Desde la Plaza Cavour se puede pasear en modo agradable por el centro de la ciudad, pasando por el Palacio Arnolfo, llamado así porque la realización parece atribuirse a Arnolfo di Cambio. El edificio es muy original en su parte externa por la fachada con sus numerosos escudos, y en su interior se destaca parte de historia y vivencias prestigiosas. En efecto, en las salas del Palacio Arnolfo, se encuentra el Museo de las Nuevas Tierras, creado para narrar a los visitantes el fenómeno que llevó a la fundación de nuevas poblaciones. La exposición se concentra particularmente en las novedades que se refieren a Toscana, prestando una atención especial a San Giovanni Valdarno, que una vez se llamaba Castel San Giovanni.
Dentro de sus muros, se recomienda visitar la Casa Masaccio, que fue el hogar, cuando era joven, del famoso pintor y precursor del Renacimiento. Como una verdadera cuna de creatividad y maestría, la casa se ha convertido hoy en día en un centro de arte contemporáneo, que se utiliza para las muestras y también para conferencias, investigaciones y laboratorios.
No muy lejos, se encuentra la fascinante Basílica Santa María de las Gracias que, con su fachada adosada a los edificios adyacentes, parece como si protegiera la plaza que está delante. La iglesia es de finales del siglo XV y su construcción está relacionada con un milagro referido a una plaga. De hecho, parece que una abuela, gracias a sus rezos, pudo alimentar a su nieto huérfano de ambos padres. En el edificio, el Milagro de Monna Trancia está ilustrado en un fresco. Al lado, se encuentra el Museo de la Basílica que conserva una preciosa colección de pinturas, entre las que se distinguen la Anunciación de Beato Angélico y las obras de Giovanni di Ser Giovanni conocido como "Scheggia", que fueron colocadas en la interesante Iglesia San Lorenzo del Siglo XIV.