El barro cocido de Impruneta
El punto de referencia para la construcción y el mobiliario
Entre la excelencia de la artesanía toscana, también se distingue la producción de terracota, que se obtiene trabajando la arcilla con técnicas especiales y luego cociéndola en el horno. El barro cocido más famoso es de Impruneta, una antigua ciudad al sur de Florencia.
La arcilla en esta zona tiene características especiales: es esquistosa, muy rica en hierro, muy maleable y a la vez elástica y resistente.
La materia prima utilizada para la elaboración de la terracota se extrae en Impruneta y sus alrededores: Ferrone, Tavarnuzze o Val di Greve.
La tradición de la elaboración de la cerámica tiene sus raíces en la lejana Edad Media. Basta pensar que las dinastías que trabajan el barro cocido se remontan al Siglo XIV, la arcilla moldeada y cocida ha caracterizado el paisaje, la arquitectura, la decoración urbana, la economía local.
Tradicionalmente, el barro cocido se utilizaba para hacer jarrones, lavabos, vajillas y ladrillos; Impruneta se iba a especializar en el procesamiento de cántaros, incluso grandes, para contener el aceite y el vino, así como el resto de los productos gastronómicos y vinícolas de la zona.
A lo largo de los siglos, gracias principalmente a la alta resistencia de la materia prima, las elaboraciones de terracota se destinaron a cubrir tejados, decorar jardines, decorar fachadas. La tradición del Barro Cocido de Impruneta continua y los productos, fabricados en los hornos pequeños y grandes de la zona, son un punto de referencia tanto en la construcción como en el mobiliario y la decoración.