El mármol de Carrara
Descubriendo el oro blanco en Toscana
Carrara y el mármol: un vínculo que llega desde lejos y que encuentra sus raíces en el origen mismo de la ciudad, que siempre ha sido un centro de extracción y labrado de este precioso material.
De hecho, la explotación de las canteras, comenzó en la época de Roma Imperial y, desde entonces, la industria nunca ha cesado. La economía del territorio está profundamente relacionada al sector del mármol, a la transformación en productos para la construcción, la arquitectura, la decoración urbana y el sector artístico. El mármol es también un impulso en el sector siderúrgico, con la producción de maquinarias altamente innovadoras para la excavación y elaboración de granitos.
Carrara es famoso en todo el mundo por su mármol blanco, puro, sin vetas. No importa si eres un experto o no: sólo tienes que mirar hacia las montañas para ver los Alpes Apuanos desnudos, precisamente de mármol, de los cuales - ya desde siglos - se ha realizado estatuas, monumentos y palacios.
El mismo Michelangelo solía ir al Altísimo para recoger el mármol y labrarlo. Y fue a partir de ahí que el David que hoy en día se encuentra en Florencia y la Piedad que se conserva en la Basílica San Pedro, en Roma. Además de Michelangelo, también estaban fascinados por el mármol de Carrara Donatello, Bernini y Canova.
Las canteras activas hoy en día están ubicadas en tres grandes cuencas de extracción (Colonnata, Ravaccione y Fantiscritti) que, desde detrás de la ciudad, se ramifican hacia las laderas de la Montaña Mayor. En el territorio están las "canteras a cielo abierto y las "canteras de pozos", capaces de dar vida a imponentes anfiteatros rodeados de cortinas de mármol, o las "canteras bajo la gruta" y las "canteras en túneles", verdaderas catedrales excavadas en el corazón de la montaña.