Entre los atractivos más característicos se encuentra sin duda el pueblo de montaña de Formentara, un antiguo asentamiento a más de 1100 metros de altura sobre el nivel del mar, de inicios del Siglo XVI. El pequeño asentamiento consta de una veintena de casas, construidas de piedra y con el techo de "piagne", las anchas piedras planas típicas de Lunigiana. Hoy en día el pueblo está deshabitado, aunque la zona está sujeta a continuas investigaciones arqueológicas. Es un lugar sugestivo que sumerge al visitante en un ambiente misterioso de tradiciones que ahora se han casi perdido.
Las Cascadas Colombara tienen una particular importancia naturalística, y se encuentra cerca de la carretera estatal hacia Bosco, donde en los días de verano se puede disfrutar de espectaculares efectos de luz. También puedes visitar el Puente de los Ruidos, que permite cruzar un canal muy profundo y vinculado a temibles leyendas locales. Según la tradición, fue aquí donde se tiró el cuerpo de un hombre poseído que, incluso cuando estaba ya muerto, habría continuado a gritar. Hay quienes todavía hoy juran escuchar provenir del canal el ruido de los gritos y de cadenas que golpean.
Los amantes de lo sobrenatural también apreciarán el pequeño pueblo Montelama, conocido como la tierra de los magos. Este pequeño pueblo es famoso porque allí han nacido, en el pasado, un cierto número de personas capaces de realizar brujerías, como la transformación de hombres en animales. No apostaremos por la veracidad de las leyendas, aunque es cierto que hay un aire de magia por aquí.