazgos y reproducciones de objetos y ropas de la época. Si de repente te encuentras frente a caballeros que practican esgrima o si ves salir humo de alguna cabaña en la distancia, es señal de que has entrado en la zona del parque conocida como el Arqueódromo, una aldea del Siglo X fielmente reproducida y animada por herreros, cocineros, agricultores e hilanderos.
Siguiendo con el mismo tema, aquí está el Museo de Paleontología, alojado en el medieval Palacio Pretoriano y dividido en tres secciones: Paleontología, Evolución Humana, Arqueología e Historia Natural (con los restos de la tumba de Cucule del Neolítico).
Entre los otros edificios del lugar, no podemos dejar de mencionar el Santuario Romituzzo, un antiguo lugar de culto del Siglo XIV, donde se conservan ofrendas y tablillas pintadas, además de la Colegiata Santa Maria Assunta, la más grande del pueblo.
Por último, también se encuentra el arte contemporáneo, con las estatuas de hierro fundido realizadas por Anthony Gormley a partir de moldes de ciudadanos de Poggibonsi, que se pueden apreciar en varios lugares de la ciudad, o las esculturas de cocodrilos y hombres dormidos de Mimmo Paladino, posicionadas en el fondo de las hermosas fuentes medievales.